El otoño asturiano no sería lo mismo sin esta cita gastronómica en el concejo tevergano. Durante dos fines de semana del mes de noviembre, las mesas del concejo se esmeran en la preparación de sus especialidades.
Si bien todo el año es temporada alta en la mesa tevergana, lo cierto es que las Jornadas de Otoño, ya muy consolidadas con más de veinte ediciones a sus espaldas, son unas de las más esperadas por todos los que conocen de lo que son capaces los hosteleros locales. Tienen lugar los días 11, 12, 13, 19 y 20 de noviembre y es la cita gastronómica por excelencia para todos los amantes de la buena mesa y de los productos de calidad. En concreto, en el menú de estas jornadas encontraremos en primer lugar el característico pote tevergano que todos los asistentes deben probar –y que curiosamente no lleva fabes en su composición, y sí berzas y compango-, así como el picadillo y los callos acompañados de un buen pan de escanda. Como postre, lo recomendable es animarse a catar los famosos borrachinos, postre local, o decidirse por el tradicional arroz con leche, siempre una opción segura.
Estas jornadas ya son bien conocidas por los amantes de la buena mesa, por lo que la afluencia de público es más que notable. De hecho, en origen sólo se trataba de un fin de semana que posteriormente hubo que ampliar a dos, para dar más opciones y que nadie se quedase sin menú. Por eso, debido a la gran afluencia de público, para asegurarnos de que podremos degustar estas especialidades es recomendable reservar mesa en alguno de los numerosos restaurantes que participan.
Mercado en San Martín
Coincidiendo con las Jornadas Gastronómicas, durante los días 19 y 20 de noviembre tiene lugar en San Martín de Teverga un mercado en el que se dan cita gran variedad de productos de artesanía y agroalimentación. Además en estas fechas se celebran otros eventos festivos y culturales que amenizarán la estancia de los que se acerquen a las jornadas.
-¿Cuál es la estrella del menú?
-Todos son “platos estrella”. Cierto que el pote es el mismo que se cocina todo el año, pero para las jornadas se cuida de manera especial porque abre la temporada. La matanza está recién hecha y las morcillas y chorizos son frescos, todo casero, con un sabor muy especial. También son caseros el picadillo y los callos.
-Un menú contundente para afrontar el invierno.
-¡Pero el comensal siempre se lo acaba todo! El picadillo y el pote son del gusto de todo el mundo, mientras que los callos tienen un público más específico.
-Para que todo salga redondo ¿cuál es el truco?
-No hay más truco que productos de alta calidad. Berza de la huerta y no de invernadero, que sabe distinta; buena patata y embutidos de casa. Y dejarlos que se hagan con calma.
-De postre borrachinos, una tradición tevergana.
-Son muy antiguos, recuperados para las jornadas. Se hace una masa con miga de pan rallada y huevos, se fríe y luego se cuece en vino blanco, canela y azúcar. Muy jugosos.
-¿Son jornadas asequibles para el comensal?
-El menú cuesta 18 euros. Pensamos que la relación calidad-precio es fabulosa y que resulta bastante asequible, lo suficiente como para que nadie se eche atrás por el tema económico.