Dicen que quien se olvida de su pasado, no tiene un buen futuro. Recientemente un grupo de personas enamoradas de su concejo han editado el libro “Morcín en la Prensa (1886-1952)”, una obra que recopila reseñas periodísticas sobre el municipio publicadas en diferentes medios de comunicación.
El libro recoge un total de treinta y tres reseñas periodísticas que se acompañan de setenta fotografías antiguas facilitadas por los vecinos del concejo. Fernando Delgado ha sido el responsable de encender la llama que prendió la hoguera. Su amigo el allerano Pedro Rodríguez, cronista oficial del Centro Asturiano de Oviedo, comenzó hace dos décadas a entregarle copias de artículos de prensa antigua que hablaban sobre Morcín. Poco a poco en la mente de Delgado se fue perfilando la idea de cómo poner en conocimiento de todos los vecinos del concejo esa información. ¿Qué mejor forma que publicar un libro con todas las reseñas? A día de hoy el volumen “Morcín en la Prensa (1886-1952)” está agotado y los vecinos ávidos de conocer más sobre su historia.
-Usted como creador del proyecto, ¿cómo definiría la obra?
-El libro recopila diferentes publicaciones periodísticas sobre el concejo de Morcín desde 1886 hasta 1952. Tenía esta documentación en mi poder y a fin de que no se quedara solo para mí y trascendiese, me puse en contacto con Mino, el alcalde y la concejala de cultura María Perera. Los periódicos de los que se recopilaron las reseñas fueron El Carbayón, El Nordeste, El Gráfico, Avance, Región, La Voz de Asturias y La Nueva España. El problema que teníamos era que no había fotografías, solo teníamos información escrita y hacer un libro solo de textos es muy difícil para el lector. Entonces pusimos en marcha un equipo de trabajo en el que participó la bibliotecaria de Morcín, Noelia Pereira, la concejala de cultura, María Perera, la vicepresidenta de la Asociación de Mujeres So La Malena, Montse García y yo. Para acompañar los textos recopilamos fotos antiguas de las siete parroquias del concejo. Fue muy curioso y se generó una expectativa muy elevada porque cuando consigues fotos antiguas en las que salen tus abuelos u otras personas se despierta mucho interés a nivel emocional.
-¿Es muy diferente el concejo que refleja el libro al actual?
-El concejo ha tenido diferentes fases. En aquella época la única vía de comunicación que había con Mieres o con Oviedo era el tren de FEVE. No había carreteras y básicamente se vivía de la agricultura y la ganadería. Cuando llegó Minas de Riosa, en la segunda parte de la primera mitad del siglo, es cuando empieza la minería del carbón y esto genera un cambio importante. Esto hace que el nivel de rentas del concejo haya sido muy elevado en los años 60 y 70 aunque ahora estamos ya en otra fase porque ha cerrado el pozo Monsacro y lo que más hay son prejubilados, casas vacías y la gente joven se marcha porque no hay alternativas. Es una pena que un concejo como este o como Riosa que están tan cerca de Oviedo se encuentren en esta situación. Hay recursos, pero por ejemplo las alternativas turísticas no están desarrolladas. Hay productos como la avellana que antiguamente se recolectaba en grandes cantidades pero como se pasó directamente a la minería, todo esto desapareció y ahora vivimos de la Seguridad Social con las prejubilaciones. Esto ha marcado un cambio en el concejo brutal tanto en lo estético como en lo social.
«El libro recopila diferentes publicaciones periodísticas sobre el concejo de Morcín desde 1886 hasta 1952»
-¿Se puede considerar que este libro es un legado para las nuevas generaciones?
-En el prólogo digo que es un homenaje a nuestros antepasados, para que la gente joven de hoy en día conozca cómo se vivía antes, las condiciones difíciles en las que nacían y que pongan en valor lo que tenemos ahora. Nuestros antepasados merecen que no los olvidemos nunca, porque nos han abierto el camino con mucho esfuerzo para que nuestras vidas fuesen mejores que las suyas.
-¿La gente de más edad sintió que se reflejaba el concejo que ellos conocieron?
-A la gente mayor le gustó mucho. Fue un éxito porque cuando a los ciudadanos les haces partícipes y protagonistas del libro, que es lo que pretendimos con las fotografías, se implican. Fue la propia ciudadanía la que nos facilitó las fotos pero fue un trabajo coral que hizo un equipo de personas con mucha ilusión. Nos generó mucha ilusión para seguir trabajando, ver que nos los quitaban de las manos.
-Prueba de la buena acogida de los libros fueron las presentaciones…
-Hicimos dos, una en La Nueva España a finales de marzo a la que acudieron más de trescientas personas y a la semana siguiente hicimos otra en Morcín, concretamente en La Foz y también hubo mucha afluencia de gente. El libro fue gratuito, lo editó el Ayuntamiento y todo el mundo quería tener un ejemplar, de hecho está agotado. Solo quedan unos pocos ejemplares en poder del Ayuntamiento. Ver la gran acogida que ha tenido el libro nos ha animado a seguir en esta dirección.
-¿Están preparando nuevas ediciones?
-Todo el material que hemos recopilado nos ha servido como fondo documental de la biblioteca del Ayuntamiento y también nos ha permitido seguir avanzando. Recogimos todas las fotos e hicimos un llamamiento a la gente para que nos trajera más fotos que tuvieran en casa. Se escanean y se les devuelven y así vamos creando ese fondo documental y también las estamos preparando para utilizarlas en el segundo libro que queremos sacar para la primavera que viene y que va desde 1950 al 2000, de esta época hay mucha más información. Después tenemos un tercer proyecto que será el del 2000 al 2020 pero esto ya lo dejaremos para finales de año o para el siguiente.