Año a año crece la afluencia de peregrinos que eligen el Camino del Norte por la costa, para llegar hasta Santiago de Compostela. En el concejo de Valdés encuentran todas las facilidades de la mano de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, presidida por Mary Rico.
Esta Asociación, que existe desde 1993, ya comenzó a recibir peregrinos al año siguiente de su formación. La iniciaron unos cuantos entusiastas del Camino de Santiago y con su trabajo lograron tener el segundo albergue de peregrinos que se abrió en Asturias, tras el de Oviedo. Era el albergue de Almuña, que actualmente cuenta con 22 plazas, y que se ha reforzado con un nuevo albergue en Cadavedo, de 10 plazas, ampliable a 14.
El objetivo de la Asociación es cuidar el Camino de Santiago, estar pendiente de que los albergues funcionen bien -a través de hospitaleros voluntarios-, dar información y apoyo a los peregrinos, o buscar alternativas cuando los albergues están llenos.
Paralelamente su presidenta Mary Rico es vocal de la Agrupación de Asociaciones de todo el Norte; es vocal en la Comisión Jacobea del Principado, y coordina la mesa de trabajo que cada año celebran los ayuntamientos y asociaciones que se integran en el tramo del Camino que va desde Oviedo, por la costa occidental de Asturias y luego sigue por Galicia. Es decir, sus actividades van más allá del concejo de Valdés. Ella conoce como nadie el Camino de Santiago en su concejo, y lleva en la asociación casi 18 años.
“El Camino de Santiago contribuye al desarrollo económico de la zona por la que pasa”
-¿En qué se centra actualmente su trabajo?
-En ver qué tipo de peregrinos vienen y qué necesidades tienen. Algunos van a los albergues, mientras otros prefieren las casas de turismo rural o los hoteles, hostales, campings. Así que les informamos de todo lo que tienen en la zona. El año pasado editamos junto con el Ayuntamiento una guía de establecimientos hosteleros -tanto de alojamiento como de restaurantes- con precios especiales para los peregrinos. Queremos seguir dándo las alternativas, intentando conseguir más albergues, porque los actuales se van quedando pequeños. Apostamos por los de pocas plazas, porque la parte de relaciones humanas se pierde en albergues muy grandes.
-¿Qué supone atender a los peregrinos, que llegan mayoritariamente en época de vacaciones?
-No podemos hablar de sacrificio, porque lo que hacemos es algo que nos gusta. Estamos aquí porque sentimos algo especial por el Camino de Santiago, concretamente yo creo que el Camino está contribuyendo a un desarrollo cultural, económico y social, aparte de su fundamento religioso. El contacto con los peregrinos es muy satisfactorio y gratificante, haces un trabajo que tiene su compensación sólo y exclusivamente en el aspecto espiritual o moral.
-¿Qué ofrece esta ruta en comparación al Camino Francés, que es más conocido?
-Aparte de que el Camino Francés está masificado y que por la costa estás haciendo un camino más virgen, el peregrino valora el paisaje. Pasa por lugares únicos como el Paisaje Protegido de Entrecabos -que empieza en Cudillero y abarca desde Cabo Vidio a Cabo Busto-, un impresionante paisaje de acantilados, muy cerca del Camino. Y luego tenemos la Reserva Natural de Barayo, que una parte pertenece al concejo de Valdés y otra a Navia. La naturaleza asturiana es espectacular, el verde se aprecia mucho. También valoran de manera importante lo gastronómico; los restaurantes y demás, tratan bien al peregrino, la comida les parece muy buena y ajustada de precio. Y también los peregrinos resaltan positivamente el carácter de los asturianos, como se puede comprobar en los libros de los dos albergues. En cuanto a quejas, protestan por la señalización y la limpieza; hay poca señalización y los caminos se vuelven a llenar de maleza porque se desbrozan en mayo y en junio ya están llenos de hierba.
“El Camino por la Costa es más virgen. Aquí el peregrino valora el paisaje, la gastronomía y el carácter de los asturianos”
-¿Qué ambiente hay entre peregrinos desconocidos que se encuentran?
-Buenísimo y muy, muy agradable. Hay que estar en un albergue para comprobarlo. Los peregrinos se ayudan muchísimo, comparten. Por eso muchos prefieren pernoctar en albergues y no en hoteles, porque el ambiente forma parte del Camino, luego algunos hacen la siguiente etapa juntos. A menudo se hacen amigos para toda la vida, además el contacto con la naturaleza te hace ser más espontáneo, abrirte más a los demás… es otro ambiente.
-¿Cada vez hay más afluencia de peregrinos en Valdés? ¿Qué supone eso para el concejo?
-Sí, cada año va en aumento el número de peregrinos que para en los albergues del concejo. Desde mi punto de vista, para Valdés significa que esas personas se llevan consigo información turística a sus lugares de origen, ya sean otras partes de España o del mundo. Información referente a la calidad humana, paisajes, gastronomía, pueblos limpios. Y desde un punto de vista económico, los peregrinos están contribuyendo al crecimiento de Valdés. Pensemos que sólo en los dos albergues pernoctaron durante todo el año pasado más de 4.000 peregrinos, y eso son personas que comen bocadillos, o salen a comer o cenar a un restaurante, que hacen sus gastos -aunque sean mínimos- en el concejo. Y sólo estoy hablando de peregrinos que pasaron por albergues, hay que sumar los de los alojamientos, y los que vienen el fin de semana en autocares, que comen y demás. El Camino de Santiago contribuye de una manera real y considerable al desarrollo económico de la zona por la que pasa.
La hostelería, al servicio del peregrino
El agradecimiento que se recibe del caminante no tiene precio. Como muestra, baste un recuerdo de esta hostelera de Canero: “Un día llegó un peregrino que no tenía dinero ni para un bocadillo. Me pidió algo de comer, y le comenté que un pincho y un vaso de vino nunca se lo niego a nadie. Al final, el hombre saca de la mochila dos limones que había cogido en un árbol y quería dármelos. Le dije que los llevara para el camino, que le quitarían la sed. Pero quiso corresponder con lo único que tenía”.