La Economía anda tan renqueante como la Monarquía, por cadera real ésta, por la falta de ingenio aquella, así que los comerciantes tienen que espabilarse para reducir costes, empezando por el de producción. En la imagen que me hace llegar un amigo se observa, no sólo el esfuerzo por obtener bienes baratos, sino la transparencia en cuanto a la procedencia. Encomiable.
Otros tienen más dificultades. Una tienda de chucherías, ubicada para más inri, en la calle de un hombre de letras, el Periodista Adeflor, se ha visto obligada a ampliar su oferta de productos con un catálogo de objetos de regalo. Como no están habituadas las dependientas, anuncian los jarrones con falta de ortografía.
Seguimos sin poder pasear, mayo ha sido igual de lluvioso en esta región que los seis meses anteriores, así que nos refugiamos en casa, para desesperación de hosteleros. Nos enteramos entonces de que el problema de la escasez (de sol) es europeo; la Cadena Ser en un informativo matutino refiere que “el partido de Roland Garros ha sido suspendido por la rubia” ¡Santa Madonna, estos chavales siempre igual!, pienso, pero no, era un error, menos mal: “perdón, por la lluvia”. La televisión no trae buenas noticias a los amantes del fútbol, no pueden ver ganar en Europa a sus equipos; pagan las culpas las señoras madres de los árbitros, a quienes no tienen el gusto de conocer los aficionados, razón por la que me resulta sorprendente que las motejen. El ayudante de un famoso entrenador luso parece haber aprendido la parte menos agradable de su superior y persigue, con aspavientos, a un humilde auxiliar; advierte el comentarista: “Karanka rodeando al cuarto árbitro”.
Como no da el asunto para mucho, dada la superioridad de los alemanes, cambio de canal. En AXN ponen “CSI New York”, una de esas de polis tan listos que por la mosca que encuentren en la sopa saben cómo se llama la abuela del conductor del taxi que los trajo desde Newark Airport. Vean un ejemplo de la capacidad deductiva del equipo de forenses: “…dos vehículos, dos conductores, ¡está claro que buscamos a dos personas!”. El estilo Gila ha creado escuela.
Por el tipo de publicidad parece que esta cadena es exclusiva para amas de casa, de quienes los creativos tienen un concepto bastante equivocado. De las relaciones entre los géneros, en general, observen el maravilloso mensaje que recibo a través de facebook: “¿Sigues sin reloj?” Pues sí, la verdad, me molesta en la muñeca y me arreglo con el teléfono portátil, lo cuál va a significar que no triunfaré en el amor, porque “Ella nota un buen reloj”; si quiero arreglarlo European Watches, una empresa que se manifiesta sólida, (since 2002), me vende un genuino Rolex Daytona a mitad de precio. ¡Una ganga, oiga!, regalo perfecto acompañado de uno de los perfumes de arriba. Otra magnífica oferta me llega a través del correo electrónico de esta página, tan internacional que es la segunda vez que recibe comunicados desde China; posiblemente porque los rótulos de sus comerciantes en España suelen ser motivo de análisis en ella. Me escribe la empresa Hyun Young con sede en Shenzen, “Now we have capacity of handing shipment to or from all the ports in south of China”. De modo que ya lo saben, si necesitan contactos en el sur de China les puedo facilitar la tarea, no tienen más que pedirlo.
Viajar es uno de mis vicios, pero la China me queda lejos, por ahora me conformo con leerla. Para el Día del Libro me autorregalé Historias imprescindibles para los amantes de los viajes, de Alberto Granados, quien, muy amablemente, pone su correo electrónico a disposición de las personas lectoras “para apuntar tus sugerencias o compartir tus impresiones”, encomiable idea que sería perfecta si se tomara la molestia de responder. El libro me gustó, aunque, como le hice constar al autor, adolece de una buena revisión final. Ejemplos: Pág 93. “Atila (39-453)” No me extraña que perdure su memoria, si fue “el azote de Dios” durante ¡414 años! Pág. 224. Otro ejemplo de longevidad, “Así es como Knut Hansum, escritor noruego y Premio Nobel de Literatura, que visitó Estambul a finales de 1800, describe…” Me llamó la atención la fecha porque recordaba que fue Premio Nobel en 1920 y acusado de colaborar con los nazis. Lo que realmente se quiere decir es que visitó Estambul “a finales del siglo XIX” o, en todo caso, “al término de la centuria 1800”; tal y como está redactado parece que fue a final de ese año, 59 antes de haber nacido. Pág 131. “Partió desde el puerto de Gydna (Polonia) con más 100.000 refugiados a bordo y sin escolta” ¡Vaya barco el Wilhelm Gustloff!, queda clara la potencia de los astilleros alemanes, lo que pasa es que debería ser poco marinero, porque, si lo comparo con otros citados en el mismo capítulo, -el Lusitania, por ejemplo-, para llevar una población mayor que la de la provincia de Soria, debería tener una eslora de casi doce kilómetros. Podría ser que se hubiera colado un cero, pero tampoco me salen las cuentas, porque “…más de 10.000 refugiados” no los da la suma de 8.800 pasajeros que se citan como muertos y 960 supervivientes; necesito encontrar 240 desaparecidos que no son mencionados. Deberes por hacer.
Y ya no hay tiempo, porque los colegios preparan las fiestas de fin de curso, el profesorado podrá descansar merecidamente, amenazado por la nueva ley; menos mal que nos alegra la espontaneidad infantil. Luis es un niño serio y divertido, una buena mezcla de las brumas astures y el sol cordobés; suele contar sus cosas con entusiasmo, refiere a su abuela del norte que su hermano segundo participa en una celebración del cole, con la puesta en escena de un famoso vals vienés: “¡Abuela, abuela, Diego va a bailar El Diluvio Azul!”.