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martes 19, marzo 2024

Sotón, viaje al centro de la mina

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El Pozo de Hunosa en San Martín del Rey Aurelio es el primero del mundo que ofrece al turista la experiencia de convertirse en minero por un día, a casi 600 metros de profundidad.
Convertirse en minero por un día, descubrir las entrañas de la tierra a casi seiscientos metros de profundidad y disfrutar de una experiencia única en el mundo. Eso es lo que ofrece el Pozo Sotón, mina de San Martín del Rey Aurelio, que se ha convertido en la primera en abrir sus galerías al público permitiendo al visitante, equipado con su autorrescatador y su lámpara de mina, llevar a cabo, durante una jornada laboral, todas las labores propias de los mineros: picar carbón, barrenar un frente de galería, viajar en un tren de personal que transita, en ocasiones, bajo montañas, a más de mil metros de la superficie, o recorrer angostas galerías.
La instalación industrial, declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, está catalogada entre los cien elementos más representativos del patrimonio industrial español. Sus dos castilletes, el réter (la estructura metálica que los une) y el edificio de la casa de máquinas constituyen una verdadera catedral de la minería. Bajo tierra, los 140 kilómetros de galerías que se pueden recorrer desde la boca del Pozo, son una muestra de la Asturias subterránea, una gran obra de ingeniería que supera los cuatro mil kilómetros de túneles en toda la región. Ese es el fruto del trabajo desarrollado por más de cuarenta mil hombres durante dos siglos de labor. Toda una pirámide bajo tierra.
Sotón ofrece visitas guiadas para pequeños grupos de turistas que -equipados con la indumentaria de trabajo: funda, guantes, equipo de respiración autónoma para casos de emergencia y casco con lámpara de seguridad-, y acompañados en todo momento por los guías, «auténticos» mineros, recorren las entrañas de la tierra.Visita guiada en el Pozo Sotón
En la visita, los turistas reciben una charla de seguridad, conocen las instalaciones exteriores del Pozo y su historia, para tomar la jaula (ascensor de la mina) que les deja, inicialmente, a casi cuatrocientos metros de profundidad. Una vez allí, el visitante inicia su trayecto por el interior recorriendo «La Jota», una chimenea de ventilación, utilizada también como salida auxiliar, ejecutada manualmente y reforzada únicamente con piezas de madera. «La Jota» tiene una longitud de 100 metros y la pendiente media supera los 43 grados. Su sección media de paso en algunos tramos es inferior al metro cuadrado, lo que en ocasiones obliga a avanzar arrastrado, con los pies por delante. Estas características son precisamente las que convierten este tramo en uno de los hitos de la visita.
Tras deslizarse por «La Jota» el turista aparece en la novena planta, a 467 metros bajo la superficie. Allí se instruye al visitante sobre las distintas formas de explotación que puede encontrar en una mina. El trayecto incluye, entre otros alicientes, un taller de picadores en el que el turista puede probar suerte con el martillo y arrancar una piedra de carbón que podrá llevarse de recuerdo; un frente de barrenistas en el que también se puede experimentar en carne propia la dureza de esta esforzada labor; y el descenso por un plano casi vertical hasta la décima planta, ya a 557 metros de profundidad, la cota más baja que puede visitar un turista en una explotación minera en el mundo. Para finalizar, el regreso hasta la caña del Pozo, donde los últimos dos kilómetros de recorrido se llevan a cabo en un tren de personal de la empresa que en su tránsito circula bajo montañas, en ocasiones a más de mil metros de la superficie montañosa que rodea Sotón.
En el tiempo que lleva funcionando la experiencia, desde junio de 2015, el Pozo Sotón se ha integrado, de la mano del cercano Museo de la Minería y la Industria de Asturias (MUMI), en la Red Europea de Museos Mineros, red que supera el millón de visitas; ha sido distinguido con la máxima calificación -Anchor Point- por la prestigiosa Ruta Europea de Patrimonio Industrial, ERIH, algo que convierte el centro en un referente del turismo industrial en Europa; y ha recibido el premio «Embajador Turístico de Asturias 2017» de OTEA, patronal asturiana de hostelería y turismo del Principado, por «la acertada reconversión de una instalación minera para uso turístico y cultural y la apuesta por las cuencas mineras con una actividad novedosa que beneficia al tejido económico del territorio».
Hasta la fecha, las instalaciones interiores y exteriores han sido visitadas por veinte mil personas entre las que se encontraban turistas de más de 30 países.
El Pozo ha acogido rodajes de películas como «La mina», de Miguel Ángel Jiménez; «Enterrados», de Luis Trapiello; eventos gastronómicos con cocineros como Pedro Martino, Ramón Celorio o Mariano Mier; y cursos de liderazgo para directivos de grandes empresas españolas que participaron en dinámicas de grupo desarrolladas en un medio hostil de oscuridad, humedad y un ámbito angosto con riesgo de presencia de gases.
En las inmediaciones del Pozo Sotón, HUNOSA ha desarrollado un Memorial Minero para rendir homenaje a los cerca de cinco mil trabajadores fallecidos en accidente laboral en la minería del carbón en Asturias.

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