Riosa por primera vez presentaba su candidatura a Pueblo Ejemplar.
No ha resultado elegida, pero las asociaciones vecinales, culturales y deportivas promotoras de esta iniciativa, vuelven a aunar esfuerzos para intentarlo el próximo año y así poder ‘ayudar, dentro de sus posibilidades, a proyectar el concejo hacia el futuro’. José Luis Cabo Sariego, Cronista Oficial de Riosa, es su portavoz.
Cerca de cuarenta asociaciones conforman el Movimiento Asociativo y Comunidad Vecinal de Riosa, promotores de esta iniciativa. Llama la atención cómo en solo unos años se ha multiplicado el tejido asociativo en el concejo. ¿Qué factores han influido? «Aquí todo giraba en torno a la mina, había dinero, todo tipo de comercios, lugares de ocio, discotecas… pero con el declive del carbón empiezan a cerrar las minas, la última el Pozo Monsacro en 2014 y quedan en la calle miles de personas. Viene la crisis, los jóvenes no encuentran trabajo, el número de habitantes desciende y urge buscar otros horizontes», explica Cabo Sariego. «Hasta el momento no había apenas movimiento asociativo pero a partir de ahí sí. La gente tiene que unirse para buscar otras salidas: los hosteleros capitalizan el turismo bien a través de la Vuelta Ciclista, eventos deportivos o jornadas gastronómicas. Otras asociaciones organizan eventos culturales como el Mercado Medieval para atraer visitantes, dar vitalidad al concejo. Así surge la idea de este movimiento». Una iniciativa que propone la Asociación de Vecinos de Riosa y que pronto es secundada por el resto.
Los movimientos asociativos, por lo general, no surgen de manera espontánea sino que se asientan sobre una realidad histórica que se conforma y madura hasta que ve la luz. «No se trata de un movimiento moderno, los vecinos de Riosa se unieron en 1579 y fueron capaces de independizarse de la Mitra Ovetense, comprar la jurisdicción y fundar un concejo autónomo. Esto es solo un ejemplo de lo que son capaces de hacer los riosanos ante la dificultad. Si vamos 4500 años atrás, encontramos a unos hombres valientes que supieron enfrentarse a la naturaleza con medios muy rudimentarios para extraer el mineral de cobre en las minas prehistóricas de Texeo. Quiero decir con esto que el espíritu de sacrificio y de unir esfuerzos ha estado aquí desde siempre», concluye el Cronista.
«Desde siempre los problemas se arreglaban uniendo fuerzas. Eso está en el espíritu de esta gente y es base del tejido asociativo»
Riosa es un pueblo castigado por la crisis del carbón que quiere aprovechar su pasado para mirar al futuro. Este mismo hecho es el que ha motivado la unión de asociaciones de lo más diverso para buscar una salida. «Riosa tiene una orografía muy intrincada, contraria a cualquier actividad industrial. Era un concejo agropecuario y pobre. Solo había avellanos, castaños, escanda, ganadería y tierras. Estaba aislado entre montañas y valles y había caminos y poco más. Eso hizo que la gente se uniera para ser autosuficiente. De ahí surgen las sextaferias, todos los problemas se arreglaban uniendo fuerzas. Eso está en el espíritu de esta gente y es base del tejido asociativo. Al no haber en el concejo suelo industrial, y tampoco mucha hostelería, lo que queda es generar eventos, actividades, jornadas, buscar nuevos proyectos empresariales en los distintos sectores que atraigan riqueza aprovechando los recursos de los que disponemos como la Sierra del Aramo, el Angliru o la Vuelta Ciclista, atraigan riqueza», comenta Jose Luis Cabo Sariego. ¿Alguna idea? «Hubiese sido bueno que se hubieran podido instalar molinos eólicos. Hay zona para ello en los cordales pero desde el Principado se dijo que era un espacio protegido, que afeaba el entorno y no prosperó esta iniciativa. Aquello hubiera generado unos ingresos extra para el concejo que hubieran beneficiado a todos. Ahora tenemos un espacio muy bonito pero que no da de comer».