El concejo invita al visitante a sumergirse en su destino, a saborearlo despacito, como en la canción. A conocer sus rincones haciendo lo que harían sus habitantes. Sin prisa. Pasear por cualquiera de sus playas, darse un baño, tomarse unas sidras, sentarse en una terraza o simplemente charlar con alguno de los vecinos. Los turistas lo valoran y por eso repiten.
La filosofía del turismo slow -turismo ‘de ir despacio’- que propone tomar el control del tiempo y disfrutar de los pequeños placeres, está de moda y en el concejo de Colunga se puede practicar el ritual. El turista permanece más tiempo para conocer todos los rincones o repite destino, le gusta relacionarse con la gente y disfrutar de distintas experiencias a través de la gastronomía, el paisaje, hospedaje, las visitas guiadas… Eso es al menos lo que indican las cifras. El pasado año fue bueno en lo que a turismo se refiere. Colunga consiguió situarse a la cabeza de la Comarca de la Sidra en cuanto a visitantes pero también en pernoctaciones. Y desde la Semana Santa de 2017 hasta la fecha, «se ha notado un incremento de turistas -sobre todo ingleses y franceses- muy importante», señala su alcalde, Rogelio Pando. Todo parece indicar que este año podrían superarse de nuevo las predicciones.
Se empieza a observar una reducción en el fenómeno de la estacionalización, el turismo no se centra solo en los meses estivales. Hay más reservas, más previsión y descienden los viajes de última hora. Lo que más valora el viajero de su estancia es la hospitalidad de las gentes y la riqueza del patrimonio cultural y natural. Elementos que se integran en las visitas guiadas como la que organiza el MUJA al yacimiento jurásico de la playa de La Griega, o para conocer de cerca el trabajo de las rederas de Llastres o asistir a una subasta de pescado, ver cómo se fabrica una gaita de la mano del luthier Miguel Alonso Cachafeiro de Colunga o el proceso de elaboración de la sidra en el llagar de Sidra Crespo.
El mar y la montaña están aquí unidos para ofrecer posibilidades de ocio para todos los gustos
El mar y la montaña están aquí unidos para ofrecer posibilidades de ocio para todos los gustos… y todo a un paso.
Los amantes de la playa tienen varias para elegir en todo el concejo. La Griega es una de las más conocidas y también la más próxima a Colunga. Tiene acceso rodado y todos los servicios, además tiene la particularidad de que desemboca un río creando un meandro en la propia playa. La Isla es otro arenal que se encuentra en la localidad del mismo nombre y es muy concurrida. Comparte servicios con El Barrigón, una playa pequeña que se une a esta cuando baja la marea. La de Llastres completaría la oferta.
Los amantes de la montaña encontrarán en la Sierra del Sueve un verdadero paraíso. A solo cuatro kilómetros de Colunga se levanta -más de mil metros- este Espacio Natural Protegido donde además de unas vistas maravillosas se pueden encontrar pastando tranquilamente a los famosos asturcones, una de las razas de caballos más antiguas del mundo. La sierra ofrece muchas posibilidades y para conocerlas es recomendable una visita al Centro de Intepretación de la Sierra del Sueve. Hay numerosas rutas que permiten conocer de primera mano el paisaje, la flora y fauna de este espacio natural.
La guinda la pone la gastronomía que aquí es sorprendente, llena de sabor, distinta y exquisita. Potes de fabes -en el concejo se cosechan más de veinticinco variedades- elaboradas de distintas maneras: con almejas, pescados o jabalí. Productos del mar preparados en el punto exacto para disfrutar de todo su sabor, cocinados al estilo tradicional o introduciendo nuevos elementos de cocina de autor. Y cómo no, los exquisitos mariscos: andaricas, centollos, langostas, ñoclas, oricios o por qué no, ‘llámpares guisaes’ (lapas guisadas). Dedicándole tiempo, porque Colunga sobre todo es un destino para disfrutar… despacito. Pinche aquí para ver más reportajes de este concejo