Cuando usted lea esto estaremos metidos de lleno en los días de conmemoración de difuntos, rito ancestral de todas las colectividades humanas. Nos resistimos a desaparecer, no queremos tampoco perder de vista a los seres queridos. Humano, aunque a veces demasiado humano.
Hace unas semanas tuvimos la suerte de disfrutar de una visita a Besullo, el buen guía Julio Rozas nos contó una antigua polémica entre la colonia protestante y la oficialidad católica por el entierro de una adolescente. Los religiosos quieren tenernos bajo su mano incluso en la otra vida.
Ahora ya es más común ver en la prensa esquelas de las personas que no desean ser enterradas en sagrado; en la notificación escrita sus familiares sustituyen la imagen de la cruz por una rosa, una paloma o algún otro símbolo laico. Me ha llamado la atención el pasado 21 de octubre ver una en la que el nombre era precedido por el símbolo de la clave de sol en segunda línea ; un melómano, sin duda, Don Rufino, que en paz descanse. En su honor escucho el Réquiem de Mozart, que en ocasiones no parece música de difuntos.
Se encuentran cosas originales en estas comunicaciones de fallecimientos. Por ejemplo, todavía quedan recuerdos de los años 30 en los que se ponían a las criaturas nombres laicos como Libertad, Armonía, Acracio o Germinal; incluso una Síndica, a la que más tarde tuvieron que poner delante el María, que vinieron los años grises en los que era imperativo bautizar, y hacerlo con nombres de santos. Todas las señoras pasaron a llamarse María de algo.
Ahora es posible usar cualquier nombre que no vaya en menoscabo de la sociabilidad, lo que me ha permitido observar originalidades como Kevincósner. No es inhabitual esto en la América que habla español. Recientemente entrevistaban a un futbolista peruano que ha recibido el original nombre de Osama Vinladen Jiménez López, el hombre contaba que era cosa de su padre, que a otro hermano le puso Sadam Huseín. El tercer nacimiento, por ser chica, se libró de llamarse George Bush.
Sin intencionalidad aparecen en las esquelas asturianas combinaciones curiosas de apellidos. Tengo recortada la de un señor Lobo Ufano, que seguramente se las tendría con el yerno de otro fallecido, Valiente Moro. En la relación de nombres familiares suelen darse disputas por omisión, verbigracia, en los casos de divorciados recasados; en otros se añaden elementos poco habituales, así vemos que en sufragio de Doña María de los Ángeles G. Y. tanto sus dos hijos como Thor, “ruegan una oración por su alma”.
En ocasiones, los errores tipográficos generan situaciones absurdas. Es el caso del bueno de JRCC, fallecido el 7 de mayo y, según su funeraria, incinerado el 8 de abril. ¡Eso es previsión! No suele suceder en las esquelas de más prosapia, las de ABC; hogaño un poco menos, pero antaño repletas de generales, condes, duquesas y grandes de España a granel. En estas fechas se va a cumplir un año desde que “SAR Don Sixto Enrique de Borbón y, con él, toda la Comunión Tradicionalista”, además de sus sobrinos, rogaban una oración por el alma de AR de GM, “Gran Cruz de la Orden de la Legitimidad Proscrita”. Si algunos adoran la momia del Generalísimo no es de extrañar que otros resuciten el carlismo.
En cualquier caso, pocas originalidades necrológicas encontraremos en la prensa tan notorias como ésta que me llega (¡faltaría más!) de Galicia; si ya en la página anterior nos habíamos hecho eco de la noticia de Faro de Vigo según la cual “se va a morir gente que no había muerto nunca”, en ésta confirmamos el negro pronóstico: Una buena mujer que a sus 103 ha señalado el extraño hito de fallecer dos días seguidos. Una complicación para la familia.