Impulsan la creación en diferentes disciplinas para que personas con diversidad funcional puedan encontrar su propio lenguaje artístico. En el proceso, los componentes del Colectivo Berde han experimentado el poder transformador que posee un colectivo a menudo discriminado, y con él contribuyen a mejorar la sociedad.
María Sol Álvarez, natural de Laviana aunque ahora reside en Gijón, acumula una dilatada experiencia en gestión cultural y es la causante de que en Asturias se pusiese en marcha esta iniciativa. Su recorrido vital por diferentes países le llevó a conocer el mundo de la diversidad funcional en el contexto del arte, dos ingredientes que desde entonces han orientado su brújula humana y profesional.
Después de diez años viviendo en Madrid y trabajando en la Asociación Debajo del Sombrero (plataforma de creación artística dirigida a personas con discapacidad intelectual), María Sol decidió dar un golpe de timón a su vida y volcar sus conocimientos en un proyecto nuevo en Asturias. No fue fácil dejar atrás aquello en lo que había puesto toda su energía, le llevó su tiempo de reflexión, pero tomada la decisión esta se volvió irrevocable. “La pandemia la pasé en Madrid, pero luego vine a Asturias, donde tengo a mi madre -explica-, entonces empecé a pensar la posibilidad de vivir aquí definitivamente porque ya estaba cansada de Madrid y aquello empezaba a ponerse muy complicado. Me costó tomar la decisión porque el proyecto me gustaba mucho, pero cerré esa etapa de mi vida y empecé a pensar qué podía hacer y entonces vi todo lo que se podía transferir a Asturias”
Berde es un proyecto de arte y transformación social que busca ofrecer un espacio creativo de expresión artística a personas con diversidad funcional.
De esta forma nació Berde, un proyecto de arte y transformación social que busca ofrecer un espacio creativo de expresión artística a personas con diversidad funcional. Y lo hace a través de un equipo multidisciplinar de profesionales, que al igual que la propia organización, no tienen ningún afán de lucro, sólo la necesidad de contribuir aportando con sus propias habilidades.
En la búsqueda de un nombre para el nuevo colectivo jugó un papel importante el artista Miguel Mingotes, cuya propuesta ‘Berde’ enamoró rápidamente a la impulsora del proyecto. “Miguel, además de un gran poeta es un amigo muy querido, y todos los nombres que me propuso me gustaban, pero el día que me dijo ‘Berde’ supe que era este, -añade María Sol-. Me explicó que en este caso ‘verde’ se escribe con ‘b’ porque este es un proyecto diferente, que además el verde es el color de la esperanza y que yo iba a plantar una semilla que iba a florecer. Además de un nombre corto, me pareció que también representaba a Asturias. Yo, que venía de fuera, regresaba al verde”.
“Si tú vienes al proyecto y tienes habilidades artísticas, genial, pero si no las tienes y el proyecto te está aportando un bienestar personal, también puedes participar”
María Sol, fundadora de Berde
A diferencia del proyecto que la asturiana desarrollaba en el Centro Matadero de Madrid, en el que trabajaba apoyando a artistas ya reconocidos con obras a la venta en importantes galerías y ferias de arte, aquí el proceso comenzó de cero. “Era un trabajo de plantar la semilla e ir subiendo peldaños-explica la fundadora de Berde- y en este caso lo quise llevar más hacia la parte activista, a una parte social que permita abrir caminos para el colectivo de la diversidad funcional. De tal forma que si tú vienes al proyecto y tienes habilidades artísticas, genial, pero si no las tienes y el proyecto te está aportando un bienestar personal, también puedes participar”.
El documental “Berde que te quiero ver” muestra el viaje transformador de dieciséis adultos con diversidad funcional y cómo a través de un taller de cine se lanzan a vivir nuevas experiencias, descubriendo sus propias vías de expresión artística y un caudal creativo sin límites.
