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viernes 22, noviembre 2024

Pagar menos luz es posible

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En octubre soportamos el tercer aumento en el recibo de la luz en cuatro meses, el cuarto del año. Tenemos una de las facturas más caras de Europa, pero la mitad de lo que se paga no es por la electricidad consumida sino por impuestos. ¿Es posible pagar menos? Dacio Alonso, presidente de la Unión de Consumidores de Asturias (UCE), asegura que sí.


Si el acceso a la energía es un derecho fundamental, «¿cómo es posible que nadie entienda cómo se factura, por qué y en base a qué conceptos?», pregunta desde la UCE Dacio Alonso. «¿Cómo se explica que siendo el sector más hiperregulado del mercado nunca haya explicado públicamente conceptos tan básicos como cuánto cuesta producir esa energía y qué se está pagando en el recibo de la luz?».
Detrás de estas subidas se esconde el famoso déficit tarifario, un dinero que reclaman las compañías eléctricas por vender la electricidad a un precio inferior al que les cuesta producirla. El precio de esa diferencia, explica Alonso, termina recayendo sobre el consumidor, «que tiene sobre sí una espada de Damocles de 26.000 millones de euros». Curiosamente son las propias eléctricas, es decir, una de las partes interesadas, las que acreditan ese déficit tarifario y fijan la cantidad a pagar: «A pesar de que asociaciones de consumidores y usuarios lo hemos demandado, el Gobierno no pone en marcha ninguna auditoría. Nos encontramos ante un fraude en toda regla por parte de las eléctricas, que cuentan con la connivencia del Ejecutivo».

«Está demostrado que hay una manipulación de precios al alza, que pagamos los usuarios sin ninguna justificación»

Qué pagamos en el recibo de la luz

Tiene básicamente dos apartados: la potencia contratada y el consumo realizado. La primera es una cantidad que abonamos cada mes a la compañía eléctrica por la potencia contratada, consumamos o no.
El segundo apartado se calcula multiplicando la energía consumida durante el período de facturación por el precio del kWh, una cantidad que se fija cada tres meses en una subasta pública que realizan las comercializadoras. «El precio se acuerda en función del costo de producción de energía, el llamado mix energético. Y resulta que aquí en España las nucleares producen el 20% de la energía eléctrica y las hidráulicas otro 20%, es decir, tenemos el 40% de producción a coste cero, porque están amortizadas. Pues bien, el canon que han marcado las eléctricas se hace de acuerdo al combustible más caro, el ciclo combinado de gas. Esto demuestra claramente que hay una manipulación de precios al alza, que pagamos los usuarios sin ninguna justificación».

Cómo nos afecta la última reforma

«Como consecuencia de la crisis ha caído el consumo eléctrico, pero las eléctricas no pueden dejar de facturar, así que para garantizar que esos ingresos no disminuyan el Gobierno incrementa otra vez la factura de los pequeños consumidores. El incremento en cuestión es del 77% de media en el valor de potencia contratada. Es decir, que por mucho que nos esforcemos en ahorrar en consumo, no se verá reflejado en nuestra factura; de hecho se bonifica el consumo aplicando una rebaja de un 22%. A más consumo, más descuento. Algo ilógico al descartar el ahorro energético como parte básica de la sostenibilidad del sistema».

«Bajando la potencia podemos ahorrar en el recibo de la luz»

Qué puede hacer el consumidor

Dacio Alonso, Presidente de la Unión  de Consumidores de Asturias
Dacio Alonso, Presidente de la Unión de Consumidores de Asturias. / Foto: Fusión Asturias
En octubre la OCU puso en marcha la primera compra colectiva de energía en España. Una fórmula que ha tenido mucho éxito en otros países y que permite que los consumidores unidos puedan tomar la iniciativa y digan a las eléctricas qué producto quieren: sin clausulas abusivas, ni compromisos de permanencia, sin apartados adicionales que encarezcan la factura. En resumen, conseguir precios más baratos. La OCU se presentó a la subasta, pero no concurrió ninguna de las grandes compañías. «A ninguna le interesaba romper el suculento monopolio que mantienen. Aunque se dice que el mercado está liberalizado, la realidad es que los precios están pactados y no existe competencia».
Pero ésta no es la única alternativa. «Nosotros, sí creemos que es posible bajar la factura de la luz, y por eso hemos puesto en marcha la campaña ‘Bájate la potencia’, una iniciativa donde se anima a los ciudadanos a reducir la potencia para pagar menos, además de lanzar un contundente mensaje de rechazo a la Reforma Energética puesta en marcha por el Gobierno. Con esta subida, y basándonos en el hecho de que normalmente tenemos más potencia contratada de la que necesitamos, pensamos que haciendo este ajuste se va a producir un importante ahorro en el recibo de la luz», explica Alonso.
Los promotores de esta campaña, veinte organizaciones entre las que se encuentra la Unión de Consumidores de Asturias, quieren facilitar esta acción para que la realice el mayor número de usuarios.

