En una época difícil para los escaparates multisectoriales, Vegadeo sigue ilusionando con su Feria de Muestras. Sus cincuenta y cinco años de vida son también cincuenta y cinco años de una historia de lucha y defensa de la tierra.
La capital del concejo Vegadeo, en el occidente asturiano, es una localidad habitualmente tranquila. La vida en este enclave transcurre siguiendo cauces ordenados como los que a su paso por la villa marcan las aguas del Suarón y el Monjardín. Aún siendo el núcleo con mayor disponibilidad de servicios y comercio de la comarca de Oscos Eo, la villa conserva su esencia rural de la que hace gala cada año en su famosa Feria de Muestras. Y lo hace desde hace cincuenta y cinco años, acudiendo a una cita muy esperada por los veigueños, que se convierten durante unos días en centro de atracción de la comarca y de comunidades cercanas. Son fechas muy especiales en las que se aúnan tradiciones, diversión y oportunidades comerciales. Durante unos días la población crece exponencialmente y se propician momentos de reencuentro para los que viviendo fuera de su concejo natal no renuncian a sus raíces y por supuesto tampoco a una feria que es marca de la casa.
‘Una feria de la leche’, este es el lema que imperará en Vegadeo desde el 7 hasta el 10 de junio. Con él, se pone de manifiesto el compromiso de un evento con una tierra tradicionalmente ganadera, a pesar de que el tiempo y los avatares de la vida la conducen a un predominio del sector de servicios. La mirada de una res, la vaca lechera de pelaje blanquinegro tan habitual del paisaje occidental asturiano, está presente en el cartel que ha resultado ganador en esta edición. Curiosamente su creador, el artista local Jorge Pereira, es nieto del que en 1964 fue alcalde del concejo y uno de los promotores de la feria. Una vez más, se pone de manifiesto que la Feria de Vegadeo es mucho más que un escaparate comercial, en aras de un acontecimiento social de interés intergeneracional que lucha por salvaguardar la tradición local.
La edición LV
La apertura del recinto ferial tendrá lugar el próximo 7 de junio a las 15:00 h. A partir de ese momento, los stands abrirán al público con todo tipo de ofertas. Los agroalimentarios dispodrán de una carpa propia en la que se ofrecen productos de diferentes regiones y países. La artesanía también tendrá una carpa para acoger la variada oferta creativa, mientras que en el pabellón se darán cita las novedades comerciales, expositores de diferentes colectivos y la representación institucional. Para disfrutar de una exposición ovina de distintas razas y la muestra de Campeonas Asturiana de los Valles habrá que acudir a una carpa habilitada para el ganado. Y no serán los únicos animales que podrán contemplarse en el certamen que también acoge, entre otras cosas, una exposición de pita pinta y prevé actividades con perros, entre otras.
En el exterior del recinto tiene lugar una amplia exposición de maquinaria agrícola, junto con oferta de restauración para hacer la visita mucho más agradable.
Las firmas expositoras podrán participar en el III Concurso de Innovación que premiará la mejor iniciativa tecnológica para el desarrollo en las zonas rurales
El público infantil contará con una zona exclusiva donde disfrutar de talleres, fiestas y servicio de ludoteca. Entre las actividades que se podrán realizar se encuentra el de preparación de quiastolitas, un mineral propio de la zona al que se atribuyen cualidades mágicas. El taller interactivo es ya un habitual en la programación y corre a cargo de los artesanos Brendebach, una familia alemana establecida en Vegadeo.
Como en anteriores ediciones, la Feria ofrece un programa paralelo de actividades que contempla a todos los públicos. La música nunca falta a la cita, en esta ocasión en forma de verbenas amenizadas por Finisterre, Grupo Alkar y la disco móvil Blanco y Negro, en el parque Medal. También estará presente la magia gracias al mago Pelayo, especialista en crear divertidos espectáculos para grandes y pequeños.
La cara deportiva de la feria se muestra en una gala en la que se reconoce el trabajo de deportistas locales. El certamen también ofrece la entrega del torneo local de patefa y una velada de Kick Boxing que organiza el colectivo Eo Fighters en el polideportivo municipal.
