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domingo 24, noviembre 2024

Birdwatch Asturias. La apuesta por un turismo sostenible

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Para Aránzazu Marcotegui y Joaquín López las vacaciones llegan en invierno. Desde finales de marzo hasta principios de noviembre están totalmente centrados en Birdwatch Asturias, una empresa dedicada al avistamiento de aves y actividades de ecoturismo.

Hace siete años estaban viviendo en Madrid. Ambos del norte (ella de Guipúzcoa, él de Asturias), la llamada de la tierra se impuso tras sentir que llegaba el momento de cambiar de vida, dejar el asfalto y apostar por el verde. Esa fue la primera semilla de la empresa con la que se han lanzado a la aventura de dar a conocer la naturaleza que existe en Asturias, tanto a los extranjeros como a los locales que muchas veces desconocen la riqueza que esconde esta tierra. Afirman que, principalmente, sus clientes son gente fuera; sin ir más lejos, este año, de las mil quinientas ochenta y tres personas que contrataron sus servicios, solo quince eran asturianos. Su objetivo es que la gente aprenda y descubra todo lo que habitualmente solo encuentran los que se paran a observar. “La gente de ciudad no está acostumbrada a mirar a lo lejos”, reconoce Aránzazu.

-Asturias, ¿sorprende?
-Joaquín: A nivel de observación de aves, no es tan espectacular como otras zonas de España como Andalucía o Extremadura, que son mucho más ricas por ser zona de paso migratorio, pero es una tierra para disfrutar a diario por muchas razones. Sobre todo en nuestro caso, que venimos de una urbe y llegamos al mundo rural. Es un cambio total con lo cual no me impresiono tanto con el paisaje que, lógicamente, es alucinante, como sí con el disfrutar del entorno, de estar viviendo en una aldea y en un sitio que es idílico. Es cierto que no todo es bonito, sabes que vas a perder cosas, pero en la balanza pesa mucho más lo que ganas. El conjunto es muy positivo.

-Aránzazu: También es verdad que últimamente, con el cambio de clima que estamos viviendo en general, en la Cordillera Cantábrica tenemos observaciones extrañas de alguna especie medio perdida que aparece, pasa un par de días y sigue camino.

Aránzazu Marcotegui en una de las jornadas que organiza Birdwatch Asturias
Aránzazu Marcotegui en una de las jornadas que organiza Birdwatch Asturias

-En vuestro trabajo, ¿se nota mucho el impacto del cambio climático?
-J: Muchísimo. No hay nada más que ver este año en el que estamos, hasta hace poco no había empezado el invierno. El verano ha sido el más cálido desde hace muchísimos años. Casi nadie recuerda unos meses así y a todo esto, súmale la falta de lluvia. El cambio climático está afectando mucho porque, por ejemplo, especies alpinas, que viven a gran cota de altura, cada vez tienen que ir subiendo más para encontrar las condiciones necesarias para alimentarse y vivir. Va a llegar un momento en el que no van a poder ir más arriba con lo cual las poblaciones irán disminuyendo. Estos tipos de aves van a estar muy perjudicadas en breve.

-A: A nivel de especies de aves también está afectando y se va notando poco a poco. Hay especies que llegaban habitualmente y era común verlas por aquí. Ahora cada vez las ves menos. Está influyendo en la disminución de población de algunas especies que van cayendo por el camino por el tema de insecticidas y demás. No podemos decir que solo influya el cambio climático, sino un montón de causas sumadas.

“El cambio climático está afectando mucho porque, por ejemplo, especies alpinas que viven a gran cota de altura, cada vez tienen que ir subiendo más para encontrar las condiciones necesarias para alimentarse y vivir”

-¿Se están haciendo las cosas bien en cuanto a generar un turismo sostenible?
-J: No. Lo que prima es el turismo de cualquier forma, el todo por la pasta. Nosotros, en particular, estamos concienciados con la conservación y hacemos un turismo totalmente sostenible con compensación de huella de carbono, hacemos dedicación económica y de trabajos con fundaciones y asociaciones conservacionistas. Creemos que es la forma más lógica de trabajar.

-¿Dónde estaría el equilibrio entre ambas cosas?
-J: Es difícil pero solo hay que darse cuenta de que todos los recursos que hacen falta para mantener este turismo, van en contra del planeta: los desplazamientos, el consumo de agua, la construcción de nuevas instalaciones… Todo esto, si no se hace de una forma bien pensada y planeada, va en contra de los recursos hídricos, eléctricos o ambientales. Lo primero que hay que hacer es pensar un poco más en cómo hacer sostenible todo esto. No solo vale decirlo.

-¿Qué giro habría que dar para que esto cambie?
-J: Tendría que ser una cosa global, sobre todo en concienciación y educación ambiental. Hay que hacer que la gente y los empresarios se den cuenta de que hay que conservar para poder mantener. Hay que pensar que la gente que viene hasta aquí lo hace porque esto está así. Si nos lo cargamos, matamos a la gallina de los huevos de oro. Aunque solo sea desde el punto de vista egoísta, hay que cuidarlo. Desde Turismo Asturias sí se está cambiando y se está apostando por una línea de turismo conservacionista que es muy interesante. Aunque es un volumen de gente muy reducido, si hay un pequeño giro. A ver si la gente se va dando cuenta.

