Zona temporalmente autónoma
Hay mujeres que escriben
donde las mujeres no hablan,
hay revueltas pacíficas
que derrocan a reyes sanguinarios,
hay poemas que aciertan,
mercaderes que hacen regalos,
hay música en mitad de la batalla,
fresas entre las matas,
hay gente que se encuentra y se entiende, hay
súbitos sorprendentes triunfos del amor sin condiciones:
hay paraísos,
hay pequeños y precarios paraísos
por los que caminamos
como por una larga playa de un mar bravío
en la que huele a pescado a la brasa y se ríe y se baila
y se juega sin reglas y nos balanceamos
al unísono en grandes hamacas de tela roja
y todos nos abrazamos y olvidamos todos,
y todos vehementemente olvidamos,
olvidamos todos con alegre vehemencia
que antes o después
se va a terminar
el fin de semana.
(De Las señales que hacemos en los mapas)