¿Espacio para escribir? ¿Control de gastos? ¿Seguimientos de objetivos? ¿Tareas pendientes? ¿Recordatorios? ¿Citas médicas? ¿Registro de ánimo, sueño, estrés, meteorología o agua? Es posible encontrar una agenda en la que no sólo puedas anotar tus tareas del día, sino tener un espacio en el que vayas recogiendo los momentos más especiales del año. Esos que no quieres olvidar.
A Sara Villanueva (más conocida en redes como @crulina), ilustradora desde que tiene uso de razón, siempre le gustaron las agendas. Apuntar su día a día en boli, sobre papel, pero nunca encontró una que se adaptara totalmente a sus necesidades. Su cabeza, que es un torbellino creativo, pensó entonces: “¿por qué no crear una a medida en la que junte no sólo lo que considero más útil sino también las sugerencias que hagan amigos y familiares?”. Y se puso manos a la obra. Tras varios años y diversas creaciones, las agendas del 2026 ya están casi totalmente perfiladas. Tal y como ella misma dice: «He creado las agendas brujiles que yo misma deseaba tener: las agendas mágicas que cambiarán tu 2026».
-¿Cómo llega Sara Villanueva al mundo de la artesanía y la creación?
-Toda la vida he dibujado. Hice bachillerato de artes y después me metí directamente a joyería porque, por lo menos donde yo estudié, en la escuela de artes, había esa optativa. Hice un grado medio y uno superior de joyería artística. Básicamente, lo que te enseñan, es todo el proceso. En el grado medio, aprendes más lo que es el taller, y en el superior lo que es diseño. Pensé: lo hago todo y es como una carrera. Después, en Vigo, hice un curso que era como un pequeño máster. Duraba muchos años y a mí me lo condensaron en uno. La vida del artesano es complicada a nivel económico, así que me tuve que poner a trabajar. Hace poco empecé a intentarlo un poco más en serio y, con el tiempo, me gustaría poder vivir de ello.
«Siempre me ha encantado tener agenda, pero nunca encontraba una que tuviese todo lo que necesito. Así que pensé: “¿por qué no crear una a medida en la que junte no sólo lo que considero más útil sino también las sugerencias que hagan amigos y familiares?”»
-¿Cómo surge la idea de crear estas agendas?
-Siempre me ha encantado tener agenda, pero nunca encontraba una que me gustase y tuviese todo lo que necesito. En 2023 me puse un poco más con ello y, directamente, me puse a hacer un diseño propio. Creé dos versiones: una que es a día vista y otra a semana. La verdad es que gustaron mucho. No fue una venta espectacular porque las hice para muy pocas personas (lo justo para cubrir gastos), pero ya me dije: para el año que viene, otras dos. Al final, en 2024 y 2025, no me dio tiempo a hacerlas porque compaginar el trabajo con los tiempos de crearlas me fue muy complicado. Lo que sí hice fue un cuaderno de plantas y un recetario. Y, los siguientes proyectos grandes que tengo en mente, son un diario de lectura y un diario de sueños. ¡Ojalá salgan los dos! Todo lo que es papelería me vuelve loca, pero me gusta hacer cosas que sean realmente útiles y completas. Ahora ya tengo millones de ideas apuntadas para mejorar la siguiente edición. Para este año me tuve que comprar una y no tiene todo lo que yo necesito así que, por interés propio, me he puesto a hacer las de 2026 y he creado un crowdfunding para poder financiarlas.
-¿Cuáles son las líneas maestras en tus creaciones?
-Lo primero, aparte de que el diseño exterior sea bonito, me gusta que sea óptimo y realmente útil. Para mí, las cosas que compro tienen que ser visualmente bonitas. Yo siempre digo que, por ejemplo, los libros me los venden por la portada porque si tiene un diseño guapo, yo caigo. Igual después el libro no me gusta, pero la portada me vuelve loca. Si voy a una librería y tienen millones de agendas expuestas, la que más me va a llamar la atención es la más bella. Otro tema es que, por dentro, sea realmente útil porque yo busco combinar las dos cosas. Y esto creo que me viene de cuando estudié joyería en el sentido de que las piezas tienen que ser útiles. Hay algunas que son como mini esculturas, espectaculares, pero cuando las usas, son tremendamente incómodas. Yo creo que eso vende menos porque la gente, realmente, la va a querer usar cuando reúna las dos características: belleza y utilidad.
«Para mí, las cosas que compro tienen que ser visualmente bonitas. (…) Otro tema es que, por dentro, sea realmente útil porque yo busco combinar las dos cosas»
-¿Cómo definirías esa belleza?