“Nosotros, en particular, estamos concienciados con la conservación y hacemos un turismo totalmente sostenible con compensación de huella de carbono”

-Realizáis actividades con colegios. ¿El futuro está en las nuevas generaciones?
-A: Es interesante ver que en los colegios se mueven en esta línea. Los equipos docentes cada vez más están tendiendo a concienciar al alumnado en general desde que son bien chiquitinos, pero cuando tienes actividades de este tipo puedes ir contándoles y dejando semillitas de conocimiento y explicar por qué es importante la conservación. Es bastante satisfactorio ver esto porque te das cuenta de que lo van entendiendo y que poco a poco lo van asumiendo como algo necesario y lógico. Cuesta porque al final tienes la tradición, lo que escuchan en casa o lo que estén acostumbrados a ver en la calle, pero al final, que vayan teniendo estas píldoras de concienciación medioambiental, es importante.

-J: Lo que hace falta en este país es mucha educación ambiental. Que la gente se dé cuenta de la importancia de conservar los espacios naturales. Aunque no estén protegidos, hay que pensar que vivimos en un planeta que, para que aguante, la única manera que tenemos de poder seguir adelante es conservándolo. Para esto hace falta que cada uno, en la medida de lo posible, haga algo por transmitir esas necesidades. El otro día conversando con unos amigos decían algo que es totalmente cierto y es que nosotros estamos centrados en dar educación ambiental a los pequeños que es lo que sabemos y podemos hacer, pero a los que realmente habría que darles educación ambiental es a los políticos. Ellos son los primeros que deberían hacer esos cambios y después pedirlos a los demás. Hay que darse cuenta de la importancia de conservar este planeta.

“Los equipos docentes cada vez más están tendiendo a concienciar al alumnado en general desde que son bien chiquitinos”

-¿Creéis que en la educación está la clave del cambio?
-J: Yo creo que todo tiene que pasar por ahí y también por darnos cuenta de que lo que estamos haciendo no es lo que hay que hacer. La forma de vida actual no es viable a medio o largo plazo, con lo cual hay que cambiar la forma de hacer absolutamente todo: trabajar, gastar, moverse… Lo que no sé son las teclas que habría que tocar, supongo que son las que tienen que ver con la educación ambiental y que afecta tanto a los de arriba como a los de abajo. Tenemos que abrir los ojos.
Durante muchos años, lo que llamamos “primer mundo”, ha exportado a otras zonas fábricas e industrias. Hemos quitado todo eso de nuestros territorios y nos lo hemos llevado a otros países que están en vías de desarrollo para que tengan allí toda esa parte mala. Ahora nos estamos dando cuenta de que eso tampoco no es bueno, y les estamos diciendo que no lo hagan. Pero seguimos consumiendo a lo loco. Yo lo veo muy difícil.

-A: Tenemos que ser conscientes de que se necesita cambiar algo, porque los recursos son finitos y no se puede continuar a este ritmo de gasto. El problema es que esa concienciación llevaría un tiempo y no sería de una generación para otra, con lo cual el tiempo se nos agota. Al cambiar los recursos, cómo consumimos, cómo gastamos, tienen que cambiar también las prioridades, pero esto es muy complicado.

-¿Lo ecológico o lo sostenible, ¿se han puesto de moda?
-A: Yo creo que, al final, todo se acaba pervirtiendo y la responsabilidad de la conservación, acaba recayendo en los propios ciudadanos. Los que realmente tienen el poder para poder hacerlo, tienen que establecer políticas reales de conservación, ayuda o concienciación. Se acaba diciendo que somos nosotros los que tenemos que hacerlo bien y eso es verdad, pero desde arriba hay que orientar correctamente las cosas. Todos tenemos que poner de nuestra parte.

-J: Sostenibilidad y ecologismo son términos que están un poco pervertidos. Ahora te metes en Internet, ves cualquier página y todo el mundo hace todo sostenible pero, ¿qué quiere decir eso? Simplemente son términos que creen que tienen que aparecer en su discurso y se ponen, pero realmente no hay un fondo real. Es un lavado de cara.

“Sostenibilidad y ecologismo son términos que están un poco pervertidos. Ahora te metes en Internet, ves cualquier página y todo el mundo hace todo sostenible”

Joaquín López (Birdwatch Asturias) con un grupo en los Lagos de Covadonga
Joaquín López con un grupo en los Lagos de Covadonga

-¿Qué es lo que más sorprende de Asturias?
-A: Yo creo que sorprende mucho el paisaje por lo impresionante y lo diferente que puede llegar a ser. Incluso cuando viene una persona de Holanda, que lo más alto que tienen en el país es sobre quinientos metros, alucinan solo con el hecho de tener tanta montaña alrededor. Este año, gente que vino a visitar los Lagos, decía que parecían un decorado. Fundamentalmente, cuando sales con ellos a hacer una actividad, el paisaje y la naturaleza es lo que más llama la atención. Y este verano, en términos de turismo, hemos tenido suerte porque hubo días buenos en general y disfrutas mucho más. Eso y la posibilidad de observar aves muy de cerca como los buitres, que son bastante impresionantes.

