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lunes 6, mayo 2024

Redescubriendo la joyería tradicional asturiana

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El arte de la joyería ha acompañado al ser humano desde sus inicios. Estudios arqueológicos confirman que los metales primero se utilizaron para crear adornos y ornamentos corporales, y décadas más tarde, para fabricar hachas, puñales, espadas y flechas. Desde entonces hasta ahora, las joyas acompañan al hombre en el camino de la vida contando mil historias. Forman parte de nuestros orígenes.

Laura López, promotora del proyecto Xoyería Tradicional Asturiana
Laura López, promotora del proyecto Xoyería Tradicional Asturiana

Precisamente para contar las historias que hay detrás de la joyería hecha en Asturias desde hace siglos nace el proyecto cultural Xoyería Tradicional Asturiana, de la mano de la perforadora corporal Laura López. Joyas asociadas al traje regional, a las tradiciones y al simbolismo que hay en nuestra tierra, “un tema del que apenas se habla y no quería que cayera en el olvido”.

-¿Cómo surge la idea de este proyecto divulgativo?
-Como perforadora corporal asisto a distintas conferencias de modificación corporal y en esos encuentros se abordan temas de antropología, historia de la joyería, body piercing… En un momento determinado pensé que si con tantas cosas que venían de fuera no nos estaríamos perdiendo otras que tenemos aquí y no estamos mirando para ellas. Un día me pregunté por el tema de la xoyería tradicional asturiana, nunca había oído hablar de ella, así que empecé a investigar. Me acerqué a una tienda de trajes asturianos que hay en Gijón que se llama Vezos y Costumes, y hablé con Raquel Vega, la diseñadora de vestuario tradicional que está detrás de esta firma. Estuvimos viendo pendientes y le pregunté por qué concretamente esos estaban relacionados con el traje y cómo habían llegado hasta aquí. Me dijo que no había ningún tipo de información al respecto, ningún libro o estudio, sólo alguna ilustración y poco más. Ahí me picó el gusanillo y dije, ¡a por ello!

-¿Cuál fue el primer paso?
-Al principio solo surge como un proyecto de investigación, y empecé por formarme en el tema. Cuando fui descubriendo la importancia de la xoyería, sus maravillas y el simbolismo que hay en nuestra tierra, me dije que aquello no podía quedar para mí sola y pensé en compartirlo. Ahí nace la idea del proyecto cultural “Xoyería Tradicional Asturiana”, que he adaptado en formato de charla divulgativa -sin ánimo de lucro-, con la intención de moverlo por toda la región. Que la xoyería tradicional se pierda, en parte, también es porque no se habla de ella.

“Sobre xoyería tradicional asturiana no hay ningún tipo de información al respecto, ningún libro o estudio, sólo alguna ilustración y poco más”

-¿Estás sola en este proyecto o cuentas con algún tipo de colaboración?
-Estoy sola pero la verdad es que esto es posible gracias a la colaboración de mucha gente con la que he hablado. Al final de donde más aprendes es de la gente que sabe. Te diría que casi se trata de un proyecto colaborativo, aunque yo lo haya desarrollado, cada uno -desde áreas muy distintas- ha hecho su aportación y entre todos hemos creado un puzle muy guapo. Hay gente especialista en el traje asturiano como Ringo Rango (marca de ropa inspirada en Asturias), etnógrafos como Xosé Ambás, María Pérez de la Asociación de Azabache Jurásico de Villaviciosa, artesanos, geólogos…

-Además de perforadora, ¿te dedicas a otras cosas?
-No. Soy asturiana, llevo haciendo piercing desde los 18 años en diferentes locales, aunque también tengo otros estudios e hice otras cosas, pero siempre ha sido complementario con el piercing. Es mi pasión, algo que me gustaría hacer hasta que me muera. Estuve algún tiempo viviendo y trabajando en Madrid, pero volví a la que es mi tierra y empezar con esto me está haciendo reconectar a otro nivel. Por el momento sólo perforo, pero como me apasiona todo este mundo de la artesanía que estoy descubriendo, no descarto que en un futuro diseñe mis propias joyas para piercing en las que quiero integrar el azabache asturiano.

