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viernes 22, noviembre 2024

‘La innovación es un campo infinito’. José Manuel Pérez ‘Pericles’. Ex-Presidente de la Ciudad Tecnológica Valnalón (Langreo)

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Acaba de jubilarse, pero su nombre está unido definitivamente al de Valnalón: un proyecto planteado para reflotar la economía langreana y que hoy se ha convertido en un referente en innovación y apoyo a la cultura emprendedora.

Hablar de Pericles, pues, es hablar de Valnalón, y él mismo lo sigue haciendo en primera persona: hacemos, queremos, vamos a… Aunque en un momento de la entrevista él mismo se recuerda que debería cambiar el verbo, lo cierto es que alguien con su carácter no se jubila nunca, y él lo tiene clarísimo: “no pienso dejar de trabajar”. Le llaman, por ejemplo, para dar conferencias por todo el mundo, en las que cuenta su particular visión de la cultura emprendedora. Para ello utiliza muchas veces un símil deportivo, ya que su experiencia como deportista y entrenador de equipos juveniles le sirvió para plantear un programa educativo novedoso que han copiado en varias comunidades españolas y en otros países.

-El programa formativo creado en Valnalón busca “plantar la semilla de la innovación en los jóvenes” ¿Hasta qué punto es importante crear una mentalidad empresarial e innovadora a una edad temprana?
-Desde el principio yo planteé esto como un nuevo deporte que hubiera que introducir en la sociedad. Y eso, desde mi punto de vista de entrenador de toda la vida, sólo se consigue empezando a los cinco años. Mi idea es conseguir dos horas a la semana de educación emprendedora, igual que se hacen dos horas a la semana de educación física. Ahora mismo en secundaria tenemos cubiertos tres cursos de cuatro, pero mi nueva idea es que pudiera haber más de un programa por curso, porque no hay que buscar sólo la actividad empresarial, como pensábamos al principio: hay que buscar cualquier actividad que suponga un reto. Queremos hacer un programa relacionado con el arte, otro de emprendimiento social… En un mismo curso tienes Tecnología, que es donde va el programa de innovación tecnológica, Educación para la ciudadanía, que es donde va el emprendimiento social, y Empresa Joven Europea. Nuestra innovación es conseguir asignaturas optativas a base de hacer que el programa cumpla un currículum que ya existe, pero cambiando la metodología de trabajo.

“Hay que demostrar que somos capaces de generar conocimiento, y vender, en algo donde nadie supone que Asturias pueda destacar, como es el emprender. Así seguramente abramos camino para otras empresas que pretendan vender su innovación”

-¿Cuál es el planteamiento didáctico de este programa, y cómo ha ido evolucionando?
-Al principio nosotros planteábamos una educación empresarial en el sentido económico, pero poco a poco fuimos viendo otros aspectos. Es decir, fuimos innovando en nuestro propio trabajo. Por eso estamos buscando todas aquellas actividades que requieran que los alumnos tengan que hacer frente a algo desconocido. En realidad lo más importante de nuestra gestión es la metodología, donde los profesores pasan a ser asesores o entrenadores, como a mí me gusta decir, porque están fuera de las líneas de juego. Los que están dentro son los alumnos, que hacen y deshacen, ponen un capital si hay que ponerlo, se equivocan y resuelven sus propios problemas. Es lo que se llama aprendizaje cooperativo: aprender haciendo, que es la mejor manera de desarrollar habilidades personales.
-Este programa lleva años en marcha. ¿Se ven ya los frutos?
-Hay gente con la que hemos trabajado que ya tiene treinta y cinco años o más. De aquella gente hay quien montó empresas, a muchos les conocemos porque han venido a Valnalón con la idea para que les ayudemos a desarrollarla. Pero nos falta un estudio que cuantifique para qué sirvió exactamente toda esa formación, esa gente que hizo programas con nosotros, en qué situación están en la vida, si montaron empresas, si son líderes sociales, si son emprendedores… Date cuenta de que en estos años en Asturias pasaron por nuestros cursos ciento setenta y cinco mil alumnos, además de cien mil fuera de Asturias.
-También les han copiado en otras comunidades autónomas. ¿Cuál es la importancia de esta expansión?
-Nosotros estamos trabajando desde hace diez años en otras comunidades como el País Vasco, Navarra, La Rioja, Cataluña, Andalucía, Extremadura, Valencia… También trabajamos en Gran Bretaña, en Holanda, en cinco países latinoamericanos, pero fundamentalmente tenemos mucho alumnado en el resto de España. Y en Asturias crecemos aproximadamente un 15% anual, pero fuera de Asturias, el crecimiento es mucho mayor. Lo que yo me planteaba hace muchos años era demostrar que en una cosa donde nadie supone que Asturias pueda destacar, que es el emprender, si ahí somos capaces de generar ese conocimiento y venderlo, seguramente abramos camino para una empresa que pretenda vender su innovación.

