Es el lugar de reunión de los langreanos emigrados, con más de setecientos socios repartidos por los cinco continentes. Sin embargo, no es un Centro Asturiano al uso, ya que su objetivo es crear una red que acerque a los asociados, entre ellos y con su tierra natal. Su presidente, Florentino Martínez, lleva cuarenta y cuatro años viviendo en Málaga, pero mantiene el contacto con Langreo de forma continua. La popularización de las redes sociales, explica, les ha facilitado enormemente el trabajo.
-La décima asamblea de Langreanos en el Mundo se celebró el 31 de agosto. ¿Alguna novedad?
-Alguna, aunque ya se sabe que desgraciadamente a las asambleas no va muchísima gente, y además nuestro caso es todavía más atípico porque la mayoría de los socios está fuera. Aún así, yo siempre digo que la asamblea general es el acto más importante de cualquier asociación, y en este caso hemos aprovechado para hacer unas pequeñas modificaciones en los estatutos, estableciendo una comisión que se encargue de los honores y distinciones. Era un tema que no estaba bien regulado, y ahora ya lo hemos dejado un poco más claro.
Además, esto formó parte de una serie de actos en esos días, como el premio Langreanos en el Mundo o el Foro de Fundaciones y Asociaciones de Asturias, conferencias, presentaciones… Personalmente yo ya he felicitado a todos los miembros de la junta que participaron en la organización, aunque creo que estamos poniendo el listón demasiado alto. ¡Va a ser difícil superarse!
-El premio Langreanos en el Mundo es una de las actividades más conocidas de la asociación ¿Cómo ha sido este año?
-Pues se lo hemos dado a Carmen María Antuña, una arquitecta langreana que en estos momentos reside en Finlandia, aunque ha trabajado en distintos países de Europa, África, Oriente Medio y Latinoamérica. Está haciendo una gran labor en el campo de la construcción sostenible, trabajando en proyectos de investigación e impartiendo cursos por todo el mundo.
«Hoy en día gracias a internet podemos comunicarnos con todo el mundo, y en nuestra asociación intentamos mantener un contacto directo con el emigrante»
-Uno de los actos más emotivos de estos días es el relacionado con las Raíces de la emigración. Están creando un pequeño bosque en el parque de Lada.
-Ése es el proyecto. Hay una zona ajardinada en la que vamos plantando un árbol autóctono de un lugar donde resida algún langreano, bien en España o en el extranjero. En esta ocasión Carmen María Antuña nos trajo un abedul llorón de Finlandia, y lo plantó en un acto muy bonito, al que acudió muchísima gente.
-También a las raíces hacía alusión una conferencia suya en el Club de Prensa de La Nueva España en Oviedo. ¿Ese contacto con los orígenes es básico para los Langreanos en el Mundo?
-Es que la nuestra es una asociación un tanto atípica, porque normalmente la emigración se concentra en los centros o casas de Asturias, pero hoy en día gracias a internet podemos comunicarnos con todo el mundo, quizá tenemos más contacto nosotros con gente que está en México, Australia o Canadá que otros casos con asociados que viven al lado de la sede. Yo mismo soy presidente del Centro Asturiano de Málaga y sé bien que muchas veces los emigrantes pasan desapercibidos. En Andalucía hay un centro en Sevilla y otro en Málaga, pero en el resto de la comunidad hay muchísimos asturianos también. Y si nos vamos fuera lo mismo: en Francia hay un sólo centro asturiano en todo el país, en Bélgica también hay uno, en Alemania no hay ninguno… En cambio una asociación como la nuestra mantiene un contacto directo con el emigrante.
-El perfil del emigrante ha cambiado mucho en los últimos tiempos. ¿También la forma de relacionarse con su lugar de origen?
-Precisamente estos días han estado por Langreo unos descendientes emigrantes que marcharon a México hace más de cien años; pues ahora han venido los nietos a conocer dónde habían nacido sus abuelos. Durante todo el año tenemos visitas de México, Argentina, Chile.. gente que ha oído a sus abuelos hablar de Langreo y aprovechan que ahora hay muchas más facilidades para viajar y venir a conocerlo. Además nos vamos encontrando en las redes sociales, hoy somos ya setecientos veinticinco asociados; piensa que los socios son por unidad familiar, así que el número de personas es mucho mayor.
El premio Langreanos en el Mundo 2016 se otorgó a Carmen María Antuña, arquitecta especializada en el campo de la construcción sostenible.
-Otro acto fundamental de estos encuetros es el Foro de Fundaciones y Asociaciones de Asturias, el octavo ya, que además este año ha cambiado de ubicación.
-Habitualmente se hacía en las instalaciones del LangrehOtel, que reúne las condiciones necesarias, pero en esta ocasión hemos querido «vendernos» un poco, aprovechando que todos los años acuden un promedio de más de treinta asociaciones de fuera de Langreo, más unos veinte municipios representados. Nos pareció una buena idea aprovechar el patrimonio industrial que tenemos en el Ecomuseo del Valle del Samuño para promocionar Langreo, así que además del foro propiamente dicho organizamos una visita guiada en el tren al interior de la mina, más las instalaciones de fuera: la sala de máquinas, la lampistería, las casas de aseo… Es importante enseñar lo que fuimos. Yo trabajé en Hunosa muchos años y creo que hay que ser realistas: el carbón se acabó. En otros países ocurrió lo mismo y salieron a flote, así que hay que buscar alternativas.
-Ahora que tanto se habla del talento emigrado y de su posible retorno, ¿iniciativas como la de Langreanos en el Mundo ganan importancia?
-Hay una frase que no es mía, pero uso siempre: el ADN del emigrante está en su municipio. Yo mismo llevo más de cuarenta años en Málaga, y cuando me preguntan digo que soy asturiano, por supuesto, pero sobre todo que soy de Langreo. Cuando los que estamos fuera volvemos a casa, cada uno va a su municipio. Por eso son interesantes iniciativas como la de Ribadedeva, donde está el Archivo de Indianos. Allí están trabajando en un inventario de los emigrantes del municipio, dónde está cada cual, haciendo contacto con ellos o sus descendientes. Y esto anima también a potenciar el retorno de talentos, si es posible. Hay que pensar que tenemos emigrantes de todos los niveles, y para nosotros es lo mismo David Villa, que anda jugando al fútbol en Nueva York, que un chaval escanciando sidra en Torremolinos; pero lo cierto es que hay muchos langreanos ocupando puestos de importancia por todo el mundo. Esa gente, igual que antes el indiano aportaba dinero para mejorar su pueblo, tiene mucho que aportar si mantiene un trato directo con el municipio.