Nota: La programación de la LV edición está sujeta a posibles modificaciones.
Un concejo para recorrer
Una buena forma de conocer la capital del concejo veigueño es recorrer la Senda de los doce puentes, que recibe este nombre por el número de puentes que salvan las aguas de los ríos Suarón y Monjardín. Además, como si de un museo al aire libre se tratase, en cada uno de ellos es posible apreciar una obra escultórica fruto de un artista asturiano. En el recorrido se encuentran nombres tan conocidos como Ricardo Mojardín, Herminio Álvarez, Adolfo Manzano o María Jesús Rodríguez. El paseo por la localidad permitirá conocer elementos emblemáticos como el edificio consistorial, el templete de música o el Palacio de Valledor, muestra del importante patrimonio palaciego existente en el concejo.
A pocos kilómetros de Vegadeo, en Piantón, se encuentra el Palacio de Rego, una típica casona asturiana del s.XVII. La aldea es también conocida por organizar unas celebraciones religiosas de Semana Santa de gran arraigo y un destacado festival de música. Este paraje fue capital del municipio hasta el año 1851 que se trasladó a Vegadeo.
Desde este punto y a través de una ruta de poco más de cuatro kilómetros es posible llegar a otro enclave interesante: Meredo, donde se encuentra un mazo hidráulico y un molino alimentado por las aguas del Suarón. Merece la pena visitarlos no solo por la importancia histórica que tuvo en el concejo la industria del hierro si no también porque el lugar reúne en sí mismo una gran belleza.
La Ría del Eo, zona de especial protección de aves y frontera natural entre Galicia y el Principado de Asturias, es otro de los espacios naturales que sin duda hay que recorrer despacio, sin prisa. Y para los que gustan de los aires de montaña está la sierra de la Bobia, un paisaje dominado ahora por aerogeneradores y donde se hallaron túmulos funerarios.
La Feria de Muestras es también conocida como la Feria de La Silvallana. El dato podría dar lugar a confusión si se tiene en cuenta que el núcleo de Silvallana no pertenece al concejo de Vegadeo. Luis Casteleiro, cronista de Vegadeo, explica el porqué de esta denominación. «Silvallana es el nombre de una parroquia de San Juan de Moldes, en Castropol. En este lugar hace más de cien años empezó a celebrarse una feria que no tenía ninguna relación con nuestro concejo, pero Vegadeo empezó a celebrar una feria coincidiendo en esos mismos días lo que dio lugar a una especie de ‘guerra comercial’ entre ambos concejos. En 1918 tuvo lugar un pleito por el cual el tribunal supremo dictaminó que Vegadeo tenía derecho a organizar esa feria coincidiendo con la de La Silvallana.
Con el tiempo la de Vegadeo llegó a adquirir tal auge que le quitó a la de Castropol su público y hasta su nombre. Nació como una feria de ganado, pero cuando empezó el boom de la maquinaria agrícola la feria se reconvirtió. Ahora se llega a la edición LV y todo el mundo la sigue conociendo como la Feria de La Silvallana».
La Feria pronto se convirtió en un escaparate pionero para las innovaciones tecnológicas del momento. La lejanía con el centro de Asturias y los problemas de comunicación que aquejaban a la zona -habituales en el occidente asturiano- no impidieron que la localidad se convirtiese en un referente en innovaciones tecnológicas y comerciales.
El auge fue tal que Vegadeo demostró su espíritu pionero organizando en el marco del evento ferial una importante Feria del Libro. «Fue algo singular porque en aquel momento las ferias de libros eran prácticamente inexistentes en España, y sin embargo, las editoriales más importantes del momento acudían a Vegadeo sorprendidas del interés y del volumen de ventas que tenían en un pueblo», añade Casteleiro. Lo que sucedía en Vegadeo hace cincuenta años era algo completamente insólito que solo se daba en las grandes ciudades. «Los artículos de prensa de la época muestran su asombro porque en un lugar que estaba apartado de la geografía se apostara por algo así».