Dentro del área de influencia de Gijón, las zonas industriales de Mora Garay y Balagón se han renovado recientemente y tienen todo a su favor para seguir siendo un polígono de referencia.
El área industrial de Mora Garay y Balagón es la más cercana a la ciudad de Gijón. Situada en los terrenos de Tremañes, dentro de lo que se conoce como la zona industrial de la ciudad, cuenta con unos excelentes accesos y comunicación con las principales urbes asturianas y con el exterior de la región, principalmente a través de la A-66 y la As-19.
El polígono cuenta con una ocupación del cien por cien, habida cuenta que el espacio disponible está agotado, y que esta zona industrial no tiene posibilidad de expansión. Las vías de FEVE y la autopista delimitan la zona y, si bien dotan al polígono de excelentes vías de comunicación con el exterior, también limitan el espacio disponible. Eso no parece preocupar a los empresarios aquí asentados, que disfrutan de las ventajas de haber escogido esta ubicación para sus negocios, y que además aprovechan las comodidades desde la reciente remodelación y obras de renovación y acondicionamiento. El espacio es el que hay, pero está bien aprovechado y sin masificación: algo más de cien empresas, en su mayoría Pymes, dedicadas a la construcción, servicios y distribución, suministros, fabricación… el panorama empresarial del polígono es amplio y variado, y cuenta con una ventaja importante: no hay empresas contaminantes, lo que condiciona favorablemente el entorno de trabajo.
El polígono cuenta con una ocupación del cien por cien, habida cuenta que el espacio disponible está agotado, y que esta zona industrial no tiene posibilidad de expansión.
Empresarios activos
El polígono nace en el año 1987 por iniciativa privada, aunque desde el principio se contó con el apoyo del Ayuntamiento. En el año 89 nace la Asociación de Empresarios de Mora Garay y Balagón (Asembagal); tras un periodo de inactividad, se retoma en 2002 y a partir de ahí se ponen en marcha diferentes acciones, como la incorporación a la federación de polígonos Apia, incluso con presencia en su junta directiva. También, y como la asociación no cuenta con personal administrativo propio, la gestión y administración se hace a través del servicio de secretaría que Apia proporciona a sus miembros.
Asembagal es una asociación de carácter voluntario y sin ánimo de lucro, que se financia básicamente a través de las cuotas de los socios, por eso uno de los temas que siempre está presente en su plan de trabajo es el fomento del asociacionismo, básico a la hora de enfocar determinadas reivindicaciones o proyectos, y tambien para contar con un presupuesto acorde a la entidad del polígono. Otras vías de financiación son las subvenciones, que se canalizan en diversas líneas, como el IDEPA o el Ayuntamiento de Gijón. Con este último se firma un convenio anualmente, en el que se especifican las actuaciones consensuadas que va a gestionar la Asociación, así como el presupuesto que va a aportar el Ayuntamiento. La relación entre ambas instituciones es fluida y ágil, potenciando la corresponsabilidad en el mantenimiento del polígono.
En el año 2009 se llevó a cabo una intensa remodelación, necesaria tras varias décadas de actividad industrial.
Un polígono renovado
En el año 2009 se llevó a cabo una intensa remodelación, necesaria tras varias décadas de actividad industrial. Las obras incluyeron el asfaltado de calles, la señalización vial y la construcción de nuevos aparcamientos, entre otras mejoras, dejando las infraestructuras del polígono en perfectas condiciones. Por otra parte, ya se está tratando el tema de la vigilancia y la instalación de cámaras de seguridad, una preocupación común a prácticamente todas las zonas industriales, y que desde Asembagal están estudiando con especial interés, ya que en un estudio llevado a cabo por la Asociación éste aparecía como tema prioritario entre los empresarios.
Tras las obras de renovación se han habilitado varias naves industriales gestionadas por el Ayuntamiento de Gijón, que vienen a sumarse a la oferta de espacio que el municipio pone a disposición de nuevas iniciativas y emprendedores. También cuenta con oficinas en el nuevo Centro de Servicios, en el que además de un salón de actos se están habilitando las nuevas instalaciones de Asembagal, que cuenta así con un punto de referencia al que pueden acudir los empresarios. El Centro de Servicios nace con la vocación de dinamizar el tejido industrial de la zona, algo muy necesario dada la difícil coyuntura actual. Supuso una inversión de dos millones de euros, financiados en un 75% por la Unión Europea a través del proyecto URBAN.