Como recuerda Cruz Roja en su campaña ‘Ahora más que nunca’ se necesita ayuda para paliar los efectos de la crisis económica que se están cebando en los colectivos más desfavorecidos. También ahora, más que nunca, se hace necesario el trabajo de esta institución que lleva más de 140 años ayudando a los asturianos.
La avilesina Celia Fernández lleva casi treinta años comprometida con el trabajo de Cruz Roja, primero como voluntaria, luego como vicepresidenta en la asamblea de su ciudad natal y ahora como presidenta a nivel regional. El compromiso con esta institución le roba buena parte de su tiempo, que compagina con su trabajo como trabajadora de Servicios Sociales en Avilés y el cuidado de sus hijos, todavía pequeños.
-¿Cuánto se han incrementado las peticiones de ayuda?
-El incremento es considerable ya desde el año 2008, cuando empezó la crisis. Fue notándose poco a poco pero últimamente estamos desbordados. Las ayudas que calculábamos que nos iban a durar para casi todo el año las hemos terminado en tres meses.
-¿Cuáles son los colectivos más vulnerables?
-Hay muchos, evidentemente desempleados que acaban prestaciones, pero también personas inmigrantes que tenían una situación de cierta tranquilidad y que se están quedando sin trabajo y sin ingresos. Para muchos la familia es la red solidaria, el colchón que alivia este tipo de situaciones, pero el problema es que incluso eso está desapareciendo porque en buena parte de los casos hay varias personas desempleadas en el núcleo familiar. Y si hablamos del colectivo inmigrante todavía es peor, porque ese colchón no existe.
-¿Ha cambiado el perfil de la pobreza?
-Sí, porque ahora incluso tenemos a gente que ha sido voluntaria con nosotros desde hace mucho tiempo, personas a lase que nunca hubieras pensado que tendrías que ayudar. Aún estamos elaborando la memoria de 2012, pero ya vemos que no tiene nada que ver con la del año anterior. Si antes hablábamos de unas setenta mil personas que reciben ayuda, ahora vamos a pasar de cien mil, y eso sin contar a los que atendemos en hospitales.
«Se han incrementado tanto las peticiones que las ayudas que calculábamos que nos iban a durar para casi todo el año, las hemos terminado en tres meses»
-¿Hay gente que no acude a los comedores sociales por vergüenza?
-Nos hemos encontrado gente a la que he hemos llevado los alimentos a casa porque sabemos que para ellos es un trastorno que les vean en un comedor social. La ventaja es que en los veintidós locales de las asambleas tenemos muy controlados a los vecinos, y si sabes que ese vecino lo está pasando mal y que no va a venir a ti, pues tú vas a él. Y en los comedores sociales también hay la opción de que puedan llevarse la comida a casa.
-¿Se aprecia en la sociedad asturiana una mayor solidaridad?
-Tenemos dos partes. Una son los socios, que colaboran económicamente y aunque con la crisis tenemos bajas porque hay quien no puede hacer frente al pago de la cuota, también hay muchas otras altas, y gente que anónimamente viene y da dinero. Y por otra parte, hay personas que ahora tienen más tiempo libre y lo dedican a Cruz Roja, así que tenemos un aumento de voluntarios sobre todo para gestionar programas de proximidad y de ayuda directa.
-Cruz Roja también ayuda en casos de desahucios. ¿De qué manera?
-Tenemos fondos propios que liberamos para este tema. No podemos asumir situaciones de desahucio con deudas muy importantes, pero podemos ayudar a una familia que debe uno o dos meses. Hay hipotecas que son tan pequeñas como un alquiler y se quedan en descubierto, así que intentamos que la gente no se endeude más. Todo con criterios claros y con una valoración profesional: se trata de familias que conocemos, y cuya situación está perfectamente documentada.
-La sociedad experimenta cambios en la medida que varía su entorno económico ¿Cómo se actualiza Cruz Roja para estar al tanto de las nuevas demandas?
-La necesidad nos ha hecho ponernos en actualidad. Hace años teníamos proyectos que iban enfocados al plan de prevención y de superación de la atención directa, de las necesidades básicas, y hemos tenido que dar marcha atrás y volver a recuperar esos proyectos. Por otro lado, en 2013 no hemos sufrido grandes recortes en nuestro presupuesto, pero sí que se notaron en los dos anteriores, se recortaron los proyectos, y tuvimos que ajustar horarios.
