Llega la Navidad, se acaba 2019 y toca hacer balance… es lo que hay. Lo primero que nos vendrá a la cabeza es lo rápido que ha pasado el año y lo caóticos que han sido estos meses; cómo ha cambiado la gente y cómo lo hemos hecho también nosotros. Empezamos con una vida y terminamos el año con otra distinta. En medio queda lo aprendido, lo que hemos dado y lo que ha quedado dentro de nosotros.
En breve brindaremos por el nuevo año que comienza y nos desearemos un feliz y prospero año, esperando encontrar aquello que deseamos, sin saber que lo tenemos al alcance de la mano, que está en nuestro interior, que depende solo de nosotros. Que no se trata de hacer mil cosas, de tener o conseguir sino de algo más sencillo, ser.
En este número incluimos varias entrevistas -no de forma intencionada- donde sus protagonistas nos hablan precisamente de eso, de ser, de vivir, de sentirse libres. Comentaba la asturiana Minerva Piquero que un día le preguntaron si había encontrado su sitio en el mundo y ella contestó que se había encontrado dentro de sí y eso le hacía sentirse bien consigo misma. Que la gente podía opinar porque era libre pero “nadie puede decirme quién soy y cómo debo sentirme”, comentó.
Siguiendo en la misma línea, para el músico Igor Paskual, el mayor pecado que podemos cometer los humanos es ”no ser lo que puedes ser, no cumplir con tu propia promesa, con tu potencial a todos los niveles”. Para él, eso es vivir.
Nacemos para vivir y tenemos esa responsabilidad ante la vida. La de aprovecharla, disfrutarla y vivirla plenamente con sus luces y sus sombras. No permitir que pase delante de nosotros sin más. Aprovechar cada una de las experiencias y aprendiendo más de los errores que de los aciertos.
A veces parece que caminamos con el piloto automático, metidos en un traje que no es el nuestro cuando el guión de esta película lo escribimos nosotros cada día al levantarnos.
Quizá la fuente de la felicidad, si es que la hay, esté en nuestro interior. Quizá consista en ser nosotros mismos, no otro por mejor que nos parezca. Quizá consista en hacer las paces con uno mismo.
Ha llegado diciembre como un torbellino para terminar de enfilar 2019 y no estamos para perder el tiempo. Es mucho lo vivido en estos 365 días, tanto a nivel profesional como a nivel personal. Experiencias que nos han traído hasta aquí y de las que nunca dejaremos de aprender. Queremos seguir siendo curiosos y preguntarnos por las cosas. Queremos seguir confiando en la gente y sus capacidades. Brindando espacios para que suenen todas las voces. Y servir de altavoz para tantos y tantos que con sus vidas y su afán de superación están marcando un camino a seguir.
Juntos un año más hemos vuelto a hacer magia casi sin saberlo. Por eso queremos agradecer el apoyo brindado, la confianza, la amistad y el cariño que nos hacéis llegar por distintos medios. A nuestros lectores, suscriptores, seguidores en las redes sociales que compartís nuestros artículos… gracias.
Seguimos amando nuestro trabajo y pensamos que aún quedan muchas cosas por hacer, eso nos alienta a seguir un año más acompañándoos en esta andadura que comenzamos hace más de un lustro. Seguiremos luchando y trabajando por otro mundo posible, más justo, más bueno, más libre…
Feliz 2020, que lo vivamos plenamente.