“Cuando fui descubriendo la importancia de la xoyería, sus maravillas y el simbolismo que hay en nuestra tierra, me dije que aquello tenía que compartirlo”

-Cuando hablamos de xoyería tradicional, ¿nos estamos refiriendo a esas joyas que acompañan al traje regional?
-Uff, definir la palabra tradicional ya es complicado, de hecho, la primera parte de la charla va de eso: “La xoyería tradicional ye un todo o un nada al mismo tiempo”, digo. Hablamos de piezas que han sido típicas en un momento concreto. De la época que más datos tenemos es del siglo XIX. Pero la movida está en que hay cosas típicas de aquí que también lo son en otras zonas, incluso fuera de España, así que no podemos hablar de cosas típicas como exclusivas de aquí porque no lo son. Lo que sí es originario de esta tierra es el azabache o el oro, porque sí salían de aquí y se exportaban fuera, incluso hasta Inglaterra. La realidad es que ha existido mucho intercambio. Xoyería tradicional es sólo la que tiene unas señas de identidad propias, aunque sea parecida a la de otras zonas.

-¿De qué época estaríamos hablando?
-Los datos que tenemos de la xoyería tradicional datan de los siglos XVIII y XIX. Por ejemplo, el azabache sabemos que ya se trabajaba en la prehistoria.

Izda.: Ilustración de Gaspar Meana. Moza con perendengues y collaráes.
Dcha.: Mozas con vestimenta tradicional extraída del libro “Vestidos de asturianos” de Fe Santoveña.

“El coral que se menciona mucho en los cantares como elemento de lujo venía del Mediterráneo occidental”

-¿Con qué materiales se hacían estas joyas?
-Con oro, que se extraía aquí, pero también con otros metales para gente menos pudiente como el oropel, que era un recubrimiento de cobre y latón que le daba un aspecto dorado a la pieza; la plata y su versión más económica, la alpaca, que era una aleación de zinc, cobre y níquel. Luego se utilizaba el azabache, no hay que olvidar que el que hay en Asturias es del Jurásico y está considerado como uno de los mejores del mundo. También se empleaban el ámbar, coral rojo, vidrios de colores para imitar a las piedras, y también perlas, aunque yo no las incluiría en el apartado tradicional.

-En el caso del azabache, lo teníamos aquí, pero ¿el coral que también está asociado a nuestro traje regional, de dónde venía?
-El coral que se menciona mucho en los cantares como elemento de lujo venía del Mediterráneo occidental, aunque también se encuentra en algunos puntos de la costa española mediterránea, pero aquí no tenemos. Lo que sí se ha encontrado ha sido ámbar, pero en pequeñas cantidades, hallazgos más interesantes a nivel geológico, no de explotación comercial.

“El azabache que hay en Asturias es del Jurásico y está considerado como uno de los mejores del mundo”

-¿Cuáles eran las piezas más habituales?
-En este tipo de xoyería hay muchas variedades, broches, botones, alfileres, pulseras y otros elementos, pero al final me he querido centrar en les collaráes (todas las cosas que se llevan al cuello) y los perendengues (pendientes) porque tienen mucho simbolismo, mucho lenguaje no verbal. Además de adornar a la mujer, por el tipo de pendientes que llevaba podías saber si estaba casada o soltera. Hay cosas muy curiosas al respecto.

-¿Por qué se adornaban? ¿Cuándo se las ponían?
-Pues como ahora, hay un poco de todo. Por motivos estéticos, simbólicos, espirituales o como símbolo de estatus social. Las mozas se ponían más guapas para ir al baile y para eventos especiales. Cuando una se arreglaba para ir al baile, todo eran mensajes y señales, vamos que “ya sabemos que vas al baile”.