“El aprendizaje cooperativo, aprender haciendo, es la mejor manera de desarrollar habilidades personales”

-Ha dicho “la innovación tecnológica no llegará si antes no se hace una innovación de gestión”. ¿Este programa es un ejemplo de ello?
-Para mí está muy claro, es una equivocación intentar conseguir la innovación tecnológica si antes no viene precedida de la innovación de gestión: yo parto de que si las empresas no innovaran no estarían ahí, habrían muerto, pero si tú sigues gestionando como siempre seguirás haciendo lo mismo.
Nosotros tratamos de generar los empresarios del futuro, pero también hay que dedicar tiempo a los de ahora. Probablemente la gente más joven viene con otra mentalidad de gestión, pero la inmensa mayoría de las empresas están gestionadas por gente por encima de cuarenta años. Por eso, igual que se mejoró la calidad a base de empezar a “dar la vara”, se sacaron manuales de calidad, el Idepa daba subvenciones… se fueron dando los primeros pasos y después el mercado empezó a presionar, a pedir el certificado de calidad, la ISO correspondiente. Yo creo que con la gestión de las empresas habría que hacer algo similar, inventar una ISO, crear un clúster, algo que permita a la gente aprender herramientas fáciles de control de procesos.
-Usted fue el generador de la Ciudad Industrial Valnalón, que supuso un gran impulso en una zona deprimida económica y socialmente. Esa Ciudad Industrial se ha convertido, con el tiempo, en una Ciudad Tecnológica. ¿Qué supone este concepto ahora que estamos en una crisis mucho más global que en los orígenes?
-Al principio de todo, aquel polígono, que yo quise llamar ciudad industrial, era realmente un polígono de empresas industriales, casi totalmente metal mecánicas; era la cultura de la zona, y un sector que en Asturias va a tardar mucho en morir. Pero hace diez años empezamos a meternos en el mundo de las nuevas tecnologías, vimos que tenía un potencial enorme, así que quisimos cambiar el concepto para traer empresas de ese sector. El nombre es importante, por ejemplo la Escuela de Minas hace veinte años que tenía que haber cambiado de nombre, igual que nosotros cambiamos de industrial a tecnológico, porque en Minas se forman ingenieros expertos en subsuelo, o en obras en el subsuelo. El gran error de mucha gente que vivió a la sombra de las minas es pensar que ellos trabajaban para las minas, y no ver que hay muchos mineros que están trabajando en grandes obras públicas.

“Es una equivocación intentar conseguir la innovación tecnológica si antes no viene precedida de la innovación de gestión”

-Acaba de jubilarse, ¿alguien como usted será capaz de dejar de trabajar?
-No pienso dejar de trabajar. Voy a seguir dando charlas por el mundo, porque cada vez que salgo fuera aprendo. La innovación es un campo infinito en el que, con un poco de metodología y sabiendo a dónde se quiere ir, se pueden conseguir grandes cosas.
Pero el discurso que hay aquí es el contrario, es que las empresas no innovan. Y una parte de eso está relacionada con mejorar los sistemas de gestión, y otra posiblemente también con el miedo al fracaso, por decir “no voy a plantear eso que es una tontería”. Claro, pero es que el chupa-chups es una tontería, y la fregona, y mil cosas más que han triunfado.
Una vez que tienes la idea necesitas ser capaz de estructurarla y plantearla, necesitas a alguien que la escuche y no se ría de ti. Y a eso me refiero con mejorar los sistemas de gestión, en cierta manera hay que decirles a los empresarios que el mundo ha cambiado, y que la innovación en la gestión significa también ser capaz de escuchar a todo tu equipo, porque a lo mejor el último de a bordo te da la idea que salva tu empresa en un futuro. Tienes que ser capaz de motivar a todo tu equipo para que cree ideas. Pinche aquí para ver más contenidos del I+D+i

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