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viernes 13, diciembre 2024

Contra la exclusión social. Fundación Cauce Asturias.

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La fórmula de Fundación Cauce Asturias es sencilla: tratan de dar soluciones a los problemas de personas que se encuentran en riesgo de exclusión social. Apoyándose en una red de voluntarios desarrollan desde cursos de inglés para personas sin recursos hasta ayuda alimentaria, asesoría jurídica, servicio de ropero gratuito y apoyo en la búsqueda de empleo. 


En Oviedo, en las proximidades del Seminario, se encuentra la sede de la Fundación Cauce Asturias. En el interior, Soraya Díaz y Carmela Llana, responsables del centro, acogen a los usuarios y les hacen sentir como en casa. Nada más entrar en el local, se escuchan las voces de los niños -la mayoría inmigrantes- que acuden al refuerzo escolar que la Asociación brinda a las familias. El centro es un antiguo chalet cedido en 2002 por la Consejería de Servicios Sociales. “La verdad es que la casa es muy bonita y está en un buen lugar, pero al ser un edificio antiguo necesita un mantenimiento que no podemos costear” comenta Carmela. De momento, salen al paso con la ayuda de los voluntarios, que llevan a cabo pequeñas chapuzas.
Cauce Asturias es uno de los “hijos” de la Fundación Cauce, que nació en Valladolid en el año 1996 y fue expandiéndose por Castilla y León hasta llegar a Asturias. La sede asturiana se puso en marcha en el año 2002, aunque Llana explica que “en realidad no fue hasta el 2008 cuando empezamos con los proyectos. Tardamos bastante en arrancar porque estas cosas llevan su tiempo”. Por aquel entonces la Fundación atendía principalmente al colectivo inmigrante, ofreciendo talleres de cocina, clases de español, asesoramiento jurídico en la tramitación de papeles, etc. “Ahora ha ido cambiando el perfil de los colectivos en riesgo de exclusión social y no sólo atendemos a inmigrantes, -añade Soraya-. También han cambiado las demandas porque ahora la gente no tiene para comer, para vestir o para necesidades tan básicas como la higiene o los medicamentos”. Por ese motivo, la ayuda alimentaria a familias es una de las labores que llevan a cabo, con la colaboración de Fundación Alimerka y el Banco de Alimentos.
A poco de empezar nuestra charla, una joven marroquí llama a las puertas de la Fundación. Cuando llegó a España no sabía una palabra en castellano, y gracias a las clases que le imparten en el centro ya se defiende perfectamente. Esto es posible gracias a una red de voluntarios, la mayoría personas jubiladas y jóvenes universitarios. Algunos colaboran transportando alimentos -ya que la Fundación no tiene vehículo propio- otros dan clases de idiomas, talleres de costura, informática, acompañan a personas mayores, ayudan en el ropero, o trabajan en la inserción socio-laboral del colectivo inmigrante acompañándoles en gestiones y asesorándoles. “En el caso de los inmigrantes, también trabajamos con los sin papeles, porque con ellos se está creando un sistema para excluir al excluido”. Carmela advierte de las difíciles situaciones que se encuentran, y pone como ejemplo a una mujer en situación ilegal, que tras una operación no tendrá acceso a la medicación para combatir el dolor.
En el recorrido por las instalaciones de la casa, Carmela y Soraya enseñan una de las adquisiciones de las que se sienten más orgullosas, el ropero solidario y se disculpan por las grandes cajas que todavía se encuentran en el suelo “esta mañana nos han traído muchísima ropa. Ahora toca clasificarla y colocarla para que el próximo miércoles podamos ofrecerla a los usuarios”. Cuando empezaron guardaban el material como podían en cajas de cartón. Ahora -gracias a una donación de un bufete de abogados- la habitación-ropero tiene estanterías que les permiten clasificar las prendas por edades de uso. Al lado del ropero está la habitación destinada a los cursos de informática, donde cuentan con variedad de equipos, “Son donaciones de empresas que renovaron su material y nos dejaron sus modelos antiguos. Tenemos un voluntario que se encarga de las clases y también del mantenimiento del material, que no es poca cosa”, añade Soraya.
En Cauce Asturias no entran en orientaciones políticas, y trabajan con todo el que quiera ayudar: “Por ejemplo, en el mes de mayo las Juventudes Socialistas de Castrillón hicieron una recogida de juguetes para nosotros, y en otro momento fueron simpatizantes de Foro Asturias”. Con el paso del tiempo han ido ganando experiencia y son muchos los proyectos que ponen en marcha con la ayuda de instituciones privadas y diferentes administraciones.

Murallas de necesidadEntre las acciones más destacadas que desarrolla la Asociación se encuentra el proyecto “Murallas de necesidad” que cuenta con el patrocinio de la Obra Social “La Caixa”. Su finalidad es facilitar la integración social de 21 familias en situación de exclusión. De esta forma se cubren las necesidades básicas de las familias (alimentación, ropa, higiene, etc) y se les ayuda en la búsqueda de empleo, en apoyo escolar a los menores… “Es un proyecto muy guapo -opina Soraya-, porque permite atender a las familias de una manera integral, y así los adultos pueden dedicar su atención a mejorar su situación laboral, porque si tus hijos no tienen para comer es difícil que puedas centrarte en hacer cursos o elaborar currículos”. La nota negativa es que el proyecto finalizó en septiembre y en varios núcleos familiares todavía no se ha conseguido la inserción laboral de alguno de sus miembros. “Estamos muy preocupados porque cada vez es más difícil conseguir apoyos económicos y no podremos continuar ayudándoles en cosas tan básicas como productos de higiene, comida o medicación”.

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