Su madre era asturiana y emigró a Cuba, donde nació Mª Elena. Regresaron a España en los años 60, y desde entonces vive a caballo entre Madrid y Asturias, donde conserva la casa de sus abuelos en Colombres. De ahí la galería de paisajes asturianos que conforma su colección de pinturas.
-¿Cómo fue su flechazo con Asturias?
-Para mí es una segunda patria, porque mis raíces en Cuba no tuvieron demasiado tiempo de afincarse. Allá vivía en una casa donde todos eran asturianos, de Colombres, e incluso me habían traído de España un traje de asturiana hecho a medida por eso cuando regresé me sentía en mi otra casa. De hecho, y aunque vivo en Madrid la mayor parte del año, me siento más asturiana que madrileña.
-Dice que la pintura necesita entrega, concentración y esfuerzo mental. Eso es lo que pide pero ¿qué le da?
-Es como una forma de amor. Yo no soy capaz de pintar una cosa porque me la manden, tiene que ser lo que me pide el corazón en ese momento. Y, salvo diferentes experimentos que también he hecho, lo que me llena de verdad es cuando estoy en Asturias y estoy continuamente diciendo “qué bonito esto, qué precioso aquello”. Es una fuente de inspiración inagotable.
-¿Qué próximos cuadros tiene en mente?
-Mi típica playa de toalla y bañador es La Franca, por costumbre, pero ahora estoy intentando que mis cuadros no sean todos sobre ese lugar. Conozco bien toda la zona de Llanes, y estoy haciendo cuadros de playas preciosas que voy descubriendo, como por ejemplo de Barro. Son playas pequeñas en las que procuro huir de las aglomeraciones. Para mí es un placer estar en una playa vacía, quizá por eso no me gusta pintar a gente en mis cuadros. Mi intención es ir pintando cuadros de toda esa zona que ahora he descubierto y que para mí es nueva, porque Asturias tiene muchísimas posibilidades.
Querida María Elena. Tú vivías en la calle Patrocinio entre Juan Delgado y Goicuría y yo en la calle Patrocinio entre Juan Delgado y D’Strampes. Mi mamá era la profesora de piano del conservatorio Brahms donde tú recibiste clases de piano. ¿No lo recuerdas?