¡Hola! Soy Laura Arboleya Noval, saregana nacida en los 90. Cocinera de profesión y aficionada al dibujo y la pintura desde que tengo memoria. Mi otra gran afición es la pastelería, pero ésta llegó más tarde.
El nombre de L.l.auri (Lauri en castellano) viene de cuando tocaba la gaita, así me llamaban por aquel entonces, un mote cariñoso del que guardo muy buenos recuerdos y por eso decidí usarlo para firmar mis dibujos.
Como mencioné anteriormente, aficionada al dibujo y la pintura desde guaja. Siendo bien pequeña, una profesora le dijo a mi madre “a esta niña se le va a dar bien el dibujo”. Ahí la creatividad ya empezaba a hacer de las suyas.
Mi madre siempre recuerda que una vez en el cole nos llevaron a pintar al aire libre y yo dibujé la capilla de Vega. Cuando terminé, todos se sorprendieron, pues había pintado una grieta que tenía la fachada de la capilla, cosa que los demás niños ni se habían fijado. Y es que a la hora de pintar siempre fui de fijarme en los pequeños detalles, esos detalles que para muchos ojos pasan desapercibidos pero no para los míos. Esos detalles creo que marcan la diferencia.
No me dedico al mundo artístico, no sé si decir porque no pude o porque no quise. En los últimos años de instituto, esa época en la que nos hacen decidir en muy poco tiempo “qué queremos ser de mayores”, los profesores me animaban a estudiar el bachiller de Bellas Artes para luego seguir con la carrera porque “era lo mío y valía para ello”, pero yo pensaba “¿A dónde voy yo?, ¡si a mí no me gusta estudiar!”. Total, que se me metió en la cabeza que quería estudiar Cocina. Lo tenía claro. Una carrera yo no la iba a hacer, así que me fui a Gijón a la Escuela de Hostelería, donde pasé cuatro años de mi vida; primero estudié Cocina y después Pastelería, donde descubrí mi otra gran afición, que pasó a gustarme tanto o incluso más que la Cocina.
Mi trabajo está en la cocina pero muchos de mis días de descanso me los paso dibujando o preparando algún postre, haciendo fotos al resultado final y posteriormente subiendo las imágenes a mis redes sociales, como si de una influencer se tratara.
Dibujé y dibujo casi de todo, pero he de reconocer que lo que más me presta y con lo que más cómoda estoy (aunque muchas veces no salga bien) es dibujando gente haciendo cosas y los retratos, un tema bastante complejo, ya que lograr que un retrato se parezca a la persona es difícil en cuanto a proporciones, captar gestos, la mirada… pero ¿quién dijo miedo?
Siempre etiqueto mis dibujos en Instagram con el hashtag “a mi manera” porque utilizo varias técnicas (lápices de colores, lápices de grafito, gouache, acuarela…) y sé que alguna de ellas no la domino, como es la acuarela por ejemplo. Sé que no se pinta como yo lo hago, usando tanto pigmento, pintando tanto detalle, marcando tanto las líneas, pero es mi manera de hacerlo y no hago mal a nadie, te puede gustar más o menos pero es simplemente eso, a mi manera.
¡Larga vida a la creatividad!