Su mejor baza está en su ubicación: se encuentra sólo a medio kilómetro del centro de Oviedo. Eso le otorga unas características únicas que lo distinguen del resto de Polígonos Industriales del Principado.
Cerca de lo necesario
Quienes lo conocen saben que es un polígono con personalidad propia, absolutamente consolidado y prácticamente adosado a la zona urbana. Esto es así porque comenzó a gestarse a mediados de los años sesenta, por iniciativa del empresario Julián Rodríguez. Entonces, los límites de la ciudad eran otros, y con el tiempo la zona urbana se ha ido expandiendo hasta casi fundirse con la industrial. Esa cercanía al centro de la ciudad es lo que marca su día a día, con ventajas que los empresarios saben aprovechar, principalmente en lo relativo a los servicios. Bancos, gestorías y administración pública están a tiro de piedra; mensajería y servicios postales, consultorías y servicios de hostelería. Todo lo que necesitan los empresarios para realizar gestiones con la máxima agilidad. Pero también existen algunos inconvenientes que hay que saber solventar, especialmente los derivados de la convivencia con los vecinos y la accesibilidad al recinto industrial.
Se prevé que el problema de los atascos se agravará cuando se inauguren las dos mil viviendas que se están desarrollando en las proximidades.
Lo cierto es que en los últimos años la zona urbana ha ido ganando terreno, por lo que el polígono está quedando cada vez más encajado en un entorno rodeado de edificios. No se descarta la posibilidad de, progresivamente, ir reubicando las empresas de Ferreros en otros polígonos industriales más alejados de las áreas de viviendas. Es la recomendación de APIA, entre otros, puesto que considera que sería beneficiosa la concentración de actividades y evitaría las dificultades añadidas de los accesos y el transporte. Además, si en algún momento el espacio industrial llegase a convertirse en urbano, los empresarios recibirían importantes compensaciones económicas que facilitarían el cambio de situación.
Las condiciones actuales del Polígono de Ferreros son buenas. Está bien acondicionado, los servicios de limpieza funcionan con normalidad, la iluminación es suficiente y en conjunto se encuentra bien conservado.
Accesos mejorados
Posiblemente la mayor dificultad que presenta el polígono industrial de Ferreros sean los accesos. Tradicionalmente, la existencia de una única vía de entrada, que además atravesaba Oviedo, constituía la reclamación más importante por parte de los empresarios.
Por fin el Polígono de Ferreros cuenta con una salida a la glorieta de la nueva autovía. Tras meses de funcionamiento, se puede afirmar que este cambio ha favorecido el tráfico, aunque no ha solucionado en su totalidad el problema de los atascos. Según explica Antonio Gómez, presidente de la Asociación de Empresarios del Polígono, «se producen embotellamientos a todas horas, para entrar y para salir del polígono. Esta situación repercute directamente en la competitividad de las empresas, puesto que se produce una gran pérdida de tiempo a lo largo del día. Prevemos que la situación se agravará cuando se inauguren las dos mil viviendas que se están desarrollando en las proximidades, y que estarán listas antes de un año».
Las soluciones no son sencillas. Para el presidente del Polígono, pasan por el desarrollo de la Ronda Norte de Oviedo, a la que en un futuro se tendrá acceso. Por otra parte, también está pendiente que Renfe haga de doble carril la calle Nicolás Soria, que tradicionalmente ha servido de acceso al polígono, pero todavía se desconocen los plazos de ejecución.
Servicios al día
Las condiciones actuales del Polígono de Ferreros son buenas. Está bien acondicionado, los servicios de limpieza funcionan con normalidad, la iluminación es suficiente y en conjunto se encuentra bien conservado. Tampoco hay queja de la red de telefonía, gas natural, conducciones de agua y sistemas antiincendios, dotado con suficientes hidrantes y bocas de agua. El Ayuntamiento de Oviedo se ocupa de forma más que satisfactoria del mantenimiento de todas las instalaciones, de hecho, para los gestores del polígono, la nota que merecería el trato que reciben por parte del consistorio sería «la más alta». §
Con el tiempo la zona urbana se ha ido expandiendo hasta casi fundirse con la industrial. Esa cercanía al centro de la ciudad es lo que marca su día a día, con ventajas que los empresarios saben aprovechar.
Aparcamientos, siempre escasos
Es uno de los mayores problemas, que aumenta día a día. En Ferreros se concentran sesenta empresas en las que trabajan más de mil personas, muchas de las cuales acuden diariamente a su puesto en su automóvil particular. A eso hay que sumar el número de visitantes y clientes, lo que multiplica el número de vehículos y por tanto la necesidad de espacio. Para la asociación de empresarios, la solución pasa por construir un amplio aparcamiento en unas fincas cercanas a la Ronda Norte, que en principio no tienen otra finalidad reservada. «Pensamos que el ayuntamiento debería llevar a cabo esta obra», comenta Antonio Gómez. Se trata de unas parcelas de veinte mil metros cuadrados y constituirían la solución para, al menos, descongestionar la zona. §