Y a pesar de contar con pocos años de vida, el colectivo ya ha conquistado al público en escenarios como LABoral Centro de Arte o el Festival de Cine de Gijón con diferentes propuestas audiovisuales. El último, el documental Berde que te quiero ver muestra el viaje transformador de dieciséis adultos con diversidad funcional y cómo a través de un taller de cine que se desarrolla en la Laboral se lanzan a vivir nuevas experiencias, descubriendo sus propias vías de expresión artística y un caudal creativo sin límites. “El proyecto viene originariamente de uno que hicimos en 2022 en el Botánico de Gijón con un grupo de nueve chicos y al que llamamos Ber(de)cine-Diarios de Rodaje. Allí, junto con Carlota Nelson, una directora de cine documental maravillosa que está conmigo a piñón fijo, nos lanzamos a hacer cortos con ellos y fue fabuloso. Luego lo presentamos en el Festival de Cine de Gijón 2022 y tuvimos un éxito rotundo: la sala estaba abarrotada de gente emocionada, fue muy bonito y muy emocionante”.
Con el respaldo obtenido en 2022, el programa piloto Ber(de)cine-Diarios de rodaje regresa a una nueva edición en la que artistas y cineastas profesionales acompañan a los protagonistas apoyándoles en todo el proceso de creación. La experiencia es de nuevo muy positiva, aunque María Sol confiesa que “en esta ocasión nos embarcamos en algo más grande, el grupo era de dieciséis personas y fue de una intensidad tremenda porque cada uno hizo un corto cinematográfico. Nos parecía que no tenía sentido poner los cortos sin explicar el proceso de cómo se habían hecho y por eso decidimos hacer un documental que cuenta cómo se fueron desarrollando los talleres y todo lo que se vive desde el inicio hasta el final”.
“Los políticos y las instituciones utilizan mucho el término inclusión, pero muchas veces no es una inclusión de verdad, porque la auténtica es aquella en la que se dan apoyos para que exista, y en esto todavía hay mucho por hacer”
El pasado 20 de noviembre, el documental Berde que te quiero ver. El poder transformador de la diversidad funcional se expuso en el Teatro de la Laboral. Y aunque, en esta ocasión el aforo era mucho mayor que en una edición anterior, de nuevo lograron un lleno absoluto.
El próximo 26 de enero, Berde tendrá ocasión de volver a sentir el calor del público en la presentación que tendrá lugar en el doceavo MUSOCeduca, una iniciativa que nace en el marco de la Muestra de cine social y de derechos humanos de Asturies.
“Este es un proyecto que emociona, -explica la gestora cultural natural de la cuenca del Nalón en alusión al documental- porque da voz a estas personas que normalmente están en la trastienda y a las que no se les da la oportunidad de hablar y ahí sí que contaron su vida. Para ellos fue muy positivo, porque al verse en pantalla grande en una sala abarrotada se sienten protagonistas, sienten una especie de empoderamiento, de confianza en sí mismos. Era la primera vez que hacían un corto, que escribían una historia, un guión. Hubo muchísimas cosas que hicieron por primera vez”. Desde la experiencia de quien lleva muchos años trabajando con el colectivo de diversidad funcional, María Sol reconoce que el enriquecimiento siempre es bidireccional. “En cada proyecto nos aportan muchísimo a nosotros, esto es un aprendizaje continuo. En realidad son ellos los que nos transforman a nosotros, no al revés. Tienen un poder artístico y si les das materiales, herramientas y voz para poder hacerlo van a transformar a toda la sociedad”
“En realidad son ellos los que nos transforman a nosotros, no al revés. Tienen un poder artístico y si les das materiales, herramientas y voz para poder hacerlo, van a transformar a toda la sociedad”
La experiencia, tan intensa como fructífera, pudo llevarse a cabo gracias a la colaboración de muchas personas, profesionales del cine y la educación, pero también de acompañantes que contribuyeron a superar todo tipo de obstáculos. “Gracias al trabajo conjunto hemos descubierto, por ejemplo, que uno de los protagonistas, Pepín, que está en silla de ruedas y solo puede mover un dedo, es un poeta increíble -comenta María Sol-. Él nunca había hecho nada porque es una persona que desde muy pequeño siempre ha estado en centros, y sin saber de dónde viene, ni qué edad tiene (apenas registros de él) consiguió grabar el corto con su tablet. Se pudo hacer adaptando una especie de brazo a su silla de ruedas y de esta forma iba grabando planos en movimiento.