-¿Qué dicen nuestras joyas tradicionales de nuestra historia?
-Dicen mucho. Una fuente de información muy importante han sido las canciones populares, ahí se ve la importancia que tenía este tema en la vida social. Que, por ejemplo, una moza diga en un cantar que no le importa que el mozo que marcha a la mar venga vivo o no, pero que por favor venga con corales… pues dice mucho. Luego hay una frase de una canción que dice algo así como “Aquella de los pendientes de color candelero son hechos de oro como yo santo en el cielo”. Vamos, que, si tus pendientes son de oro, yo soy un santo… Hay muchas canciones que hablan de la importancia que tenían la xoyería en la vida.

“La mano o cigua de azabache tenía muchas propiedades asociadas de protección contra el mal de ojo, pero casi servía para todo”

-Algunas también tenían cierto valor espiritual…
-En pinturas y grabados antiguos aparecen amuletos. Se pueden ver de coral, pero sobre todo se ve la mano o cigua de azabache que tenía muchas propiedades asociadas de protección contra el mal de ojo, remedio para las cataratas… casi servía para todo. La cigua era como una orden de protección.
Luego, existían cruces y otros símbolos de protección que aparecen en retratos de bebés. En aquellos momentos había un índice muy elevado de mortalidad infantil y se pensaba que así quedaban más protegidos.

Azabache al natural
Azabache al natural

-¿Qué es lo que más te ha sorprendido de esta investigación?
-Pues toda la riqueza que he encontrado en los museos de aquí, y otras que están en Madrid, que uno se pregunta, “si son de aquí, ¿qué hacen allí?”. Vi piezas de la Edad de los Metales con unos diseños superavanzados, podrían haberlo hecho perfectamente artesanos actuales. Incluso, me atrevería a decir que utilizaban técnicas más elaboradas que las actuales. Me pregunto cómo podrían hacer eso en aquella época con tanto detalle, cuánto tiempo tardarían. Cuando ahora ves la polémica que a veces surge entre las empresas del sector por aquello de quién ha inventado qué y contemplas estas piezas ancestrales, llegas a la conclusión de que aquí ya está todo inventado. He visto unos aros del siglo III que son iguales a los que te puedes poner tú hoy. Eso es lo que más me ha llamado la atención.

-Entonces, ha habido poca evolución en este terreno.
-Es una cuestión que me planteo muchas veces. Creo más bien que en este tiempo se ha entremezclado todo. No sé si ahora podría hablarse de xoyería tradicional; ni se vende en joyerías, ni existen artesanos, sólo quedan unos pocos que trabajan el azabache -pendientes, ciguas y poco más-.

“Vi piezas de la Edad de los Metales con unos diseños superavanzados que bien podrían haber hecho artesanos actuales”

-¿Qué puertas ves abiertas por las que te gustaría colarte para saber un poco más?
-Pues mira, hay un tema sobre el que existe una especie de nebulosa que me parece muy interesante. Son les arracaes (arracadas), unos pendientes en forma de aro (considerados erróneamente tradicionales asturianos) que sólo llevaban las mujeres casadas acompañando al traje. Y es que estos mismos pendientes aparecen en otras zonas de Castilla. Era el hombre cuando se casaba el que se los entregaba a la mujer, como las arras, de ahí el nombre de arracada. Esta misma palabra la utilizan en Cataluña para denominar a cualquier tipo pendiente, no solo el típico aro. Así que las raíces están muy diseminadas.

-¿Qué te está reportando esta experiencia a nivel personal?
-Pues mucho. Creo que esto me ha podido cambiar la vida y ha despertado en mí un interés por cosas que nunca me había planteado. Me ha regalado un contacto con el azabache y ahora estoy interesada en aprender el oficio de artesana. Tengo mucho que agradecer a esta experiencia y sobre todo a la tierra que me acoge.

-¿Cómo está siendo la respuesta del público?
-Sorprendentemente buena. El público es muy variopinto. Pensé que el tema iba a interesar sólo a artesanos o gente relacionada con el folclore, pero la realidad es que vienen personas de muchos sectores y de distintas edades. Me tienen sorprendida, y el recibimiento es muy bueno.

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