Íbamos a tocar el viento
pero salieron a nuestro encuentro árboles
y nos dijeron:
“No se puede tocar el viento con las manos”.
Las manos fueron hechas para tocar el barro.
Para tocar la tinta.
Las hojas fueron hechas para ser tocadas por el viento.
De Poesía reunida 1991-2021, Ediciones Mastodonte