Cómo bajar la potencia

Bajar la potencia no quiere decir dejar de utilizar los electrodomésticos, explican desde la UCE, sino hacer los cálculos precisos de acuerdo con las necesidades de cada hogar y aprender a gestionar adecuadamente esa energía; por ejemplo, no encendiendo todos los aparatos al mismo tiempo-. Un dato importante es que la potencia contratada en España entre todos los consumidores es 1/3 mayor que la instalada para producir energía, así que existe margen suficiente para bajar esa potencia sin que repercuta en el conjunto. En cualquier caso -advierten en la UCE-, se trata de una decisión del consumidor, no de la compañía eléctrica que en todo momento está obligada a cumplirlo.
Bajar la potencia cuesta diez euros. Un kilowatio menos puede suponer un ahorro anual entre sesenta y setenta euros. A más bajada, más ahorro.
En la web www.bajatelapotencia.orginforman cómo calcular la potencia y gestionar el cambio, además de algunos consejos prácticos a la hora de tramitar la solicitud.

«Con la última reforma, por mucho que nos esforcemos en ahorrar en consumo, no se verá reflejado en nuestra factura»

¿Cómo quieres pagar?

También desde UCE se ha emprendido una campaña de información y asesoramiento para que sea el consumidor el que decida cómo quiere pagar la factura: cada dos meses a partir de la lectura de los contadores, mensual combinando el consumo estimado y el real -como se venía haciendo hasta ahora-, o con una cuota fija mensual que se ajuste a final de año -si se consume más se abona y si se consume menos, nos devuelven el dinero de más-.

Torre de alta tensión. Más ahorro: Qué tarifa elegimos

En el mercado existen dos tipos de tarifa: la llamada hasta ahora Tarifa de Último Recurso (TUR) y la del mercado liberalizado. A día de hoy, muchos los ciudadanos desconocen qué tarifa tienen contratada, cuando la pertenencia a uno u otro grupo trae consigo una serie de ventajas o inconvenientes.
A la primera pertenecen la mayoría de usuarios, más de veinte millones de familias en España. El consumo eléctrico se paga a un precio regulado por el Estado. En la segunda se encuentran cuatro millones de consumidores, que compran luz en el mercado libre. Estudios recientes demuestran que no existe una gran diferencia de precio entre una y otra tarifa, pero la TUR tiene una serie de beneficios a tener en cuenta que la convierten en la mejor elección, señala Dacio Alonso: «En caso de impago no se produce el corte de suministro hasta que no han pasado dos meses desde la notificación, mientras que en el mercado libre el plazo es de quince días y además te incluyen en la lista de morosos. Estar acogido a la TUR también permite a personas con escasos recursos acceder al Bono Social, lo que incluye más ventajas».

Usuarios contra las eléctricas

La UCE denuncia el engaño al que ha sometido HC energía, al 80% de sus clientes: «En los dos últimos años se les cambió el contrato, del mercado normalizado al liberalizado, sin su consentimiento, y sirviéndose de campañas engañosas. Presentaban aparentes ofertas que generaron confusión en el consumidor, que no se enteró que al asumir esos «descuentos» cambiaba de modalidad de contrato y perdía también muchos de sus derechos». Con más de cuatrocientas mil familias afectadas, han solicitado una investigación a la Comisión Nacional de la Energia. «Y animamos a la gente a que se asesore para volver a contratar la TUR, que en este momento tiene el kilowatio más barato que el mercado libre».
Las eléctricas son el tercer sector de reclamación después de bancos y telefonía. «Aquí en Asturias llueven las protestas, por eso desde la UCE alentamos a que la gente denuncie y se sume, para juntos presionar a estas grandes empresas y exigir cambios. El Gobierno está condicionado por las eléctricas y mira hacia otro lado mientras éstas hacen el ‘trabajo sucio’. Por eso, los ciudadanos debemos tomar la iniciativa».

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