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domingo 24, noviembre 2024

La complicada historia de las espadas del Cid

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El Cid, de Charlton Heston y Sofía Loren Triunfa estas semanas en TV una historia del Cid cuando no era leyenda, producida por el asturiano José Velasco. El protagonista de la serie, Jaime Lorente, dice que fue una figura “utilizada políticamente por los dos bandos”; me sorprende tal afirmación en persona tan joven, aunque después accedo a sus declaraciones en la Cadena SER y voy entendiendo mejor las cosas. Dice: “Si viviese ahora, se metería con la Tizona en el Congreso y empezaría a repartir”. Vaya…

Como el muchacho asegura que estudió mucho para construir el personaje, hago lo propio para ver si tiene razón. Leo el manual “Mi primer libro de Historia” (Palencia, 1933; o sea República), del maestro Daniel Gómez Linacero; ni una sola referencia al Campeador, antes bien proclama que las guerras son una gran desgracia y que “las dos grandes virtudes sobre las que se asienta la vida son la cooperación y la solidaridad”.

Fue Linacero asesinado por los golpistas de Franco, como la cuarta parte del Magisterio. Los nuevos libros de enseñanza decían que el Cid “por su lealtad y por sus grandes virtudes, es considerado como modelo de caballero cristiano” (Enciclopedia Álvarez). Luego veremos este aspecto, antes quiero señalar que los responsables de Educación del Nuevo Estado tenían un nivel tal que se podían dar hechos como el siguiente: Constituyeron en 1937 el Instituto de España, desde el que se controlaban las Academias; de allí brotaron nuevos libros escolares. “Manual de Historia de España” (1939), hablando del Cantar del Mío Cid: “Poema que es el primero que se conoce de la Literatura castellana”. Ni más ni menos; según estos “eruditos” hasta esa fecha (aproximadamente 1200) no se escribía por estos lares.

El Cantar pone sobre papel leyendas transmitidas oralmente. Para situarnos mejor es bueno acudir a la Historia Rodericus, las fuentes árabes como Ibn Alqama e Ibn al Farag (“diz Abenfarax en su arábigo”), y la Crónica General de Alfonso X. Ahí transluce en parte su vida. ¿Caballero cristiano? Realmente un mercenario que se alió y combatió a moros y cristianos, cuando oía “que su dinero empieza a retiñir”. Todo el poema es un cántico al enriquecimiento por la guerra; se lee más veces la palabra “botín” que “hermandad”.

Díce el Cantar que consiguió la famosa espada Colada de su victoria contra el Conde de Barcelona, Ramón Berenguer I, un tipo que es ridiculizado en los diferentes textos, por ir al combate como un pincel en vez de equipado como un guerrero; franco elegante que despreciaba a las desarrapadas huestes castellanas, hasta tal punto que quiere dejarse morir de vergüenza, “pues que tales malcalçados me vençieron de batalla”.

Díce el Cantar que consiguió la famosa espada Colada de su victoria contra el Conde de Barcelona, Ramón Berenguer I, un tipo que es ridiculizado en los diferentes textos, por ir al combate como un pincel en vez de equipado como un guerrero

La Tizona la consiguió de Abú Búkar en 1309.Tienen mucha historia ambas espadas. Empieza la cosa con mal pie, los infantes de Carrión las reciben como dote de las hijas del Cid; después de la afrenta de Corpes, deben los malos chicos devolver la dote, y encima llevan una paliza en el campo del honor. Rodrigo las entrega a sus clientes Pedro Bermúdez y Martín Antolínez, así “mejoran de señor”. Pasan las armas por diferentes avatares, particularmente la Tizona, que aparece y desaparece en torno al golpe militar del 36, y por fin vienen a dar a manos José Ramón Suárez del Otero, marqués de Falcis, a quien se la reclaman Jacinta Méndez y Salustiano Fernández, un matrimonio asturiano que asegura haberla recibido en donación por haber cuidado de un ascendiente del marqués.

La cosa acaba en los tribunales, donde hasta se contempla la salomónica actitud de partirla en dos. Finalmente, termina comprándola la Junta de Castilla y León por la módica cantidad de 1’6 millones, pese a que todo el mundo está de acuerdo que es menos legal que un billete de 75 €. (ABC, “La Tizona por la que pagó la Junta es falsa”)

Ruy Díaz de Vivar andaba por Hispania como trashumante, a la caza de botín donde lo hubiere. Es una de las razones que se señalan como la causa de sus enfrentamientos con Alfonso VI. Unos dicen que se quedó con parte de las parias que, en nombre del rey fue a cobrar a Almutamid de Sevilla, otros que desvalijó Toledo, cuyo rey árabe era vasallo del de Castilla. Hay una cierta niebla en torno a las causas del destierro, en el Cantar no sale lo de Santa Gadea.

El asunto que, en mi molesta opinión, deja más al descubierto sus vergüenzas es el timo al matrimonio hebreo de Burgos. Recordemos: Ha sido enviado al destierro, no le queda más remedio que vivir de la rapiña “Y tomando de vos y de los otros iremos nos guareciendo, que esta vida habremos nos a facer fasta que Dios quiera, así como homes que soportan la ira de su rey y andan echados de su tierra”. En un momento de falta de liquidez, envía a su socio Martín Antolínez a pedir dinero prestado a un viejo matrimonio hebreo, Raquel y Vidas; como garantía les dejan dos arcas de arena que dicen “llennas de oro esmerado”, eso sí, con gran despliegue de palabras afectuosas y promesas de amistad eterna. Aún, el canalla de Antolínez obtiene el regalo de calzas, vestido y manto por los hebreos, como mediador en el “negocio”.

Al final, dejó el Campeador de vivir de la aventura y sentó la cabeza en Valencia, deslumbrado por el clima y por el lujo del rey musulmán. No vio otra cosa sino cuando entró en el palacio una muy grande claridad, y olía tan bien que era maravilla, (tanto como para creer que era el mismo Cielo) tan parecido a lo que le dijo San Pedro como si ya hubiese pasado por ello.

Lamentaron profundamente los árabes haber perdido Al Andalus, gimoteó Boabdil, lloraron sus poetas, y todavía la reclamaron marroquíes y Al Qaeda recientemente. Parece imposible, pero la historia da sorpresas; me acabo de llevar un susto de muerte al leer en el Boletín nº 62 del Servicio Filatélico de Correos que los almohades asaltaron Cáceres ¡en 1974! y pasaron a cuchillo a los defensores cristianos. Este 2021 es Año Santo Jacobeo, preparaos, escucharemos muchas veces gritar a los nacionales: ¡Santiago y cierra España!

https://fusionasturias.com/opinion/firmas/el-rincon-de-teobaldo/la-complicada-historia-de-las-espadas-del-cid.htm La complicada historia de las espadas del Cid

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