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martes 26, noviembre 2024

Carmen Hijosa. Inventora de Piñatex, una alternativa vegetal al cuero

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La Oficina Europea de Patentes ha nominado a esta emprendedora asturiana a los premios European Inventor Award 2021 -que se fallarán el 17 de junio- por su alternativa al cuero creada a partir de las hojas de piña. Hoy Piñatex es una opción para muchas marcas de moda internacionales que la utilizan en sus diseños. Detrás de este invento está la doctora Carmen Hijosa con una historia de inspiración detrás que nos recuerda que todo es posible.

A la hora de emprender todo el mundo piensa que la idea es lo más importante y no es así, a una buena idea hay que sumarle la capacidad que tienen algunas personas para poner en marcha proyectos y además de ello, tener los conocimientos adecuados para gestionar todo. En cinco años Hijosa pasó de ser estudiante de doctorado a fundadora y directora de Creación e Innovación de Ananas Anam, la empresa que ha desarrollado Piñatex. Aunque siendo fieles a la verdad, la historia de este descubrimiento empieza, de dentro hacia fuera, treinta años atrás.

Su primera empresa la inició con treinta libras irlandesas en el bolsillo. Al cabo de un tiempo ya tenía a 30 personas haciendo piezas de cuero de lujo que vendían en las mejores tiendas y joyerías.

Carmen nace en Salas, era la mayor de cuatro hermanos y desde pequeña llamó la atención por su carácter rebelde. Recuerda cuántas veces le decía su madre, “pero qué rebeca eres, hija”. Fruto de su carácter y sus ganas de aventura, a los 19 decide marchase a Irlanda a aprender inglés. Trabajó de todo un poco para poder estudiar: cuidando niños, limpiando hospitales, restaurantes… Una dinámica que ha mantenido hasta el día de hoy: estudiando para poder trabajar y trabajando para poder estudiar.

Su primera empresa la inició con treinta libras irlandesas en el bolsillo. Hacía con otra persona pequeños productos de cuero que luego vendían en los mercados. Aquellos diseños tuvieron mucha aceptación y al cabo de un tiempo ya tenían a 30 personas haciendo piezas de cuero de lujo que vendían en las mejores tiendas.

En Filipinas vivió un gran impacto cuando visitó los lugares donde se curtía el cuero y las condiciones en las que trabajaban. Decide no utilizar más este material y buscar una alternativa sostenible.

En los noventa Hijosa empezó a realizar labores de consultoría de moda de artículos de cuero para el Banco Mundial, para proyectos financiados por la UE, lo que la llevó a viajar por Asia, Sudámerica, Caribe y experimentar la realidad de la producción mundial del cuero.

En Filipinas vivió un gran impacto cuando visitó los lugares donde se curtía el cuero. Vio las condiciones en las que trabajaban en las tenerías, donde también había niños; cómo enfermaban a causa de la exposición a productos químicos peligrosos y sufrían accidentes laborales muy graves por la maquinaria que empleaban. Y cómo aquellos productos tóxicos acababan en el agua. Conmovida por el negativo impacto social y también ambiental del proceso de producción local del cuero decide no utilizar más este producto, pero ¿cuál era el plan B? Su vena rebelde y buscadora la lleva a investigar in situ en busca de una oportunidad. La búsqueda de una alternativa sostenible se convierte en su nueva misión. Tenía por costumbre cada vez que iba a un país ver qué se producía allí. “Descubrí en Filipinas las maravillosas hojas de fibra de piña que utilizan tradicionalmente para hacer prendas tan ligeras y bonitas como la típica camisa Barong Tagalog. Eso me inspiró y me pregunté si no podía utilizarse como alternativa al cuero. ¿Qué pasaría si hago una malla con estas fibras de piña?”, explica Hijosa.

Fibras de hojas de piña y calzado elaborado por Piñatex con ese material
Fotos: European Inventor Award 2021

“Descubrí las maravillosas hojas de fibra de piña que utilizan tradicionalmente para hacer prendas. Eso me inspiró y me pregunté si no podía emplearse como alternativa al cuero”, explica Hijosa.

Tenía la idea, pero había que aterrizarla. Eso la lleva a sumergirse en un proceso de investigación y desarrollo que durará doce años. Un período en el que consigue diferentes títulos textiles, crea una empresa -Ananas Anam- para poder lanzar el producto, refinancia su casa para poder seguir investigando y completa su doctorado a los 62 años. “Yo siempre creí en ello por eso tuve la determinación de seguir adelante. Claro que te enfrentas a desafíos que ni te imaginabas, pero eso es lo que ocurre cuando quieres desarrollar algo completamente nuevo”.

Después de extraer la fibra de esas hojas, lavarlas, dejarlas al sol y prensarlas quedó un tejido similar al fieltro. A ello le aplicó un recubrimiento que le da un aspecto parecido al cuero. El resultado es un producto repelente al agua, transpirable, elástico y más ligero que el cuero. Un producto totalmente nuevo que no existía en el mercado.

“Comparado con el cuero, Piñatex tiene un componente medioambiental que lo hace mucho mejor que él”

La materia prima de la que se extrae este tejido no escasea. Cada año se producen más de veintisiete millones de toneladas de biomasa de la cosecha de piña, un residuo vegetal que normalmente se deja pudrir o se quema directamente. Con la recogida de este subproducto, Hijosa ofrece además un ingreso adicional a los agricultores de la zona. “Comparado con el cuero, Piñatex tiene un componente medioambiental que lo hace mucho mejor que él. No consume agua, ni tierra, ni fertilizantes por lo que es muy limpio y contribuye a la sostenibilidad ética”.

El siguiente paso para el éxito del producto fue la patente que obtiene en 2018. “Cuando tienes una idea la patente es muy importante porque cualquiera puede copiártela. La patente protege al inventor y además si quieres crear una empresa necesitas dinero y para conseguirlo debes tener algo para convencer a los inversores”.

Prenda elaborada por Piñatex
Foto: European Inventor Award 2021

¿Aquí se termina la historia? Ni mucho menos. En la actualidad Carmen Hijosa sigue siendo directora de Creatividad e Innovación en Ananas Anan e investiga nuevos desarrollos textiles a base de residuos de origen vegetal. Su trabajo pionero ha ayudado a posicionar a su empresa como líder del mercado, en un momento donde los consumidores empiezan a presionar en favor de opciones sostenibles. Casi tres mil marcas de ochenta países utilizan Piñatex, tienen más demanda de la que pueden atender.

A sus 69 años, cuando la mayoría de las personas se jubilan, la asturiana dice tener una larga lista de ideas que espera se vayan convirtiendo, una a una, en maravillosos proyectos. “Para mí la edad es algo totalmente irrelevante. Me sigue apasionando innovar y transformar la realidad”.

European Inventor Award
Es uno de los premios a la innovación más prestigiosos de Europa. Lanzado por la Oficina Europea de Patentes (EPO) en 2006, distingue la labor de inventores individuales y equipos cuyos inventos pioneros brinden respuestas a algunos de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Los finalistas y ganadores son seleccionados por un jurado independiente formado por autoridades internacionales del ámbito empresarial, político, científico, académico y de investigación que examinan las propuestas por su contribución al progreso técnico, desarrollo social, prosperidad económica y creación de empleo en Europa. El público también puede votar al que considere ganador del Premio Popular entre los quince finalistas mediante votación en línea en el sitio web de la EPO.

Los ganadores de la edición 2021 del European Inventor Award se anunciarán en una ceremonia que se celebrará el 17 de junio, un evento digital para una audiencia de todo el mundo.

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