Si uno echa mano de la memoria reciente de Asturias, casi seguro lo hará tarareando alguna de las canciones de Nuberu. Es lo que ellos llaman la tradición innovada, que abarca muchas cosas: la llingua asturiana, por supuesto, pero también la conciencia política, la solidaridad, el amor a la tierra… La trayectoria del grupo ya se ha cerrado, pero su huella sigue viva gracias a la creación de Fundación Nuberu.
Chus Pedro siempre dice que Nuberu es mucho más que dos. Él y Manolo Peñayos fueron los creadores de este grupo que trasciende lo musical y aglutina a una serie de personas comprometidas con la cultura asturiana, con una historia y una lengua en común. Comparte esta idea Pablo Manzano, Presidente de la recién estrenada Fundación Nuberu. Manzano es de El Entrego, como ellos, y lleva casi treinta años en las filas de la Academia de la Llingua. “El hecho de que Nuberu cantara en asturiano significaba una total colaboración entre las dos instituciones, pero es que además somos amigos. Esa serie de circunstancias dieron lugar a que confiaran en mí para ocupar este cargo, y yo he aceptado encantado”.
Estamos en la Casa de los Alberti, en Ciaño (Langreo), donde se ubica la sede de la Fundación. La idea fue siempre quedarse en El Entrego, por aquello de las raíces, pero no fue posible –“por cuestiones de espacio, no por falta de voluntad”, apostilla Manzano- y el Ayuntamiento de Langreo les ofreció un lugar. Ellos encantados, porque desde luego no pensaban moverse del Valle del Nalón, que es donde comenzó todo.
Aunque la Fundación es muy reciente, y aún están concretando financiación y líneas de trabajo, está claro que Nuberu garantiza que su legado no se pierda. Desde una exposición, que en el futuro tendrá su sede permanente en Langreo, hasta proyectos educativos, Nuberu promete dar que hablar en el futuro.
-Nuberu es un proyecto con raíces. ¿Por qué esta Fundación?
-La marca Nuberu nace en el año 78. Manolo Peñayos y yo veníamos de un colectivo cultural llamado Camaretá y para lanzar el primer disco tuvimos que darle forma para que no fuera un dúo al uso, porque queríamos identificar a esas dos personas con un espacio geográfico: Asturias. Echamos mano de nuestra mitología y así surgió Nuberu.
La idea de la Fundación surge en el año 2007, en torno al IV Xaréu d’Ochobre, cuando en Cangas de Onís diferentes músicos asturianos nos hacen un homenaje. En ese momento decidimos, para cerrar un ciclo de treinta años, hacer una gira a lo largo de 2008 que se llamaría “Allá va la despedida”. Ese mismo año, en Cangas de Onís, anunciamos que Nuberu dejaría de cantar para volver a descansar a las montañas de Egipto, que es de donde procede, con su “encabritu”. Era también una forma de protestar, porque llevamos treinta años cantando en una lengua que no existe.
Después de esta gira teníamos que montar algo: un museo, la Casa de Nuberu… queríamos en un principio que fuese en El Entrego, pero no pudo ser. En Langreo nos brindaron la oportunidad de tener un espacio físico, y ahí estamos.
“Contamos con músicos y con colaboradores tan potentes como Gabino Antuña, Nacho Alonso, Julio Sánchez-Andrade… Son músicos que pueden contribuir a desarrollar habilidades partiendo de los que nosotros denominamos, musicalmente hablando, la tradición innovada”
-¿Qué líneas de trabajo tendrá la Fundación?
-En el año 78 éramos Manolo y yo los que tirábamos de todo, pero también es cierto que Nuberu era mucho más que una marca asociada a dos personas. Nuberu es un sentimiento, una forma de entender la vida. Para identificar y dar cuerpo a esa idea: Nuberu es como una tayuela de tres patas. Una de ellas es el mundo del trabajo, de la solidaridad, con una singularidad que marca carácter, que es el hecho de haber nacido en la cuenca minera del Nalón. Otra de las patas es lo que musicalmente llamamos la tradición innovada. Y la otra pata es el compromiso con la llingua asturiana. La filosofía de la Fundación se puede sintetizar y desenvolver en este marco de acción que he descrito.
-Es que son treinta años de trayectoria, y muchas historias que contar. Todo ello se ha reflejado en la exposición “Nuberu, 30 años. Ya llovió”.
-La exposición se inauguró en el año 2009, coincidiendo con la medalla de oro que nos otorgó el Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio, en el teatro municipal del concejo en El Entrego. Estuvo más de mes y medio allí y luego en la Casa de los Alberti, en Ciaño (Langreo), en la Delegación del Gobierno de Asturias en Madrid, y más tarde en Gijón, en el Monte de Piedad de la Obra Social de la Caja de Ahorros. Con esa vocación de itinerancia estamos haciendo gestiones con diferentes instituciones, ayuntamientos, colectivos y asociaciones para seguir difundiendo la historia de Nuberu. Porque son treinta años de historia, de esa juventud que vivió la transición de una forma muy intensa, con el compromiso político y con la cultura asturiana. En esa exposición se refleja la transición en Asturias en vídeos y documentales: la gente que sufrió el 62, la represión política, y también una serie de elementos festivos, el compromiso con la llingua… Todo esto se recoge en un libro donde está el catálogo de la exposición, además de dos CD de un concierto el Día de Asturias de 2008 en El Entrego, más un DVD que incluye ese concierto y un documental.
“La exposición ‘Nuberu, 30 años. Ya llovió’ refleja treinta años de historia, de esa juventud que vivió la transición de una forma muy intensa, con el compromiso político y con la cultura asturiana»
-En algún momento se planteó la posibilidad de crear un sello discográfico o editorial para promocionar nuevos valores.
-Hablar en el siglo XXI de montar un sello discográfico es una auténtica aberración: ahora mismo hay que hablar de Internet, de otros formatos. Además hay que tener en cuenta que yo ya soy propietario de un sello y que quiero, en algún momento futuro, donar parte de ese patrimonio a la Fundación. Contando además con la experiencia que tenemos en este mundo y en la industria del disco, vamos “bajo el paraguas”, y de esta manera podremos cobijar a nuevos valores e impulsar y difundir la obra de los jóvenes, en la medida en que encaje y podamos realizar proyectos con ellos. También cuando hablamos de una editorial, no se trataría de una editorial al uso, sería algo musical pero también escrito y vinculado a la cultura asturiana.
Además, como en la Cuenca hay diferentes escuelas de música tradicional, vamos a aportar elementos que no están contemplados en ellas, puesto que contamos con músicos y con colaboradores tan potentes como Gabino Antuña, Nacho Alonso, Julio Sánchez-Andrade… Son músicos que pueden contribuir a desarrollar habilidades partiendo de los que nosotros denominamos, musicalmente hablando, la tradición innovada.
-De este modo Nuberu se asegura la continuidad.
-Es que lo que a nosotros nos hizo reinventarnos permanentemente es que en Nuberu nunca existió un concepto generacional. En un concierto nuestro te encuentras a chavales de dieciséis años que se saben las canciones, y también señoras de setenta y ochenta. Por eso siempre digo que Nuberu somos mucho más que dos. Nuberu es un sentimiento, porque cada generación ha hecho suyas esas canciones. En ese sentido estamos muy satisfechos, porque sabemos que la semilla que plantamos hace más de treinta años en el Valle del Nalón es ya un árbol con muchas ramas, y tiene la hoja perenne.