-¿Podemos vivir en el planeta que estamos creando?
-A: Tal y como vivimos ahora, nos durará poco.

-J: Yo creo que no. Nos lo cargaremos. El ser humano se irá al garete, pero el mundo y la naturaleza seguirán; esa es una de las ventajas que tiene la naturaleza: siempre consigue sobreponerse. Nosotros desapareceremos y junto a nosotros un montón de especies que nos vamos cargando día a día. No estamos haciendo nada que sea sostenible ni racional.
Da miedo pensar a 200 o 300 años vista, cada vez somos más millones de habitantes utilizando más recursos y da igual lo que hagamos para conseguir las cosas que nos vienen bien. Es un sinsentido, así que irán sucediendo ciertas catástrofes, problemas, desaparecerán animales, plantas y, si desaparece el ser humano, igual todo mejora.

“La forma de vida actual no es viable a medio o largo plazo, con lo cual hay que cambiar la forma de hacer absolutamente todo: trabajar, gastar, moverse…”

-La capacidad de regenerarse y equilibrarse que tiene la naturaleza ¿es finita?
-J: La capacidad de evolución de la naturaleza es muy grande. Somos capaces de hacer que las cosas evolucionen muy rápido y que un ciclo natural que podría durar miles de años suceda en muy poco tiempo, pero eso no quiere decir que tengamos la inteligencia para darnos cuenta de la implicación que tiene. La naturaleza lo va compensando y las especies van evolucionando más o menos a la par, con lo cual siempre hay ese equilibrio, pero nosotros nos lo estamos cargando. Pensamos que somos capaces de arreglar las cosas y lo que creemos que estamos corrigiendo, lo estamos transformando en negativo en otra parte.

-Para proteger, ¿entender?
-J: Estaría bien que la gente lo entendiese, pero habría que hacerlo, aunque eso no suceda. Lo ideal sería que las cabezas pensantes se diesen cuenta de que hay que protegerlo, conservarlo y que lo hiciesen por encima de todo. Lo malo es que este tipo de medidas son controvertidas, quitan votos y generan conflictos. Hay unas palabras de Alfonso Polvorinos, que es casi el gurú a nivel de ecoturismo de observación de fauna natural en España, con las que estoy totalmente de acuerdo: el ser humano es mucho más eficaz destruyendo que conservando.

-A: El ser humano acaba protegiendo y conservando aquello que conoce y entiende. La conservación, entendiéndola como un proceso común a todo el mundo, en el que debemos participar todos, resulta más asequible para la ciudadanía. Además, la acción que realizas es mucho más satisfactoria si comprendes el motivo y le ves la lógica.

“El ser humano se irá al garete, pero el mundo y la naturaleza seguirán; esa es una de las ventajas que tiene la naturaleza: siempre consigue sobreponerse”

Naturwatch Somiedo

“Es un orgullo y un placer estar en la organización del NatureWatch porque estás trabajando en algo que disfrutas mucho y escuchar otras experiencias es muy enriquecedor”

-Formáis parte de la organización del NatureWatch en Somiedo. ¿Qué significa para vosotros este encuentro?
-J: El primer encuentro se realizó en Somiedo, pero luego se exportó a distintos puntos de la geografía española. Se hace también en Madrid, el año pasado se hizo en Villafáfila (Zamora), Mallorca y este año en A Coruña. Es un encuentro fascinante de dos o tres días en el que se puede conocer cómo funciona el turismo de naturaleza en esos destinos, cómo se puede conjuntar turismo y conservación. En cada zona se escoge una especie y todo gira en torno a ella. En el caso de Somiedo es el oso, en Villafáfila la avutarda, en Madrid fue la cabra montesa y este año será el águila imperial. Se celebran ponencias de empresas de turismo, organismos de conservación, administraciones, conoces gente del sector… Para nosotros es un orgullo y un placer estar en la organización porque estás trabajando en algo que disfrutas mucho y escuchar otras experiencias es muy enriquecedor.

-¿Puede participar todo el mundo?
-J: Cualquier persona a nivel particular puede participar en las visitas o en las salidas de campo. Normalmente todos los encuentros se llenan porque son unas ponencias muy interesantes a un precio muy reducido. Se paga una cuota mínima, que por ejemplo en el caso de Madrid son veinticinco euros y, además, el dinero se dedica a la conservación y a compensar la huella de carbono que genera el encuentro. A cualquiera que le guste la naturaleza debería volverse loco por participar en estos encuentros.

-A: Son los diferentes destinos los que lo reclaman porque ven que tiene una atracción buena de público. Estos encuentros también ponen en el mapa ciertos sitios y ayudan a que tengan mayor presencia a nivel mediático. Viendo los resultados y la acogida, hay muchas posibilidades de que se pueda ampliar a otros lugares.

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