Los fondos recogidos en Asturias en la campaña ‘Ahora más que nunca’ irán especialmente dirigidos a solucionar carencias alimentarias y ayudas directas en temas de desahucios, además de otras ayudas puntuales.
-¿Cuenta Cruz Roja con el reconocimiento de la sociedad asturiana?
-Sí, además el Premio Príncipe de Asturias (Premio de Cooperación Internacional 2012) nos dio mucha visibilidad y la gente es muy solidaria. Por ejemplo, hemos retomado el tema de la banderita, que hacía años que no se llevaba a cabo. Se hizo para recaudar fondos para proyectos de necesidades básicas y la gente entendió perfectamente que eran ayudas para los de aquí. Y yo creo que se sabe que lo que nosotros manejamos está totalmente claro, inventariado y pasa todos los filtros necesarios: el dinero va directamente a los proyectos y a las ayudas.
-¿Se acusan los recortes en temas de sanidad, dependencia…?
-De momento eso todavía no ha emergido, ahora lo que hay es un gran problema con el el salario social, que aunque parece que va a empezar a agilizarse, tiene una demora terrible de más de un año en el pago, y que estaba siendo un instrumento de contención para que la gente no pasara hambre.
-¿Cuál es ahora mismo la mayor necesidad de Cruz Roja para funcionar?
-Necesitamos dinero. Es más fácil que la gente te dé alimentos, pero necesitamos dinero para cosas como pagar un recibo de luz, unas rentas, una medicación…
-Esta institución que tiene varios flancos abiertos, atiende a muchos colectivos, y está formada por un gran número de voluntarios ¿cómo se gestiona todo ese volumen?
-Bueno, tenemos mucha experiencia: el año que viene Cruz Roja celebra el ciento cincuenta aniversario en España y el ciento cuarenta en Asturias. Se gestiona con dificultades, pero teniendo muy claro el objetivo principal, que los proyectos tengan un componente voluntario y que el tema económico esté muy controlado. Y lo que nos permite seguir viviendo en este mundo tan cambiante es la neutralidad, uno de los principios fundamentales de la Cruz Roja. Nosotros no damos opiniones políticas y eso nos permite participar igual con gobiernos de derechas que de izquierdas, por eso podemos estar lo mismo en Guatemala que en Nicaragua, en Cuba, en Afganistán… Todas las Cruces Rojas del mundo se rigen por los mismos principios.
-De todos estos años que lleva en la organización, ¿cuál es el momento más especial que ha vivido?
-Este año pasado los Premios Príncipe fueron una gran experiencia, poder ver el reconocimiento a los voluntarios, mil quinientas personas que quisieron venir y estar aquí. Fue uno de los momentos más especiales de mi vida.
Con el lema Ahora más que nunca comenzó el pasado año una campaña sin precedentes con la que Cruz Roja pretende recaudar más de 30 millones de euros. El incremento de personas en situación de «extrema vulnerabilidad», que ya ronda las 300.000 personas, ha llevado a los responsables de la institución a recaudar fondos para los españoles afectados por la crisis económica.
Por primera vez en su historia lo recogido durante el ‘Día de la Banderita’ no irá destinado a países del tercer mundo, ya que como asegura Celia Fernández, Presidenta de Cruz Roja Asturias «la situación de crisis y de catástrofe la tenemos aquí».
En 2011, Cruz Roja en España atendió a más de dos millones de personas en sus diferentes programas sociales, lo que supuso un 20% más que la población atendida en 2010. El 82% de las personas atendidas vive por debajo del umbral de la pobreza (con una renta inferior a 627,78 euros al mes) y la tasa de paro es del 64,86%, según datos del Boletín sobre Vulnerabilidad Social de Cruz Roja.
La campaña Ahora más que nunca se puso en marcha el pasado mes de mayo en toda la península y tendrá una duración de dos años. Los fondos recogidos en Asturias irán especialmente dirigidos a solucionar carencias alimentarias y ayudas directas en temas de desahucios, además de otras ayudas puntuales, aunque cada delegación de Cruz Roja podrá destinarlos en función de las necesidades que considere prioritarias.
Entre las iniciativas que también se han puesto en marcha en la comunidad asturiana se encuentra el reparto de vales de comida por un valor de 50 euros cada uno. La financiación de este programa de ayuda procede de Cruz Roja, Cajastur y la Fundación Alimerka, e irá destinado a cubrir necesidades básicas de 5.600 familias asturianas que se han quedado sin ingresos por efecto de la crisis.