15.3 C
Oviedo
viernes 5, septiembre 2025

Kuma Cherries. Primera plantación profesional de cerezas

Lo más leído

Más del autor /a

Detrás de un gran proyecto siempre hay detrás una persona que decide darlo todo para hacerlo realidad. Es el caso de Gabriel Rius, que ha puesto en marcha la primera plantación profesional de cerezos en la localidad de Linares (Allande) bajo la denominación de Kuma Cherries. Aunque, la producción no está aún a su pleno rendimiento, todo demuestra que la apuesta ha sido acertada.

Plantar 9.500 árboles de una variedad no común en esta tierra y esperar cinco o seis años a que den sus frutos es un riesgo que ha asumido este catalán, con pareja asturiana, asesorado por un amigo de la infancia que tiene un negocio similar en Tarragona. El cambio climático ha tenido mucho que ver en esta aventura, bueno, eso y el amor.

Este catalán del barrio de Gracia (Barcelona) se enamoró de Susana Fernández de Cangas del Narcea. Dejó su trabajo de comercio exterior que le exigía estar fuera del país durante un cierto tiempo para ganar calidad de vida y conciliar su vida laboral y familiar. Así le surge la idea de dedicarse a la agricultura aplicando nuevas ideas.

Gabriel Rius en su plantación de cerezos Kuma Cherries.
Gabriel Rius en su plantación de cerezos Kuma Cherries.

-¿Cómo decides trabajar 11 hectáreas tú sólo? ¿Habías tenido alguna experiencia previa?
-No, era la primera vez que me metía en este mundo, pero tampoco me podía plantear contratar a alguien porque ya habíamos hecho una inversión importante y era inviable económicamente contratar a otras personas. Por otro lado, quería conocer de primera mano todos los procesos, empezar desde cero, para, cara a un futuro, poder instruir a otros. Te confieso que hasta hace muy poco no sabía ni arrancar un tractor, no tenía mano con las plantas de mi casa que se me morían, así que fíjate qué cambio.

-Pues algo de mano tienes que tener para haber emprendido este proyecto sin haber tenido experiencias previas.
-Sí, bueno, supongo que al final se trata de creer en uno mismo, en el proyecto e intentar no tener miedo y tirar para adelante.

-Desde que plantaste los árboles hasta que recoges la primera cosecha, ¿cuántos años han pasado?
-En nuestro caso han sido cuatro años. Plantamos en 2021 y este año hemos tenido ya la primera cosecha, una cosecha un poco traicionera porque no son suficientes kilos como para tener ganancia, pero tampoco podemos dejarlos en el árbol. La madurez llega a los cinco o seis años, ahí sí podemos hacernos una idea de la producción que entonces sería del 100%.

-¿Y cómo se lleva ese tiempo de incertidumbre esperando a que crezcan los frutos?
-Es muy heavy. Son cuatro años de mucho trabajo mental y de mucha inversión económica. Para ello hicimos un plan que seguimos a rajatabla. Los Excel nunca fallan. Siempre salen cosas con las que no cuentas por eso cuanto más acotado tengas todo mejor puedes abordar los imprevistos, pensar en frío, no perder los nervios, seguir los planes establecidos… no es fácil.

-¿Cuál es el potencial máximo que esperas sacar de la plantación?
-Cuando tengamos toda la plantación trabajando al 100% calculamos que tendremos entre 70-80 toneladas al año por campaña.

-¿Qué variedad de cereza tenéis?
-Aquí en Linares (Allande) tenemos la cereza Lapins que es de maduración tardía, de gran tamaño y sabor dulce y jugoso. Esa se planta por la zona del Jerte (Extremadura) y Aragón. También la Kordia Regina, una que es más crujiente, más tardía y necesita muchas horas de frío.
En general la cereza necesita mucho frío para conseguir una calidad buena cuando llega el momento de la cosecha, tanto en la forma, es decir, morfología como a nivel organoléptico. Lograr estas horas de frío es un paso indispensable porque si no tienes problemas de calidad con la fruta. Y aquí en Asturias, en ese aspecto no tenemos ningún problema, al contrario. Tenemos horas de frío que nos permiten trabajar con estas variedades que justamente salen al mercado cuando empieza el declive de esta fruta en el resto de la península.

Cereza de Kuma Cherries

-Estáis en una zona donde tradicionalmente hay muchas cerezas. ¿Alguna de estas variedades son autóctonas?
-No, las que hay por aquí son cerezas pequeñas que no dan los calibres comerciales. Al final el mercado es el que manda. Por eso hemos elegido variedades que se suelen plantar en zonas frías del norte de Europa y que ahora con el cambio climático encajan perfectamente en este entorno.

-¿De dónde vienen los árboles que habéis plantado?
-Estos árboles están injertados por un vivero de la zona Tarragona porque este proyecto empezó a andar en colaboración de un amigo mío de la infancia que se dedica desde hace años al cultivo de la cereza con una industria totalmente consolidada.