También había otro chico que no aprendió a leer y a escribir y descubrimos que con la grabadora del móvil podía registrar sus pensamientos, sus historias. Eso fue muy bonito”.
Desde la Asociación insisten en la necesidad de una inclusión real que sólo es posible a través de un apoyo económico. “Es necesario que el colectivo con diversidad funcional pueda participar de la cultura y el arte, y para ello necesitan ayuda. Pensamos que hay que transformar a la sociedad para que se empiece a ver con otra mirada, con ojos diferentes. Los políticos y las instituciones utilizan mucho el término inclusión, pero muchas veces no es una inclusión de verdad, porque la auténtica es aquella en la que se dan apoyos para que exista, y en esto todavía hay mucho por hacer”.
A pesar de las dificultades y la falta de financiación, los componentes de la Asociación siguen entregados a sus objetivos y planificando ya nuevas acciones. En noviembre podremos ver a la venta obras de arte de artistas con diversidad funcional y obras de reconocidos artistas asturianos que cederán lo recaudado para apoyar los proyectos de Berde. La fundadora explica que a través de diferentes talleres intentan tocar todo tipo de disciplinas artísticas porque “al ofrecer diferentes herramientas a personas con diversidad funcional, ellas van, poco a poco, encontrando su lenguaje, su vía de expresión. Y cuando eso sucede y ya hay un lenguaje artístico, a partir de ahí lo que se trata es de producir, luego hay que seleccionar la obra que se hace y exponerla para que se pueda vender. La idea final es que ellos puedan también obtener recursos con lo que hacen”.
En noviembre podremos ver a la venta obras de arte de artistas con diversidad funcional y obras de reconocidos artistas asturianos que cederán lo recaudado para apoyar los proyectos de Berde.
El camino de Berde se ha proyectado y seguirá proyectándose en el horizonte gracias a la colaboración altruista de profesionales como María Sol Álvarez, Carlota Nelson, Raquel Sakristán, Rogelio Rionda, Pablo Maojo, Rive Díaz, Verónica G. Ardura o Robert Waters. En realidad la lista es mucho más extensa, porque los proyectos de este colectivo convencen a todos aquellos que creen necesario un mundo sin barreras y ven en el arte una poderosa herramienta de transformación.
2023, un año fructífero
Si el 2022 acabó con una importante agenda de eventos y talleres organizados por Berde, el 2023 se afianzó en la senda de los reconocimientos y las experiencias enriquecedoras.
Además del documental Berde que te quiero ver, el proyecto de realizar un mural colectivo de la mano de la artista Raquel Sakristán en LABoral Centro de Arte dio lugar a la pieza documental Híbridos que narra el proceso. En el mural de trece metros participaron los 16 componentes de Ber(de)cine-Diarios de rodaje. Y la Asociación, junto con LABoral Centro de Arte, decidió concursar en el prestigioso premio europeo The Art Explora recogiendo esta experiencia bajo el nombre de Jumping the wall. Tras competir con otros 150 candidatos, quedaron entre los seis seleccionados para optar al galardón y aunque no llegaron a alzarse con el premio final, su propuesta demostró ser un buen ejemplo de nuevos diálogos entre las artes y el público.
La experiencia de hibridación de arte y espacios públicos que Berde ha desarrollado también es posible contemplarla a través de murales colectivos en otros enclaves de la ciudad de Gijón: el Hospital de Cabueñes y el I.E.S. Universidad Laboral.