El rodaje de la serie de televisión Doctor Mateo ha supuesto para esta pequeña localidad costera un tremendo impulso turístico. Tanto los lastrinos como los participantes en el rodaje están encantados con la experiencia.
El año pasado, más o menos por estas fechas, los visitantes que se acercaban a Lastres se sorprendían al encontrar por sus calles a actores de renombre como Gonzalo de Castro, Natalia Verbeke, María Esteve… Era el rodaje de una serie de televisión, versión de la inglesa Doc Martin, que apostó por Lastres como escenario. Tras el estreno, muchos telespectadores comenzaron a preguntar dónde estaba ese precioso pueblo llamado San Martín del Sella, pues así se llama en la ficción. Los exteriores de la serie eran tan espectaculares que mucha gente se ha apuntado Lastres en la lista de lugares a conocer.
No se sabía desde el principio que éste fuera el lugar más adecuado para el rodaje. ‘Teníamos claro que tenía que ser en el norte de España, y poco a poco nos fuimos yendo hacia Asturias’, cuenta César Rodríguez, productor ejecutivo de la serie y director de algunos capítulos. ‘Vimos que en los pueblos de Asturias había un ambiente más rural, más aislado, que era lo que necesitábamos para contar lo que supone para un médico que viene de Nueva York irse a un pueblo. Eso en otros lugares se pierde porque ya hay una arquitectura más moderna, cosa que no pasa en Lastres. Rodar aquí es muy complejo, porque tiene una inclinación brutal, pero por otro lado aquí estaban todos los espacios que necesitábamos: la casa del doctor, la casa de la maestra, el puerto, una plaza, todo el entramado de calles…’.
‘Muchas veces se habla de destinos turísticos más enfocados al sur, y sin embargo los parajes asturianos son impresionantes: las brumas en los bosques por la mañana, la gastronomía, pueblos con solera…’
María Esteve, actriz.
Absolutamente todos los exteriores de la serie se ruedan aquí, por eso mucha gente viene buscando los lugares que ha visto en televisión. Precisamente el Ayuntamiento de Colunga ha editado un folleto con la Ruta del Doctor Mateo, que sitúa en un plano los lugares más emblemáticos. En la serie el pueblo es un personaje más, y los turistas no se resisten a pasear por las calles y sentirse parte de esa ficción.
Es precisamente ese efecto llamada una de las cosas que más llaman la atención, incluso a los propios participantes del rodaje. ‘La gente del pueblo ya es profesional. Llevan un año con nosotros y saben perfectamente cuándo pueden asomar y cuándo no’, afirma Rosario Pardo, que interpreta a la tía del Doctor Mateo. ‘El problema son a veces los turistas, porque vienen entusiasmados, y si encima se encuentran con que estamos rodando, no te puedes imaginar lo que es aquello. Yo ha habido días que no he podido salir del hotel, porque son muchísimas fotos, autógrafos, gente de todos los sitios’.
Rodar en Lastres
El equipo de rodaje pasa aproximadamente tres semanas en Lastres, y otras tres rodando interiores en Madrid. En ese tiempo, todos han podido enamorarse de la zona. María Esteve, Elena en la serie, se confiesa ‘fascinada. Muchas veces se habla de destinos turísticos más enfocados al sur, y sin embargo los parajes asturianos son impresionantes: las brumas en los bosques por la mañana, la gastronomía, pueblos con solera… Mi trabajo es lo que más me gusta en el mundo. ¿Y tú sabes el lujo que es rodar aquí?’.
Rosario Pardo está de acuerdo: ‘Estamos todos locos con Lastres, en serio. Porque allí trabajas mucho, pero te relajas de otra manera. Te da tiempo a dar un paseo, a ir a la playa… Es mucho más agradable que Madrid, qué quieres que te diga, más con el calor que hace ahora mismo’.
‘Para nosotros es una gozada pensar que cada tres semanas nos vamos a Lastres’, valora César Rodríguez. ‘Aquí nos facilitan mucho el trabajo, todo el mundo es muy colaborador. Por otro lado, yo creo que lo que más valora todo el equipo es que trabajar en un espacio como éste hace que todos nos veamos recompensados en cada una de nuestras facetas. Para un director de fotografía es brutal trabajar en un pueblo como éste, los actores están tocando cosas reales, están semanas allí haciendo vida de pueblo con lo cual se empapan del tempo, la manera de relacionarse, el humor… El técnico de sonido termina a las seis y media su jornada de trabajo pero se va por ahí a grabar barcos entrando en el puerto, naturaleza, etc. Todo eso en la serie suena, y es de verdad’. El 50% de la serie se graba aquí, lo que le da una verosimilitud difícil de conseguir en otras circunstancias. ‘Y yo creo que la gente responde a eso. La acogida ha sido muy buena, incluso en un momento tan difícil, con una competencia feroz’, opina Rodríguez.
