Subieron cielo arriba
con gigantes megáfonos:
“¡Quien entienda una guerra,
que levante las manos!”.
Y sólo un presidente
y un rey refunfuñón
y un obispo reumático
y un fabricante de hambre
y un falso ecologista
y un inventor de marcas
y un coronel jorobo
y un vendedor de lágrimas
y un cazador de cuentos
y un dirigente ufano
y el abuelo de un monstruo
levantaron el brazo.
(Bueno…, y unos buitrecópteros
con pancartas carnívoras
que esparcían catarros).