La Semana Santa luarquesa cierra el invierno y marca un punto de inflexión en el calendario festivo. A partir de ahora comienzan las romerías y las fiestas patronales que atraen a cientos de turistas. Vacaciones, sol, verano y celebraciones son una buena combinación.
Antes de despedir a la Semana Santa, podemos alegrar esas fechas con un paseo por la Feria de Artesanía instalada en la Playa del Ayuntamiento los días 9, 10 y 11 de abril. Entre unos treinta y cinco y cuarenta puestos acampan en la plaza, tentándonos con piezas de artesanía de gran calidad y productos de alimentación artesana para llenar la despensa.
Tendremos que esperar al 22 de mayo para asistir a una de las primeras romerías primaverales que anuncian la llegada del calor: Santa Rita, en Otur. La siguiente cita es el 16 de julio, fecha en la que se celebra El Carmen en Barcia -donde es fiesta patronal-, y también en Luarca.
A continuación, es momento de subir a la montaña y disfrutar de un día de tradiciones tumbado en la hierba que tapiza la braña de Aristébano. Estamos en el último domingo de julio y en este lugar emblemático tiene lugar una boda vaqueira, con cantos y bailes típicos de los vaqueiros, antiguos ganaderos nómadas que traían en verano sus reses a pastar a la montaña. Y como todo tiene que estar representado, la siguiente celebración del calendario nos lleva de la cumbre de la montaña a la orilla del mar. El 15 de agosto es la festividad del Rosario, fiesta de los pescadores, que llevan la imagen de su patrona por el mar, escoltada por toda la flota pesquera.
El 15 de agosto es la festividad del Rosario, fiesta de los pescadores, que llevan la imagen de su patrona por el mar.
La noche anterior, en toda la villa se oyen habaneras y antiguas canciones de pescadores. Los bares están repletos de animación y las notas musicales se elevan desde las cascadas gargantas de los marineros. El ambiente es espectacular y muy participativo. Por su tipismo, esta fiesta atrae a muchos turistas, que además saben que aquí la animación continuará un poco más, ya que al día siguiente, empiezan las fiestas de San Timoteo, que duran una semana entera y son consideradas como las más participativas y animadas de Luarca. Hay desfiles de carrozas, fuegos artificiales y gran romería en el Campo de San Timoteo. El comienzo de San Timoteo lo marca la entrega del bollo y el vino a los cofrades, que son los que se encargan de leer La Pastoral, donde repasan en clave de humor los acontecimientos y anécdotas del pasado año en la villa. La alegría va creciendo en intensidad desde el 16 de agosto al día 22, Día Grande de la Villa en el que se parte, a las diez de la mañana, hacia el campo de la romería acompañando al carro que lleva el vino. Gaitas y charangas ponen el contapunto musical y, una vez allí, se pasa todo el día entre cánticos, comida campestre y siesta. La gente lleva blusas de distintos colores, según a la peña que pertenece, siendo esta la manera de reconocerse entre sí. A las nueve se regresa caminando hasta el parque de la Villa, mientras se canta «Ven a Luarca».
El próximo punto festivo es Cadavedo, que el último domingo de agosto celebra La Regalina, que tiene lugar al aire libre en un bello paisaje a la orilla del mar. La celebración guarda mucho de espíritu asturiano, ya que se acude a la ermita vestido con traje regional y tras la procesión, tienen lugar los bailes y la comida de campo.
Entremedias se viven muchas otras fiestas repartidas por todos lo pueblos del concejo, lo que hace que no pase ningún fin de semana sin tener un lugar al que celebrar una fiesta. Sin embargo, se considera que con San Miguel, el 29 de septiembre se da oficialmente concluido el verano en el concejo, pese a que astronómicamente ya estamos en otoño. La fiesta es en Trevías y, puesto que es la última del verano, la gran asistencia está asegurada.