En Belmonte no hay días para el aburrimiento. El entorno en el que se sitúa este concejo asturiano, permite disfrutar de la naturaleza y sus recursos pudiendo hacer un viaje en el tiempo.
El itinerario transita desde el pasado de los romanos y sus explotaciones mineras de oro, hasta el presente en el que el visitante se puede adentrar en el fantástico y desconocido mundo del lobo, recorrer espacios naturales de gran belleza o sentarse alrededor de una mesa para degustar los manjares de estas ricas tierras. Comencemos el recorrido:
- El Aula del Oro deja en evidencia la clara vinculación de Belmonte con este metal precioso. Está ubicada en el antiguo edificio de la cárcel y su espacio expositivo se divide en tres apartados situados en tres salas diferenciadas. Una de ellas se centra en la minería prehistórica y explica las explotaciones de oro, cobre y azabache en el ámbito europeo. La segunda sala está dedicada a las explotaciones romanas de oro que a lo largo del siglo I y parte del II, situaron al occidente de Asturias como el principal recurso aurífero del imperio romano. En esta sala llama la atención la maqueta de seis metros de Las Médulas (León), declaradas Patrimonio de la Humanidad, y que se muestra como uno de los ejemplos más destacados de lo que los romanos fueron capaces de hacer para extraer oro en la península. En la tercera y última sala, nos encontramos con la explicación del yacimiento de oro en la sierra de Begega.
- La Casa del Lobo es otro ejemplo del compromiso adquirido por este Ayuntamiento con los recursos naturales del entorno. Este Centro de Interpretación, referente en la divulgación, conservación y sensibilización del lobo ibérico, tiene el valor añadido de ser un espacio en el que se mezclan distintos ecosistemas que están vinculados al río Pigüeña que, a su vez, posee un nivel de protección de especies respaldado por la catalogación de dos zonas LIC dentro de la Red Natura 2000. Las visitas al centro, que tienen un carácter totalmente naturalista y están centradas en la educación ambiental, se dividen en dos partes. La primera dura cuarenta y cinco minutos y consiste en visitar la Casa del Lobo y conocer todo lo posible acerca de este animal. La segunda es un paseo guiado de tres kilómetros a la vera del río Pigüeña en el que se analizan la flora y fauna del lugar y que conduce a un espacio cercado en el que viven Belmon, Tino y Aullador, tres ejemplares de lobo ibérico.
Además de todo esto, desde este equipamiento también se desarrollan actividades que ayudan a conocer el lobo y la naturaleza, y que contribuyen a dinamizar la zona. Ejemplo de ello, las visitas guiadas a Belmonte, los avistamientos de lobos, exposiciones y cursos.
- Si hablamos de senderismo, el concejo posee uno de los entornos más privilegiados de Asturias. Desfiladeros, valles, praderas, montañas… todas las opciones son posibles a la hora de disfrutar de la naturaleza y el patrimonio cultural belmontino. Son diversas las rutas que se pueden realizar como la Ruta Vaqueira de Belmonte, la Ruta Campo Leo, la Ruta de los Salmones Arriba, la de La Castañal, la de la Calzada Romana, la del Altu la Brueba a Auviñana o la Ruta Arqueológica. La última que viene a sumarse a la amplia oferta y que ha sido acondicionada por la Escuela Taller de Miranda, es la Ruta de La Viña. El recorrido es circular y parte del pueblo de Selviella, situado en el kilómetro tres de la carretera AS-227.
- No hay que olvidar el apartado gastronómico. Además de reconocer la calidad de las carnes y de los productos de las huertas de Belmonte, merecen mención especial las Jornadas Gastronómicas de los Arbeyos con Jamón que se celebran en el mes de junio y que están organizadas por el Ayuntamiento y algunos de los restaurantes del concejo. Por un módico precio, el visitante podrá degustar un exquisito menú compuesto por arbeyos con jamón, cabrito con patatinas, postres caseros, pan de escanda y vino de La Rioja.
A caballo entre la zona centro y el occidente asturiano, y entre el litoral y la Cordillera Cantábrica, el concejo conjuga espacios de muy diferente personalidad en sus 206 km2 de superficie. Valles angostos, fértiles vegas, brañas vaqueiras y zonas montañosas salpican su geografía. En la Sierra de la Manteca se encuentra el Picu L’Urru que, con sus 1.527 metros, es la cota más elevada del concejo, mientras que la más baja se encuentra en el caudal del Narcea, a 80 m.
Cuenta con sesenta y seis núcleos de población integrados en quince parroquias, de las cuales la de Belmonte es la de mayor superficie. La capital del concejo, Belmonte, es el centro administrativo del municipio. Su origen se remonta a la fundación del monasterio cisterciense de Santa María de Lapedo en el siglo XVI.