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jueves 25, abril 2024

Irene Cabrejas, ilustradora. “Ambos mundos, digital y analógico, no deberían estar peleados”

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Se presenta como una de las muchas madrileñas cautivadas y adoptadas por Asturias. Afincada desde hace año y medio en Oviedo, esta artista conceptual ha trabajado para estudios como Virtway Events y Stirling Games. La juventud de Irene Cabrejas no le impide desarrollar culturas y mundos de fantasía en los que da rienda suelta a su creatividad.

-¿Cómo descubriste que el diseño y el dibujo eran lo tuyo?
-Siempre me gustó y fue algo que mis padres fomentaron muy inteligentemente desde que yo era pequeña. Mi madre me enseñó a dibujar y mi padre era aficionado a la ornitología y crecí dibujando las aves que él me pedía. En el instituto ya tenía claro que quería hacer Bellas Artes, aunque no sabía a qué me iba a dedicar porque el campo de la ilustración y el dibujo es más amplio de lo que mucha gente piensa.

-Vamos, que en tu entorno familiar no pesó que eligieras una salida laboral con fama de incierta.
-Es un falso mito, porque sí que es un mundo difícil, pero es que ahora todo es difícil. Cuando decidí lo que quería hacer mi padre me respondió aliviado que “le hubiera decepcionado mucho si hubiera elegido otra cosa”. Y ya que ahora todo está difícil, prefiero dedicarme a lo que me apasiona.

“En el instituto ya tenía claro que quería hacer Bellas Artes, aunque no sabía a qué me iba a dedicar porque el campo de la ilustración y el dibujo es más amplio de lo que mucha gente piensa”

-¿Cómo empezaste y hacia dónde has ido orientando tu trayectoria artística?
-Empecé con ilustración de naturaleza y de paisaje pero al entrar en Bellas Artes te hacen tocar todos los palos: grabado, fotografía, escultura… y a mí lo que más me gustó fue el dibujo digital, así que estoy un poco dividida. Ahora vivo de la ilustración digital, de diseñar personajes, fondos y escenarios para videojuegos o libros, aunque al mudarme a Asturias he vuelto a descubrir mis orígenes y he recuperado lo de salir a la naturaleza y dibujar en cuaderno de campo. Es un método para conocer Asturias y para adaptarme a la nueva vida. Tengo una caja pequeña de acuarelas, un cuaderno chiquitín y unos cuantos bolígrafos que van siempre conmigo a cada ruta que hago.

Sirena, ilustración de Irene Cabrejas
Sirena

-¿Cómo se saca adelante un proceso creativo tras un encargo?
-Depende del tipo de cliente que tenga, pero normalmente los trabajos -como los que aparecen en mi página web- son sobre todo de Concept Art, una disciplina de diseño aplicada a proyectos audiovisuales, ya sean videojuegos o películas. Ahí, más que hacer una ilustración bonita o llamativa, lo que les importa es que sepas aportar soluciones rápidas, creativas, que demuestres que de cara a futuras partes del proceso de producción les puedes dar herramientas. Un ejemplo sería mostrar cómo es el estilo de una ciudad y que puedan ver bocetos de la arquitectura o cómo serían los objetos de pie de calle. Se trata de construir un mundo imaginario y a mí esa parte me gusta mucho, por eso me orienté hacia el diseño de fondos y de escenarios.

“Soy muy joven todavía para describir un estilo en concreto, pero lo que más disfruto son los patrones de color y combinar las armonías. (…) Creo que mi estilo es la búsqueda de estilo”

-Cada autor tiene su propio estilo ¿sabrías definir el tuyo?
-Soy muy joven todavía para describir un estilo en concreto, pero lo que más disfruto son los patrones de color y combinar las armonías. Está bien inspirarse en otros artistas, experimentar un poco, incluso de vez en cuando cambiar de técnica de trabajo, así que, ahora mismo, creo que mi estilo es la búsqueda de estilo.

-¿Cuál es el trabajo del que guardas mejor recuerdo?
-Tengo un cuaderno de campo que hice a nivel personal cuando me mudé aquí y que utilicé a modo de diario, y a ese cuaderno le tengo mucho cariño. No porque fueran ilustraciones súper bien hechas, ya que la acuarela siempre tiene para mí una parte más experimental, pero es por un factor personal extra que me llena mucho.
En el aspecto digital, tal vez el Trabajo de Fin de Máster al que llamé Tales of Briogoth. Era un mundo imaginario y fue lo primero que hice como reto personal. Me sentí realmente orgullosa del trabajo que hacía, de los personajes que diseñaba y cómo cobraban vida. Por ser la primera experiencia la tengo guardada en mi corazón.

Meandros del Nora. Acuarela sacada del cuaderno de viaje de Irene cuando se mudó a Asturias y comenzó a explorar la zona. Esta pintura, junto a otras más, está en el calendario de Biodevas y también están expuestas hasta el 29 de enero en El Patio de Butacas en Pola de Siero.
Meandros del Nora. Acuarela sacada del cuaderno de viaje de Irene cuando se mudó a Asturias y comenzó a explorar la zona. Esta pintura, junto a otras más, se incluye en el calendario de Biodevas y permanece expuesta hasta el 29 de enero en El Patio de Butacas en Pola de Siero.

