Apostar cada vez más por una vida saludable en la que el deporte sea uno de los ejes fundamentales, es una prioridad para muchas mujeres que encuentran en la conciliación laboral y familiar uno de los principales escollos. Proyectos como el que ha puesto en marcha la Asociación Deportiva y Cultural Cares, suponen un impulso para muchas mujeres que encuentran en el deporte una forma de sentirse más a gusto consigo mismas.
Eduardo Carbajal Prieto es el padre de esta iniciativa que ha surgido en Gijón y que, prácticamente desde el minuto uno, se ha convertido en familia numerosa. «Desafío Guerreras» surge con la idea de ayudar a las madres asturianas a conciliar vida familiar y deporte mediante sesiones de entrenamiento que se adaptan a todos niveles de las participantes. «Nosotros trabajábamos en colegios con actividades extraescolares –comenta Eduardo- y, en un momento determinado, nos dimos cuenta de que las madres tenían muy difícil acoplar el deporte con su día a día y de ahí surgió la idea». Los resultados obtenidos en otras localidades fue el último impulso que puso el proyecto en marcha. Los objetivos se están consiguiendo, y muchas de las mujeres que se han inscrito están enfrentando retos que hasta ahora eran impensables para ellas.
-El proyecto tiene un nombre muy sugerente. ¿De dónde surgió la idea de llamarlo «Desafío Guerreras»?
-Es un desafío para gente que no estaba de hacer deporte. A lo mejor sí actividades de Sala tipo Aerobic, pero no venía directamente de lo que es correr o de un entrenamiento mejor programado. La primera idea era preparar la carrera de mujeres que se celebra aquí en junio pero, a los dos meses, ya hacían esa distancia sin problema, con lo cual el desafío ya es día a día con todo lo que vamos programando.
-¿Cómo vais marcando la disciplina diaria para cumplir ese objetivo?
-Programamos algo muy sencillo: dos entrenamientos semanales que ellas hacen con los monitores en diferentes emplazamientos, empezaron siendo cuatro y hoy son ya ocho. En cualquier rutina deportiva se recomienda trabajar tres días por semana entonces, para no saturar les programamos un tercer entrenamiento que pueden realizar tanto en grupo como individualmente, según les vaya mejor. En paralelo, para que la gente se conozca y crear esa red social, hacemos quedadas, mínimo una vez al mes.
La primera carrera fue la de Navidad con cinco kilómetros de recorrido, luego la San Silvestre de 6,200 km donde nosotros participamos con ellas para ayudarles y para que supieran cómo tenían que hacer, el ritmo que tenían que llevar para poder finalizar la carrera.
En las quedadas, elegimos una ruta y hacemos circuitos porque además de correr hacemos actividades de mantenimiento, resistencia, musculación, un poco de todo. Los sábados tienen una actividad que es de hipopresivos, fortalecimiento de la faja abdominal, también tienen Pilates. Adaptamos las disciplinas a lo que ellas nos piden. Estamos hablando de que somos cerca de cien personas, y que se junten veinte para cualquier actividad es bastante sencillo.
«La conciliación es un tema complicado en general. Te encuentras con gente que tiene niños y además está trabajando a turnos»
-¿Cuáles son las mayores dificultades a las que os habéis enfrentado?
-Por ejemplo, una de ellas es el trabajar con gente de diferentes niveles. Nosotros organizamos tres en todos los grupos: quien viene de no hacer ningún tipo de actividad, la que hace cosas puntuales tipo Zumba o Pilates y gente que viene de correr media hora seguida. Otra dificultad son las personas que tienen problemas de horarios. Para ello hemos tenido que construir una red de horarios y de instalaciones que es muy compleja, porque al coste que sale la actividad tenemos que conseguirlo prácticamente gratuito en la mayoría de los casos, porque si no, no es viable. Esto implica mucho tiempo. Sólo el preparar este entramado con instalaciones y demás, nos llevó tres meses.
-¿Cómo estáis ayudando a las madres para conciliar la vida familiar con el deporte?
-La conciliación es un tema complicado en general. Nuestra primera idea era hacer coincidir la actividad con los horarios de colegio. Nuestro horario de mañanas comienza a las 9:20, porque las madres que no trabajen de mañana o entren más tarde, dejan al niño a las 9:00, a las 9:20 se van hacer su actividad deportiva y a las 10:20 ya han terminado. Lo que pasa es que te encuentras con gente que tiene niños y además está trabajando a turnos. Este es el mayor escollo a superar y lo solucionamos porque tenemos ocho grupos y cada uno tiene una instalación y un horario. Ellas tienen la flexibilidad de que unas semanas están con un grupo de mañanas, otras de tarde. Al final te das cuenta de que los horarios que más gente tienen son los de más tarde.
«Las mujeres prefieren correr con más personas. Hacer cualquier actividad en grupo es más agradable y beneficioso, te fuerza y te motiva mucho más»
-¿Las clases son personalizadas?
-El grupo más numeroso es de 15-16 personas. La gente necesita una rutina de deporte, y hacerlo con más personas en un ambiente que sea bueno. Un grupo pequeño se puede manejar muy bien con un monitor. Dentro de los entrenamientos que realizan, hay algunos que los pueden hacer todas juntas porque la única diferencia radica en la intensidad con la que lo hace cada uno. Las series de correr en las que a cada una se le marca su ritmo y su nivel se hacen por separado. Luego, una vez que empiezan, ya es muy fácil porque todo el mundo va cogiendo un nivel mínimo muy rápido. Hace dos meses, personas que no habían hecho nunca deporte se apuntaron en Gijón a la Carrera de Navidad (cinco kilómetros). En este tipo de actividades ves el progreso muy rápido, aparte de los beneficios que da hacer una actividad deportiva.
-Desde tu punto de vista, ¿habría que dar mayor relevancia e impulso al deporte femenino?
-En un estudio que hicimos vimos que la propensión a hacer deporte está equiparada entre mujeres y hombres pero que las mujeres no tienen servicios a su medida. Además, la forma de entender el deporte entre mujeres y hombres es diferente. Si te fijas en una ciudad en las zonas donde es habitual ver a gente corriendo, se ven más hombres solos. Las mujeres prefieren correr en grupo. Nosotros quisimos romper la barrera entre no hago nada o hago poco, y el quiero hacer algo pero en solitario. Hacer cualquier actividad en grupo es más agradable y beneficioso, te fuerza y te motiva mucho más.