Llegan las Navidades y es un momento especial en el que se aumenta el consumo de bebidas alcohólicas. Pero Asturias y su bebida estrella marcan la diferencia en este planteamiento. No hacen falta fechas señaladas para compartir unos culines con los amigos o para descorchar una botella de sidra espumosa con la familia. Sobran razones para disfrutar de la sidra en el paraíso de la manzana.
Por salud
Para los que, todavía a día de hoy, necesitasen argumentos para justificar el consumo de sidra, hace un par de años, se publicaba un estudio realizado por la Universidad de Oviedo, el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (SERIDA) y el Hospital Universitario Montepríncipe de Madrid, en el que reconocía que la sidra, consumida en cantidad moderada, es anticancerígena, antioxidante y antiinflamatoria, además de ayudar a controlar el colesterol, las enfermedades cardiovasculares y la glucosa en los diabéticos. El estudio se realizó con dos muestras de sidra natural, una de mesa y dos de espumosa y todas ellas demostraron su capacidad antioxidante. Los polifenoles que aportan las manzanas, son sustancias no energéticas que captan los radicales que dañan las células, mutan el ADN y provocan tumores. En el estudio también se expusieron cultivos de células humanas a diferentes tipos de sidra, y todas las muestras analizadas redujeron el nivel de citoquinas, lo cual demuestra que se puede considerar antiinflamatoria y también de vital importancia para evitar la formación de la placa de ateroma en los vasos sanguíneos. Para estudiar su actividad cardiosaludable se diluyeron las cinco sidras en el agua de un acuario con peces cebra para analizar posteriormente los lípidos de su hígado. El resultado fue que se redujo el nivel de colesterol por su contenido en flavonoides. De la misma manera se corroboró la capacidad antidiabética de la sidra.
Por historia
Las raíces de la palabra sidra provienen del griego «Sikera». La evolución continuó con el latín Sicera, los astures utilizaron el término Sizra y de ahí al vocablo actual. Los egipcios y los hebreos ya la consumían pero no fue hasta la llegada de Plinio, en el primer siglo después de Cristo, que encontramos la primera mención escrita. Más tarde también Estrabón dejó constancia del consumo de sidra por parte de los astures.
Porque es la mejor red social
La sabiduría popular dice que «allá donde fueres, haz lo que vieres». Pues aplicando el dicho al pie de la letra, una de las primeras cosas que debe hacer el viajero que quiera integrarse y ser uno más en nuestra tierra, es pedir «una botellina». Vaya por delante que lo mejor es compartir, no hay mejor red social que la que se crea tomándose unos culines con los amigos en el chigre. Nada que hacer tienen Facebook, Twitter o Instagram.
Por tradición
Es una de las imágenes más tradicionales de Asturias: El escanciador con el brazo estirado por encima de la cabeza, echando la sidra sobre el borde del vaso. El escanciado es un arte que encierra una técnica depurada y cuyos profesionales valoran tres aspectos: el «espalme», que son las burbujas que se crean en la superficie de la sidra y que deben desaparecer pronto. El «aguante» es el que permite que se formen dos tonalidades en el interior del líquido y, por último el «pegue» que es la adhesión de la espuma a las paredes del vaso después de beber el culín.
Por culturizarse
Ojo a las expresiones, que en el chigre no todo vale. Vayan por delante algunas expresiones que se deben conocer para entender o para no quedar del todo mal si estás empezando en esto de la cultura sidrera:
«Tá de restallu»: está buena. Se puede seguir bebiendo.
«Ye puxarra»: está hecha con los restos de la magaya y no es una buena sidra.
«Abre bien»: Libera bien el dióxido de carbono y tiene buena espuma.
«Fai bon vasu»: se bebe con gusto.
«Cagonmimantu»: ¡ojo! Todo depende de lo cómo continúe la frase el interlocutor… Tras esto puede venir una expresión de gusto o de disgusto, todo puede ser.
Otras fórmulas
Beber sidra no es la única fórmula para conocer la tradición en Asturias. Muchos emprendedores han optado por darle otro enfoque y presentar la sidra de formas completamente diferentes. Chocolate y sidra es el nuevo maridaje realizado en obradores asturianos y que ha dado como resultado un bombón que está teniendo mucho éxito no solo por su sabor sino también por su original formato. El turrón de sidra o el Apple Tonic, elaborado a base de aguardiente de sidra son otros dos ejemplos de cómo la sidra evoluciona y se reinventa. Mención aparte merecen también muchos artesanos que elaboran pendientes, platos o elementos decorativos a partir del vidrio de las tradicionales botellas verdes de sidra.
Recientemente el Ayuntamiento de Siero ha publicado dos mil folletos publicitarios sobre los llagares del concejo en el marco de una iniciativa que tiene como finalidad fomentar el potencial sidrero del municipio.
En este folleto, además de un mapa de ubicación de los llagares aparece la historia de cada uno de los doce establecimientos del concejo acompañada de fotos de cada uno de ellos. Tras el primer paso de presentación a los medios y edición del material publicitario que será repartido en los llagares, las Oficinas de Turismo del Principado, en las instalaciones municipales y en diferentes zonas comerciales, el siguiente paso es diseñar la imagen que será marca de esta iniciativa. Con ella se pretende colocar a Siero en el lugar que le corresponde en el mundo de la sidra ya que actualmente, después de Gijón y Villaviciosa es el concejo asturiano que cuenta con más llagares.
Según la Concejala de Urbanismo, Empleo y Desarrollo Económico, Noelia Macías Mariano, «tener una marca, un emblema nos puede hacer más competitivos. El principal objetivo de esta iniciativa es fomentar el potencial sidrero de Siero como parte importante de la economía del municipio». En la rueda de prensa de presentación del proyecto, Macías destacó también la estrecha colaboración que se ha establecido con los productores locales a la hora de poner en marcha esta campaña de promoción.
Si de algo puede presumir Asturias es de tener una amplia carta de sabores y productos típicos que todo el mundo asocia de manera automática con esta tierra.
Tanto la manzana como la sidra son un claro ejemplo de estos productos que año tras año muchos profesionales de diferentes sectores reinventan y transforman. José Antonio Darriba ha conseguido elaborar en su obrador Monte Naranco un bombón de sidra que se ha convertido en marca de la casa. «La idea surgió porque la gente te pide cosas nuevas -comenta José Antonio-. Además siempre nos hacemos la misma pregunta: ¿por qué con los productos de aquí no se hacen cosas nuevas? Hicimos unas pruebas con el bombón de sidra y el resultado nos gustó, en cuanto al formato pensamos en desmarcarnos de las formas tradicionales y pensamos que lo mejor sería meterlo en una botella pero era complicado para trabajar y entonces optamos por una forma rectangular con una botella de sidra. El artista que lo hizo captó muy bien el concepto».
Ahora que llegan las navidades, del obrador también salen otras delicatesen que hacen felices a muchos llambiones. Por un lado el turrón de trufa y sidra elaborado con chocolate negro y también el turrón de mazapán a la sidra con dulce de manzana, una variedad que llama mucho la atención y que es solicitado por los clientes que apuestan por los sabores más dulces.