-Sinceramente, no lo sé. Esto es como cuando le preguntas a un ilustrador cuál es su estilo… Creo que en mí se juntan varios estilos. Voy haciendo las cosas y, cuando de repente me paro a mirarlo digo ¡es esto! De hecho, en el recetario, la idea inicial de la portada, era completamente distinta. Hice una ilustración de una cocina con acuarela. Me quedó preciosa, pero no acababa de verlo. De repente un día, en el trabajo, se me ocurrió hacer el rótulo. Lo dibujé en un folio en sucio y, al llegar a casa, en una hora, lo hice en el ordenador. Fue rodado.
-¿Cuándo das una obra por concluida?
-Lo que es el diseño del interior suelo tenerlo más o menos cuadrado, aunque hay veces que luego sigo metiendo ingredientes porque parece que siempre hay algo que puedes mejorar. Hago listas de las cosas que necesito y voy haciendo una especie de estudio de campo. En el mercado hay miles de recetarios o de cuadernos de plantas, pero, de todo ello, voy aunando lo que considero que tiene utilidad. Por ejemplo, mi madre tuvo una escuela de cocina y mi hermana estudió cocina y pastelería así que, sin querer tengo en casa a dos grandes referentes que me aportan una visión muy útil.
Siempre busco que mis trabajos tengan la mayor información posible. En las agendas me muevo mucho por las necesidades que tengo y también hice cuestionarios a personas que las habían usado para saber qué cosas les habían sido útiles y cuáles no. Por ejemplo, en una esquinita puse un pequeño recuadrito para ir apuntando los gastos diarios y que puedas ir haciendo cuentas de una manera rápida. También tienes un espacio para apuntar tus series favoritas del año o películas que has visto y que, muchas veces, no te acuerdas de ellas.
-¿Y las de este año van a tener todavía más novedades?
-Sí, alguna más va a tener. Hablando con un amigo que estaba pasando un mal momento, se me ocurrió la idea de poder poner una frase y también reservar un hueco pequeñito para añadir algún ejercicio de relajación con la idea de hacer un llamamiento al cuidado de la salud mental. La idea es: respira, párate y cálmate. Si tú no te cuidas, nadie lo va a hacer por ti. Como no me cabe uno en cada día, pondré uno cada mes. Así que tendrás doce ejercicios de relajación que te pueden ir ayudando a lo largo del año.
-Dices que tus agendas tienen un toque “brujil”. ¿Cómo lo explicas?
-Este año, el diseño está lleno de detallitos que pueden considerarse como de un tipo de arte más místico. Sin querer, me voy encontrando con gente afín a esta línea y me sugieren ideas que me gustan. Son cosas que tal vez no todo el mundo use pero que están ahí y nunca vienen mal a nivel informativo. Por ejemplo, puse las festividades cristianas y las paganas, un calendario lunar, eventos astrológicos y astronómicos y en el diseño las páginas llevan como un estampado y también diferentes dibujos de plantas, piedras, gorritos de bruja, libros… Son cosas muy reconocibles de este ámbito.
«Nos hemos metido en una dinámica de consumo en la que muchas veces nos da igual la calidad. Pero Cuando quieres una cosa buena y diferente, tienes que estar dispuesto a pagarla»
-Para el diseño, ¿tiras de lápiz y papel o usas métodos digitales?
-En este caso es digital, pero depende un poco de la obra. A veces, el boceto me sale directamente dibujado a mano y luego ya lo paso a digital. Por ejemplo, el recetario, fue así. Otros los he creado totalmente en digital. Depende de cómo me venga la idea y de donde me pille en ese momento la inspiración.
-¿Cómo afrontas el eterno problema de los precios de la artesanía?
-En este tipo de trabajos depende mucho de la persona que vea el trabajo y del valor que le dé. Lo que he aprendido con el paso del tiempo es que, primero, te tienes que valorar tú a ti misma y a tu trabajo. Eres quien sabe las horas que echas y lo que te cuesta. Y ahí, no sólo se valora el hacer los trabajos, sino el crearlos en tu cabeza. Después hay que encontrar el equilibrio entre cuánto valoro mi trabajo y cuánto necesito ganar. Yo siempre intento hacer una preventa y ahora un crowdfunding y así también hay una ayuda mínima en la producción. ¿El precio me cubre las horas que invierto? Con total seguridad no, pero lo que estoy buscando ahora mismo es que pueda llegar un día en el que me dedique plenamente a esto. Siempre ha sido un tema difícil y complicado, pero creo que hay que educar a la gente en el valor real de las cosas. Como sociedad, nos hemos metido en una dinámica de consumo en la que muchas veces nos da igual la calidad. Pero cuando quieres una cosa buena y diferente, tienes que estar dispuesto a pagarla.
Este es el mensaje que ha enviado ella por wasap para la promoción de venta de las agendas. Te lo paso por si te sirve de inspiración para ponerlo en la entrevista:
El proyecto de las mejores y más completas agendas está en Verkami
¿me ayudas a conseguirlo?
Y si tu no usas agenda, seguro que conoces a alguien que la necesita para vivir. ¡Pásale el enlace!