El pueblo en la tele
Adelina Berros se presentó al casting de Doctor Mateo ‘por cambiar un poco, hacer algo nuevo y no estar siempre en casa’. A partir de ahí ha hecho un poco de todo: de madre que va a buscar a los niños al colegio, de señora de compras con el carrito, de invitada a una boda, etc. ‘Cada día es una cosa. Los que vamos de figurantes tenemos papeles variados’. La experiencia ha sido tan buena, que a partir de ahí ha participado en otros rodajes cercanos, como el de La Señora en Llanes. Su hijo, además, es director de cine ‘y está empezando a hacer sus pinitos’.
Como Adelina, mucha gente de la zona ha tenido la oportunidad de ver cómo es un rodaje de cerca, e incluso de trabajar más o menos activamente. Candela Muñiz y unas amigas se presentaron al casting por probar. La sorpresa fue que en vez de contratarlas para la figuración, consiguieron un pequeño personaje, que ya estaba adjudicado a unas actrices madrileñas. ‘Yo creo que nos cogieron porque somos de aquí y tenemos más el rollo que buscaban’.
Verlas caracterizadas, sobre todo cuando comenzó el rodaje, causaba sensación. ‘Al vernos vestidas con esas pintas, todo el mundo se reía. Como estamos con la típica coleta, todas de colores, comiendo pipas, y siempre nos estamos riendo del doctor Mateo, pues hace gracia. Incluso a los mismos actores. Con Gonzalo siempre estamos de tontería fuera de grabación, es una risa con él. Y con el policía también. Bueno, con todos’.
‘Trabajar en un espacio como éste hace que todos nos veamos recompensados’
César Rodríguez, productor ejecutivo.
La buena disposición de la gente se lleva palabras de elogio de todo el equipo, y las anécdotas de rodaje son innumerables. César Rodríguez tiene una de las más peculiares: ‘Cuando llegamos estaban de obras en el puerto. Pensábamos que iba a ser una cosa sencilla, pero descubrimos que estaban cubriendo toda la montaña con una malla metálica. Una obra tremenda. Había siete personas colgadas de la pared de piedra, escaladores, todo el día taladrando y metiendo tornillos, pero al final, con ese espíritu colaborador, estábamos sincronizados con ellos por walkie. Y cuando íbamos a grabar veías a esas siete personas que paraban de taladrar, esperaban allí colgadas a que terminásemos y luego seguían trabajando. Era alucinante’.
Efectivamente, los lastrinos han adoptado al Doctor Mateo como si fuera de casa, sobrellevando las molestias del rodaje con buen humor y echando una mano en todo lo que se les ocurre. ‘Hay muchas señoras que te ofrecen su casa, te sacan agua… o te sacan fabes con almejas, que también pasa’, cuenta Rosario Pardo, ‘¿Cómo no vamos a estar encantados?’. ‘Continuamente pasan cosas divertidas’, coincide César Rodríguez. ‘La señora que se asoma al balcón y nos saca unas sardinas que acaba de hacer a la plancha, así que tienes a todo el equipo parado unos minutos comiéndose unas sardinitas y echando un trago de sidra’.
Actualmente el trabajo en exteriores está parado hasta que pase la temporada de verano, pero a partir de septiembre se volverán a ver las cámaras, los actores y el equipo técnico por las calles de Lastres. La buena acogida de la serie ha permitido el rodaje de una segunda temporada, que en unos meses se podrá ver en televisión. Los afortunados que puedan acercarse este verano podrán comprobar en vivo la belleza del paisaje lastrino; los que no, tendrán que conformarse con ver que en la pequeña pantalla está quedando, por supuesto, precioso.
Estamos en una villa marinera típica asturiana, que se adapta al profundo desnivel que a veces se encuentra por estos parajes. Efectivamente, Lastres está en cuesta: sus casas tradicionales se encaraman al acantilado, y subir por sus calles estrechas y empedradas requiere un esfuerzo que vale la pena. Sobre todo si nos dirigimos al mirador de San Roque, en la parte más alta del pueblo. Si el día es despejado podremos obtener una vista panorámica de todo el pueblo, la Playa de La Griega, La Isla, la Sierra del Sueve y, a lo lejos, los Picos de Europa.
En el otro extremo del pueblo está el puerto, que ha sido recientemente remodelado. Para probar el pescado fresco, no hay como ir a alguno de los restaurantes del cercano Barrio de los Balleneros, donde se pueden ver las tradicionales casas de pescadores y la Capilla marinera del Buen Suceso, la más antigua de la zona. Subiendo de nuevo por las pronunciadas pendientes llegaremos al Casco Histórico de Lastres. Una vez visitados los monumentos más interesantes, es recomendable perderse por sus rincones, descubriendo pequeñas esquinas con encanto, que las hay y son muchas. §