El litoral oriental asturiano ha sido testigo del descubrimiento de una nueva especie invertebrada marina única en España. La ofiura encontrada, pariente de las estrellas y erizos de mar, vivió en Asturias en el Jurásico Inferior, hace aproximadamente 195 millones de años.
El hallazgo de ejemplares fosilizados en los acantilados maliayos por parte del equipo de investigación del MUJA (Museo del Jurásico Asturiano) ha sido una gran noticia para la comunidad científica. El geólogo a cargo del equipo científico del centro, José Carlos García-Ramos, y la investigadora Laura Piñuela localizaron el yacimiento en la costa maliaya, en el entorno de la localidad de Santa Mera. Para la identificación de la nueva especie contaron con la colaboración del paleontólogo alemán, Ben Thuy, del Museo de Historia Natural de Luxemburgo.
Las ofiuras asturianas se encontraron en una capa de caliza gris perteneciente al Jurásico Inferior, una época en la que Asturias se encontraba bañada por el mar. Se asemejan a ejemplares del género Arenorbis, de un periodo anterior, el Triásico, pero la presencia de ciertas características distintivas ha llevado a los investigadores a asignarles una nueva especie dentro de dicho género, y ya se las conoce como Arenorbis Santameraensis por el emplazamiento del yacimiento.
La presencia de estos equinodermos en una capa jurásica ha reinterpretado algunos de los conocimientos temporales existentes sobre este tipo de invertebrados marinos, a los que -hasta la fecha- solo se les había descrito en el Triásico Medio.
Las ofiuras asturianas (equinodermos de aspecto parecido a las estrellas de mar) se encontraron en una capa de caliza gris perteneciente al Jurásico Inferior, una época en la que Asturias se encontraba bañada por el mar.
De aspecto parecido a las estrellas de mar, las ofiuras han variado muy poco su constitución en los últimos 478 millones de años. Muestran también un cuerpo en forma de disco con simetría pentarradial, pero sus cinco brazos son más finos, largos y flexibles, convirtiéndose en el motor de sus desplazamientos en mar abierto.
La cantidad de muestras de estos animales existentes en los acantilados de la Punta La Llastra y Villar, ambos en el concejo de Villaviciosa, podría ser el origen de nuevos datos sobre estos equinodermos. Gracias a ellos es posible realizar un viaje en el tiempo con inicio en el Ordovícico Inferior, periodo en el que se cree que aparecieron, y hasta el Jurásico Medio, por los ejemplares maliayos encontrados.