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domingo 24, noviembre 2024

Jorge Díaz. Campeón de tiro olímpico. La diana de Belmonte

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La noticia llegó desde Gyor en Hungría: Jorge Díaz había quedado undécimo en la prueba de Carabina de Aire Comprimido 10 metros en el Campeonato de Europa, lo cual se tradujo en una plaza para participar en los Juegos Olímpicos de Río 2016. A partir de ese momento el objetivo fue claro: todo el tiempo había que invertirlo en la preparación de los Juegos Olímpicos.

Jorge Díaz nació en Belmonte de Miranda y, aunque su padre practicaba la caza y él le acompañó varias veces, nunca sintió un interés especial por las armas. En el año 1999, cuando su familia se trasladó a vivir a Oviedo, acudió en el instituto a una charla de entrenadores del Club de Tiro Principado y decidió probar. Lo que comenzó siendo un simple experimento, se convirtió en una pasión a la que hoy da continuidad en el Club Ensidesa-Trasona. Viajes, campeonatos, medallas, pódiums… Jorge insiste en que este deporte lo único que exige es establecer una rutina de tiro, sabérsela de memoria y ejecutarla con precisión. Esto que parece tan sencillo tiene detrás horas de entrenamiento, jornadas maratonianas de conciliación laboral, personal y deportiva y, sobre todo, mucho sacrificio.
A pesar de que Jorge es una persona tranquila, en el escenario de Río los nervios le jugaron una mala pasada. Los resultados no fueron todo lo buenos que esperaba y sus aspiraciones se truncaron al quedar en el puesto 25 en la ronda clasificatoria con 620.9 puntos. Lejos de desanimarse el belmontino continúa al máximo con sus entrenamientos dispuesto a conseguir muchas medallas.

-Aunque todas las competiciones son importantes, participar en unos Juegos Olímpicos son el sueño de todo deportista.
-No me esperaba todo lo que me encontré allí. La Villa Olímpica es inmensa y está preparada para que tengas cosas que hacer todo el día: el comedor está abierto las 24 horas, tienes gimnasio, actividades… No te puedes meter en todo porque tienes que entrenar pero no puedes decir que te quedas tumbado en el sofá porque no sabes qué hacer. La Villa Olímpica es una pasada y la inauguración igual. Todo estaba preparado y el ambiente era impresionante.
-A nivel de la competición, ¿cómo fueron esas sensaciones?
-Los días anteriores estaba entrenando muy bien pero en la competición me entraron los nervios. No contaba con ello en absoluto porque estoy acostumbrado a competir en Europeos, en Copas del Mundo y ahí lo tengo todo controlado, además los rivales eran los mismos. Empecé muy nervioso y, hasta la mitad de la competición, no me tranquilicé, entonces ya fue complicado. Me quedé con un mal sabor de boca porque sabía que lo podía hacer bien.

«Cuando tiro me concentro en la rutina de disparo y trato de que no se me meta ningún ‘virus’ en la cabeza»

-¿Estás preparado para soñar dentro de otros cuatro años?
-Todavía queda mucho. El año que viene no es año olímpico y las primeras plazas que se puedan conseguir van a ser en el mundial del 2018, con lo cual queda tiempo para prepararme, pero me veo con ganas.
-¿Qué actitudes se requieren para ser un buen tirador?
-No hace falta nada especial, todo se entrena. Si consigues tener una rutina de disparo muy clara y sabértela de memoria no te hace falta tener unas condiciones determinadas. Con saber lo que tienes que hacer y hacerlo bien, lo tienes arreglado. Yo intento no pensar en el resultado, en cómo va a ir. Me concentro en la rutina y trato de que no se me meta ningún «virus» en la cabeza.
-¿Por qué es importante tener una buena forma física?
-Los tiradores estamos quietos en una misma posición durante aproximadamente una hora y cuarto en la que tienes 60 disparos. Estás en tensión, aguantando el peso de la carabina en una posición determinada. No es un cansancio físico de llegar a 180 pulsaciones pero es un desgaste que influye en el pulso. Hay que mantener el mismo estado físico en toda la prueba.
-No has querido renunciar a ciertos aspectos de tu vida por el tiro. ¿Cómo te lo has planteado?
-Nunca entendí el tiro como mi forma de vida. No es un deporte profesional y nunca vas a poder vivir de él. En España es imposible, con lo cual, lo que buscas es estabilidad laboral, personal y luego, el tiro, practicarlo en la medida que puedas. Hace un par de meses que marché de la fábrica pero, hasta entonces, trabajaba de siete a tres. Los días que tenía que entrenar iba a casa, comía, me iba a entrenar y, si tenía que ir al gimnasio, iba después. Los días que no tenía entrenamiento iba al gimnasio, a correr o a jugar al fútbol. También dedicas tiempo a la novia, los amigos, la familia y, al final, tienes el día tan ajetreado que acabas reventado. Por suerte tengo una vida personal que me permite entrenar cuatro o cinco días a la semana y participar en competiciones. Mientras no tenga que renunciar a esta vida, me quedo con ella y me quedo aquí. No se está mejor en ningún lado.

«El nuestro es un club modesto y humilde. Es muy gratificante porque te das cuenta de que no hace falta ser muy poderoso, ni tener mucho dinero para conseguir resultados»

-¿Los tiradores asturianos os sentís lo suficientemente apoyados?
-La verdad es que la Federación Asturiana nos apoya mucho. Cuando vamos a competiciones nacionales, Copas del Rey, etc., vamos con los gastos prácticamente pagados y el Club también nos ayuda económicamente en estas salidas. La Federación Española nos paga los viajes internacionales y también tenemos alguna beca. La Federación Nacional es otra cosa porque ahora no tiene mucho dinero, tiene una deuda muy grande y es complicado. Tenemos dinero pendiente con ellos, pero no me puedo quejar.
Este año empezó a apoyarme una pequeña empresa asturiana, LaureloEventos, que se dedica a organizar todo tipo de eventos (música, espectáculos…) a los que también le estoy muy agradecido.
-¿Cómo es el nivel de tiro en Asturias comparado con el de otras regiones?
-Asturias es la única comunidad que mandó tres deportistas a los Juegos Olímpicos y todos del mismo club. Esto no lo tiene ninguna comunidad, ni creo que lo haya tenido. Es importante destacar que el nuestro es un club modesto y humilde. Ahí no cobra nadie y los trabajos que hay que hacer los hacemos entre todos los socios con lo cual, obtener resultados deportivos tan buenos es muy gratificante porque te das cuenta de que no hace falta ser muy poderoso, ni tener mucho dinero para conseguir resultados. Esto nos anima bastante.
En el cómputo general no estamos mal situados, cuando vamos a campeonatos de España, Asturias siempre está arriba. Ahora hay dos escuelas, la de Avilés y la de Oviedo, que tienen bastantes chavales entrenando y parece que hay futuro. A ver si es verdad.
-¿Qué retos tienes por delante?
-En mi modalidad estamos empezando la temporada y las primeras competiciones internacionales que tenemos empiezan en enero, que vamos a Múnich a un gran premio. En febrero tenemos el campeonato de España y a finales de febrero el Campeonato de Europa.

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