Está previsto inaugurar el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en el último trimestre del próximo año. Una de las preguntas que surgen es el uso que se dará a los terrenos y las infraestructuras del Complejo Hospitalario de El Cristo (Oviedo), una vez sea trasladado a las nuevas instalaciones.
Para Arturo Gutiérrez de Terán, arquitecto y urbanista, es una oportunidad de oro para replantear esta zona, lo que repercutirá en el resto de la ciudad.
-La zona de El Cristo va a sufrir una transformación importante. Desde el punto de vista del planeamiento urbanístico ¿por dónde hay que empezar y qué criterios deben tenerse en cuenta?
-Se va a liberar mucho suelo al sumar el que ocupan varios edificios ubicados sin una ordenación urbanística previa. La primera cuestión que habría que plantearse es ¿quiere esto decir que hay que derribar todos los edificios? Yo opino que hay que estudiar el estado de cada uno, no somos un país tan rico como para derribar edificios sanos. Naturalmente, los hospitales tienen una estructura específica, que no vale para cualquier tipo de uso, pero hay que estudiarlo. En la construcción de las ciudades hay un principio de sostenibilidad, es decir, que hay que aprovechar los edificios, adaptarlos y reutilizarlos. Ahora bien, si esa reparación es más onerosa que concebirlos de nuevo, no habría por qué mantenerlos.
La segunda cuestión es que en la zona existía un equipamiento regional, ¿conviene que siga habiéndolo, por el hecho de que el suelo pertenece a la comunidad autónoma? ¿Necesita Asturias algún equipamiento interesante que se tenga que ubicar en Oviedo? Habría que hacer una relación de posibles hipótesis y necesidades antes de proceder al debate o al uso excepcional del poder.
-El Ayuntamiento de Oviedo prepara un plan para todo el barrio, que incluye no sólo las instalaciones del complejo hospitalario, sino zonas como la Plaza de Toros, los terrenos de la Policía Nacional y el Centro de Salud.
-Una cuestión a plantear es que el trabajo que ahí se realice no puede tener en cuenta sólo los terrenos que ocupa, sino que la afección del entorno va a ser enorme. Por tanto, es una oportunidad necesaria para interrelacionar urbanísticamente ese terreno con el entorno más inmediato y con el conjunto de la ciudad. No nos encontramos simplemente con un solar sino con una importante magnitud espacial y una singular localización urbana, lo que conlleva reflexión para determinar usos y actividades necesarias y posibles, y compatibles entre sí, y que a la vez sea reflejo de modernidad como acción urbanística hacia el futuro.
-Los terrenos del actual hospital son aproximadamente 300.000 m2, propiedad en su mayor parte de la administración regional. El Ayuntamiento exige al Principado, por tanto, que elabore un plan especial ya. ¿Puede ser ésta una fuente de conflicto entre ambas administraciones?
– No se cuál ha de ser la formulación administrativa más adecuada para abordar la cuestión, pero en todo caso estamos ante una decisión urbanística muy importante para la ciudad, más allá de la superficie concreta del propio terreno que se trata. Dadas las circunstancias, por toda suerte de imperativos, Ayuntamiento y Principado habrán de llegar a acuerdos de base; supongo que primará el uso de las ideas, la capacidad de gestión, la viabilidad económica y en definitiva la razón más que las diferencias políticas, lo contrario sería difícil de explicar.
Dada la importancia de la actuación urbanística, podría sugerirse en la fase que convenga la oportunidad de desarrollar un “concurso de ideas”, con bases acordadas, orientado a un urbanismo y arquitectura con calidad y eficacia.
-¿Habrá que predeterminar algunos usos?
-Entiendo que habría de discutirse en el marco de la Revisión del Plan General de Ordenación Urbanística vigente. Dada la importancia de la actuación urbanística, podría sugerirse en la fase que convenga la oportunidad de desarrollar un “concurso de ideas”, con bases acordadas, orientado a un urbanismo y arquitectura con calidad y eficacia, donde esté presente la participación ciudadana, donde se planteen ideas, formas de gestión, accesibilidad… y viabilidad económica de las propuestas. Todo ello bajo la dirección de un jurado de amplio espectro. Allí habrán de definir las bases para afianzar un acierto en los posibles usos y en la ordenación urbanística de una de las zonas principales de la capital.
-¿Habría que tener en cuenta también la iniciativa privada para esa financiación?
-A mi modo de ver, el hecho de que sea suelo público no quiere decir que tenga que tener un uso exclusivamente público. No es fácil encontrar equipamientos realmente necesarios o previsibles a plazos moderados que precisen tanto suelo en esta parte de la ciudad, y que además sean financiables. En consecuencia, es probable que hubiese que recurrir a la inclusión de una cierta edificabilidad para usos residenciales u otros compatibles y convenientes con rendimiento económico, que contribuyan a la financiación del nuevo complejo urbano, y de ese modo asegurar los necesarios equipamientos de uso común y público que realmente se necesitan. En mi opinión, una parte importante del trabajo habría de determinar las proporciones entre los usos públicos y privados, de modo razonado y justificado, donde pueda combinarse la difícil ecuación de cordura, calidad, viabilidad económica y el predominio del interés general para la ciudad y sus ciudadanos.
-¿Modificar una zona tan grande cambiará el mapa de la ciudad?
-El mapa de la ciudad está cambiando constantemente, ya ha cambiado “últimamente” con la presencia del nuevo hospital, o con el Palacio de Congresos, la operación “cinturón verde”, etc. Eso no es nada extraño, es propio de una ciudad viva. Efectivamente, creo que puede variar el mapa de la ciudad, y eso puede suceder para mejor o para peor, cuestión que habrán de tener en cuenta tanto quienes gobiernan y determinan las bases de los encargos a los equipos profesionales, como a su vez estos en el ejercicio de su trabajo. Es de resaltar la conveniencia de dejar muy abierto el apartado de usos, siempre que sean compatibles entre sí, pues ante situaciones tan cambiantes en plazos cortos, la definición detallada de usos sólo puede terminar en una ilusión, en la generación de burocracia y en pérdida de tiempo. Determinados parámetros urbanísticos habrán de definir límites edificables, del mismo modo que determinados usos pueden tener más lógica y coherencia que otros, por ejemplo la reserva para usos universitarios, a priori no resultaría nada sorprendente.
¿Es posible lograr un diseño urbano sostenible? Disponer de una actuación urbanística sobre terrenos de excelencia urbana y titularidad pública es otra cuestión importante. Tanto el Plan de Ordenación Urbanística como la arquitectura y la ingeniería que lo desarrolle, deberían ser un modelo de acción sostenible y de calidad, orientadas hacia la supresión de emisiones de gases de efecto invernadero, hacia el uso de nuevas tecnologías, técnicas constructivas y materiales adecuados y que todo ello contribuya a la reducción eficaz y real del consumo energético; en paralelo, que se pretenda una Arquitectura con valores. Técnica y económicamente es posible, pero no es fácil encontrar un propietario que facilite las acciones innovadoras y con proyección de futuro. En este caso ello debería ser facilitado por la titularidad pública. La oportunidad de modernizarse es de oro. ¡Eso sí que cambiaría el mapa de la ciudad y estimularía a otras ciudades!