En el sector de la construcción naval, la I+D+i se perfila como una necesidad más que una opción. Para la empresa asturiana Astilleros Gondán, ubicada en Castropol, la innovación se plantea especialmente en función de proyectos concretos. De todo ello nos habla Luis Cotarelo, director Financiero y de Gestión de Astilleros Gondán.
-¿Qué peso tiene la I+D+i en el sector naval, desde su experiencia como constructores?
-En el campo de la construcción naval, no sólo asturiana sino nacional e incluso internacional, nos centramos especialmente en la innovación. Me ceñiré a lo concerniente a los astilleros, puesto que es nuestro campo dentro de un sector naval que es muchísimo más amplio. Nuestro trabajo es vender un barco: diseñarlo, construirlo y entregárselo al cliente. Los astilleros de nuestro tamaño están muy centrados en proyectos concretos. Aquí no se hacen series, sino un número de barcos al año cada uno distinto del otro, específico, según lo que necesite el cliente. Por eso la innovación está muy asociada a las condiciones que trae cada proyecto. Hay también una cierta innovación en los procesos constructivos: cómo mejorar nuestros procesos de ingeniería, o nuestros procesos de soldadura. Es cierto que nuestra capacidad de mejora está relativamente limitada, puesto que hace tres mil años que se fabrican barcos y los procesos en los astilleros están ya muy estudiados. No obstante, los barcos evolucionan a mucha velocidad. En concreto nosotros hace años que apostamos por barcos complejos, con un valor añadido. En ese campo sí existe mucha innovación y es necesaria mucha más.
“La decisión de hace unos cuantos años de fabricar barcos más complejos tecnológicamente nos ha obligado a desarrollar nuestro conocimiento de los barcos y su complejidad técnica”
-¿Cuáles son los barcos más susceptibles para realizar innovación, dentro del campo de trabajo de Astilleros Gondán?
-Aquellos que tienen una tecnología más avanzada. Dentro de eso, nosotros llevamos años trabajando en buques offshore, que son los que trabajan alrededor de las plataformas petrolíferas que están en el mar. Dentro de ese apartado hay una amplia gama de barcos y un desarrollo tecnológico enorme, quizá porque el petróleo tiene grandes márgenes de explotación, cada vez se busca a mayores profundidades y se requieren equipos más complejos. Además el sector del petróleo tiene capacidad para pagar la innovación. En otros casos, cuando se trabaja con un producto donde no hay márgenes, apenas tenemos capacidad para innovar.
-¿En qué medida el interés por las nuevas tecnologías ha ayudado a la expansión de la empresa?
-La decisión de hace unos cuantos años de fabricar barcos más complejos tecnológicamente es lo que nos ha obligado a desarrollar nuestro conocimiento de los barcos y su complejidad técnica. No se trata tanto de la tecnología en el astillero -no es que soldemos diferente que un barco más sencillo; aquí sigue habiendo pintores, soldadores, carpinteros, etc.-, sino que la innovación se encuentra más en el conocimiento del proyecto global.