Ribadesella es un emblemático destino turístico que combina playa con interior montañoso, fiestas con deporte, y modernos servicios con tradición. Su seña de identidad es el Descenso del Sella, que este año alcanza su 75 edición.
El nombre de Ribadesella hoy se asocia al turismo, pero son las huellas de la historia las que lo han conducido hasta el presente. Los antiguos asentamientos humanos dieron lugar a cuevas con restos arqueológicos del Paleolítico Superior, entre las que destacan los precisos y sorprendentes dibujos de la Cueva de Tito Bustillo y también los de la Cueva de la Lloseta. Los siglos XVI al XVIII se reflejan en cada piedra de las calles Transmarina, Oscura e Infante, así como en el Palacio renacentista de los Prieto Cutre -hoy Ayuntamiento-, en la Casa del Escudo o la Capilla de Santa Ana. La pesca y la actividad portuaria tuvieron entonces tal importancia, que en el siglo XVI se fundó el Gremio de Mareantes. Bajo su batuta se levantó la capilla de Santa Ana y la ermita de Guía, cuya sencillez no se corresponde con el fervor popular que se refleja en las fiestas que la honran.
De la época de la emigración quedan en Ribadesella impresionantes ejemplos de arquitectura a través de las casas de indianos de principios del siglo XIX como Villa Rosario o el Chalé Verde.
De más reciente creación, el puerto deportivo, el paseo de la Princesa Letizia y las áreas recreativas, han modernizado la estampa de la villa.
Paralelamente, el concejo se extiende hacia la costa y el interior con sus propios pueblos y edificios emblemáticos. En Junco y Leces se esconden sendas iglesias de origen románico. En casi todos los pueblos hay grandes palacios de diversos siglos, muy bien conservados, como el palacio de Sebreño, la Torre de los Ruiz de Junco, el palacio de los Argüelles, el palacio de Montoto, el del Retiru o los existentes en Linares y Alea.
El gobierno de la naturaleza
Junto a la huella humana dejada en todo el municipio, Ribadesella cuenta con una privilegiada naturaleza.
A un lado, la costa, con sus playas y acantilados, donde sobresale la Punta de la Sierra como excelente mirador hacia el horizonte azul. Desde la más occidental playa de Vega se suceden acantilados que conducen hasta la playa de Santa Marina, en la propia Ribadesella, para continuar hacia la playa de la Atalaya. A partir de ella se inicia una senda costera que lleva a los acantilados del Infierno, y la playa de Arra.
Las actividades playeras se asocian con todo tipo de deportes acuáticos, entre los que destaca el surf.
Hacia adentro se alza la montaña, a caballo entre las elevaciones calizas y los valles rebosantes de pastos verdes. La mayor altura del concejo es el Mofrechu, 897 metros que se levantan imponentes casi desde el nivel del mar. A su lado, intenta alcanzarle el Joyadongo y más a lo lejos están La Peruyalina, el Alto la Genosa, el Alto de la Cruz de Llames o El Campón.
La peculiar orografía riosellana se manifiesta en toda su magnitud en el macizo de Ardines, que incluye La Cuevona, una gruta de 300 metros de longitud con estalactitas. Es atravesada por una carretera que lleva hasta el pueblo de Cuevas.
También impresiona el Desfiladero de Entrepeñas, en el que se encaja el río Acebo. Las sorpresas se extienden hasta la playa de Vega, en cuyas rocas han quedado grabadas las huellas de dinosaurios que caminaron por la zona antes de extinguirse.
Los ríos tienen características propias en Ribadesella, abanderados por el Sella, con sus capturas salmoneras y la posibilidad de practicar diversas actividades, que culminan este mes con la celebración del 75 Descenso del Sella.
18 de agosto: Concierto Extraordinario Celebración del Quinto Aniversario Festival Internacional de Música de Cámara. Conciertos de la Cuevona. Wolfram Schmitt-Leonardy, piano solo. Lugar: Iglesia Parroquial de Ribadesella. 20.30 horas
19 de agosto: Música Vocal con Alfredo García y Olga Semouchina. Obras de Halfter, Falla, Gounod, Rossini. Cuevona de Ardines. 21.00 horas
20 de agosto: Saxtime: Cuarteto de Saxofones. Obras de Guerrero, Soler, Scarlatti, Turina, Mariné, e Iturralde. Cuevona de Ardines. 21.00 horas
21 de agosto: Concierto de Clausura Olga Semouchina, piano y grupo de cuerda Trío de Haydn en Sol mayor.
Quinteto para Piano, Violín, Viola y Contrabajo “La Trucha” de Schubert. Cuevona de Ardines. 21.00 horas
Pantrucu, tradición en el plato
Junto a los platos de pescado y marisco, convive esta receta única: el pantrucu. Es una especie de morcilla que se elabora con sangre, grasa y tocino fresco de cerdo, cebolla muy picada, harinas de maíz y trigo, perejil y sal. Con ello se hacen piezas de unos quince centímetros de diámetro, que se envuelven en hojas de berza y se atan. Posteriormente se cuecen en una olla con agua y orégano a lo largo de dos horas, tras lo cual se deja enfriar, se despoja de la berza que lo envuelve, se corta en rodajas y se fríe en abundante aceite de oliva. Se come acompañado de los típicos tortos o de patatas fritas. Pinche aquí para ver más reportajes de este concejo