Los socios de Glayíu Xóven son, ante todo, amigos, y se ven todos los días. Es fácil encontrarlos tomando un café a primera hora de la tarde, en alguno de los establecimientos de Riosa. En estas tertulias fue tomando forma la idea de crear una asociación que diera voz a ese ‘grito joven’, poniendo en marcha actividades en el concejo.
Empezaron en diciembre de 2014, con una recogida de alimentos y juguetes. «Queríamos sobre todo conseguir alimentos navideños, para que todo el mundo tuviera al menos una tableta de turrón», cuenta Ángela Arnaldo, una de las componentes de este Glayíu Xóven. A partir de ahí empiezan a colaborar con diferentes iniciativas puestas en marcha en Riosa: echar una mano a Cruz Roja en el reparto de alimentos, estar presentes en el Angliru Solidario, participar en el torneo interasociativo «Desde el punto de penalti: Alternativas a la prisión», colaborar con la asociación de pescadores en la reciente limpieza de ríos… «La labor social es muy importante para nosotros», explica Tania Pérez. «Es uno de los motivos por los que empezamos: queríamos ayudar a gente del concejo, y como asociación es mucho más fácil organizar determinadas cosas. Éste es un pueblo pequeño y con mucho paro, también dentro de la asociación hay gente que no tiene trabajo y vive situaciones difíciles, y precisamente por eso tenemos que echarnos una mano unos a otros». Prácticamente todos los proyectos de Glayíu Xóven son solidarios, e incluso autofinanciados. «Normalmente nos fijamos objetivos que se puedan conseguir con o sin subvenciones. Si tenemos ayuda, mejor; pero si no, que sean eventos asumibles sin demasiada financiación», apunta Elizabeth Pérez, Lisi.
Glayíu Xóven organiza diferentes actividades sociales y culturales, buscando dar movimiento al concejo y muy especialmente ofrecer alternativas a los jóvenes.
Así, también han estado presentes en la cabalgata de Reyes, en la de Carnaval, colaborando en la organización del Angliru Trail Xtreme, o en el mercado de San Antonio. Y también han puesto en marcha, con gran éxito, un cine de verano que buscan repetir. «Nos salió bien porque tuvimos mucha ayuda: la productora nos cedió los derechos, el Conseyu de la Mocedá d’Uviéu nos dejó el material para la proyección y el sonido, el Ayuntamiento de Riosa nos tramitó todos los permisos gratuitamente y nos dio una pequeña ayuda, el de Morcín nos prestó 150 sillas, que al final hasta fueron pocas de la cantidad de gente que vino…». El tiempo no acompañó y hubo que trasladar la proyección al antiguo colegio, pero la acogida fue muy buena, y les han pedido que repitan la iniciativa. «Estamos pendientes de que nos concedan un local definitivo, ya que de momento tenemos uno provisional. En cuanto contemos con eso, tenemos planteadas un montón de actividades: talleres, charlas… » afirma Ángela.
Por estatutos, y al ser una asociación juvenil, los integrantes de este colectivo deben tener entre 12 y 30 años. Pero, salvando este escollo, todo el mundo es bienvenido. «Quien quiera cooperar, tanto en general como en alguna actividad concreta, está invitado en calidad de colaborador, lo que en la práctica supone que puede venir a las reuniones y participar en todo», confirma Tania. Y Lisi resume: «Se pueden hacer muchas cosas por el concejo, y ofrecer alternativas a los jóvenes para que haya movimiento. Aquí lo que hace falta son ganas de trabajar».