-¿Qué microclima tiene esta zona que lo hace ideal para este proyecto?
-Nosotros vivimos en el concejo de Cangas del Narcea, cerca de Leitariegos. Vimos que con el cambio climático esta zona se está convirtiendo en más seca, pero se sigue manteniendo fría y húmeda en otoño, invierno y principio de primavera. Y eso nos hizo animarnos a poner en marcha el proyecto.

-¿Cuáles han sido los principales desafíos a los que has tenido que enfrentarte?
-Obviamente el desafío económico es primordial, es una inversión importante. También hemos buscado fórmulas para simplificar gastos. Por ejemplo, nosotros no tenemos ningún terreno en propiedad, son arrendamientos de 15-20 años que es la vida de un árbol produciendo al 100%. Un problema, entre comillas, fue encontrar un terreno adecuado para desarrollar todo esto porque aquí hay parcelas muy pequeñas y luego la orografía es complicada. Otra cuestión fue la de convencer para los arrendamientos a la gente que era mayor, no acostumbrada a que vengan proyectos de esta envergadura y tan novedosos. El hecho de ser pioneros dificulta las cosas. Luego, estuvo también el tema de conseguir ciertos materiales, productos, abonos… ahí nos tuvimos que buscar bastante la vida.

-¿Crees que, en tu caso, el entorno rural ofrece más ventajas al emprendedor que el entorno urbano?
-Hombre, yo creo que más ventajas no, pero si analizas el mercado, en qué sitio vives, sus particularidades, puedes hacer de ese sitio un lugar único para emprender algo que los demás no tengan. Ese estudio a lo mejor es más fácil hacerlo en un entorno urbano donde tienes al consumidor a mano, tienes gente diversa. Estar en un entorno rural creo que te obliga a ser más creativo, a buscar más opciones.

-¿Qué fue lo que más te llamó la atención de ese lugar, lo que más valoraste?
-La zona de Linares lo que cumplía eran condiciones climáticas muy importantes para nosotros. Tiene una ubicación a sur que la hace superfavorable para que los árboles tengan mucho sol y muchas horas de luz, que es lo que quieren. Y luego, es una zona que recientemente ha hecho una concentración parcelaria y a nivel de papeles es más fácil llegar a acuerdos para arrendamientos.

-¿Cómo definirías tu relación con el medio rural? ¿Qué papel juega en tu vida diaria?
-Yo vengo del barrio de Gracia en Barcelona, he crecido allí y la verdad que una ciudad te da un montón de ventajas y facilidades para quien valore ese tipo de cosas. Al venir aquí, me he sentido bien, me aporta otra calidad de vida y eso me ha hecho cambiar de prioridades. Esta es la vida que quiero para mi familia y para mí.

-¿Te dio vértigo tomar aquella decisión?
-Sí, me dio un vértigo de la leche. De hecho, no me fui a Cangas del Narcea si no a un pueblo donde somos 15 en invierno. Pero la calidad de vida inclinó la balanza. Ya me hubiera gustado tener estas condiciones que tienen mis hijos cuando yo tenía su edad.

-¿Echas algo de menos de tu vida anterior?
-Claro que echas de menos cosas, pero cuando has definido tu escala de valores, tus prioridades, eso pasa a un segundo plano. Puedo echar de menos a mis amigos, quedar con ellos, salir a menudo, pero bueno tenemos la gran suerte de que desde Asturias hay 4 o 5 vuelos diarios a Barcelona y estamos a solo una hora.

-¿Qué proyectos tienes a partir de aquí? ¿Qué cosas rondan tu cabeza?
-Esta es una buena pregunta porque, a ver, proyectos por la cabeza te pasan mil. Son muchas horas subido en un tractor, pero bueno, yo creo que ahora mismo lo que tenemos que hacer es centrarnos en lo que hay porque todavía esto no está funcionando al 100% Cuando lo tengamos todo en marcha iremos viendo más cosas que, por supuesto, irán enfocadas en lo rural, en la agricultura. La inversión que tenemos aquí en cierta forma nos obliga a no descentrarnos para recuperar lo invertido cuanto antes.

-Decías en una entrevista que la gente del sur mira al norte, porque empiezan a fallar cultivos que aquí se dan muy bien. ¿Podríamos hablar de un nuevo nicho de negocio?
-Yo pienso y confío en que sí. De hecho, la base del proyecto es esta, es decir, traer un cultivo como la cereza, que siempre ha sido de la zona sur o centro de la península, al norte. Aquí también hay otra ventaja y es que no falta el agua porque la agricultura sin agua no existe.
Tengo la certeza de que el agua va a ser un poco el oro negro. Si el siglo XX fue el petróleo, en el siglo XXI creo que el agua va a ser el factor determinante, porque el agua lo es todo.

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 3 / 5. Recuento de votos: 1

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Más del autor /a

DEJA UNA RESPUESTA

¡Por favor, introduce tu comentario!
Introduce aquí tu nombre


Últimos artículos

Lo más leído

Últimos artículos