-Actualmente ¿en qué ocupas tu tiempo?
-Hace poco terminé un trabajo colaborando con Biodevas para ayudarles con el calendario de este año, que lo venden a través de su web. Necesitaba un cambio de ritmo y me tomé unos meses de descanso, y este proyecto me permitió explorar un lado que normalmente no dejo ver tanto en mí, con las acuarelas.
Ahora mismo estoy disfrutando de la vida de autónomo en Asturias, y a la vez tengo un proyecto personal que he empezado hace poco. Se titula Ard’Khasia y está pensado como una partida de rol al estilo Dragones y Mazmorras. En torno a este proyecto quería dar vida a un pequeño mundo imaginario, con diseños de personajes, fondos, criaturas… etc. Me gusta mucho la idea de crear un mundo en el que mis amigos u otras personas aficionadas al juego puedan crear sus propias historias. Todavía está muy poco desarrollado, pero estoy poniendo en él mucha ilusión.

Ard'Khasia, ilustración de Irene Cabrejas
Ard’Khasia

“Me gusta mucho la idea de crear un mundo en el que mis amigos u otras personas aficionadas al juego puedan crear sus propias historias”

-¿Cuál es la mayor dificultad a la hora de enfrentar un encargo?
-Siempre están ahí los plazos o el que conectes bien con el cliente, pero a mí lo que más cuesta es gestionarme a mí misma porque todos somos humanos y tenemos nuestros días buenos y nuestros días malos. Y en un día malo tengo que dibujar igualmente y a veces soy más crítica conmigo misma. Cualquier artista te va a decir que vencer a los bloqueos es algo muy difícil, pero es parte del trabajo. Es la parte más complicada porque vienen cuando menos los necesitas, pero hay que superarlos y seguir adelante.

-¿Qué método utilizas tú para conseguirlo?
-Depende de lo que venga, pero si por ejemplo tengo que dibujar un personaje me pongo a estudiar anatomía para repasar las bases, y si no consigo captar la estética de algo, veo alguna película o videojuego. Son cosas relacionadas con tu mundo pero que a la vez me ayudan a desconectar de ese lado creativo del cerebro y seguramente al día siguiente tendré alguna idea. A veces hay que darle una pausa al cerebro y que luego haga click él solo.

“Vencer a los bloqueos es la parte más complicada porque vienen cuando menos los necesitas, pero hay que superarlos y seguir adelante”

-¿Qué pasa por tu cabeza cuando envías un trabajo realizado al cliente?
-Muchos nervios, pero es normal, porque cuando haces un dibujo o una actividad creativa estás dando un cachito de algo que para ti es personal. Tú lo has creado y es un poco como un hijo. Siempre quieres que guste, que esté bien, y a veces te toca hacer correcciones o incluso hay que volver a empezar y tienes que tener ese ajuste mental, mantener una distancia para ser capaz de recibir crítica, aceptarla y actuar en base a ello. Pero en general, la gente suele ser muy agradecida y las críticas son muy constructivas, te hacen enriquecerte como artista.

-A la hora de crear: ¿herramientas digitales o analógicas?
-Mucha gente vive enfrentando lo analógico con lo digital y a mí me encantan los dos mundos. Las acuarelas son una forma de dejar que todo fluya, de no ser tan perfeccionista y dejar que el azar del propio material sea el que hable, algo que no pasa en lo digital. Pero este último es una forma de acceder a mis mundos imaginarios y de crear más cosas, así que ambos mundos no deberían estar peleados, a mí me aportan mucho los dos.

“Todos tenemos nuestros mundos imaginarios aunque tengamos otras formas de expresarlos y de vivirlos; para mí es como entrar en contacto con mi niña interior”

-Leí en tu biografía que te gustaba mucho la mitología. ¿Todo el mundo debería permitirse mirar más allá de lo ya existente y atreverse a soñar con otras cosas?
-Yo creo que todos tenemos nuestros mundos imaginarios aunque tengamos otras formas de expresarlos y de vivirlos; para mí es como entrar en contacto con mi niña interior. Me acuerdo que mi madre fue quien me enseñó cosas sobre la mitología y yo construía ciudades en mi habitación con todos los juguetes, cajas… No se podía entrar por ninguna parte y me echaban una bronca tremenda porque luego no podía dormir.
Todos tenemos ese mundo imaginario, lo que pasa es que algunos lo expresamos dibujando, otros haciendo música o incluso escuchándola, pero acceder a ese niño interior nos viene bien a todos. Deberíamos hacerlo más a menudo.

Emrys, el dragón creado por I. Cabrejas.A la derecha, Irene Cabrejas
Emrys, el dragón diseñado por Irene Cabrejas. A la derecha, la autora / Foto: Dayan F. Quiñones

-¿Hay algún personaje de los creados por ti que te resulte especial?
-Sí, diseñé un dragón que me gustó tanto que lo tengo tatuado en el brazo. Se llama Emrys y fue el que me hizo sentirme orgullosa del proyecto que comenté anteriormente. Me hizo pensar que podía dedicarme a esto y lo utilizo para los momentos en los que parece que algo es muy difícil, entonces me digo: ‘no, yo puedo’.

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