Este 2009 el Centro Asturiano de Mallorca cumple veinte años. Tras muchos altibajos, sus miembros toman el relevo con fuerzas renovadas y objetivos actuales: fomentar el turismo y los negocios con las Islas Baleares.
Los orígenes de este centro asturiano se remontan a 1989, de la mano de cinco amigos que se reunían en un restaurante regentado por asturianos. Fueron logrando socios y se trasladaron a una importante sede social. El momento culmen fue en 1991, cuando -pieza a pieza- se trajo en barco un hórreo del siglo XVII procedente de Corvera. Se situó en las inmediaciones del local, junto a una bolera y el juego de la rana. Años más tarde, tras una serie de dificultades, el centro se paralizó excepto para celebrar el Día de Asturias y el de Baleares. Pero muchos asturianos no se resignaron y a finales de 2008 lo reactivaron. Ya cuentan con ciento cuarenta socios, de momento sin local propio. Su presidente, Rubén Llames, relata que «mantenemos las actividades principales, como la Santina y la Fiesta de Baleares, que se celebra el último fin de semana de febrero y en la que se monta un stand por cada casa regional. En la nuestra hubo degustación de productos asturianos y actuaciones como las de Xuacu Amieva y la banda de gaitas de Oviedo». Durante el año tienen además un curso de asturiano, un curso de escanciado de gran afluencia, y un curso de conversaciones inglés-asturiano. 
Lo cierto es que este Centro Asturiano todavía tiene mucha posibilidad de crecimiento porque en Mallorca hay cuatro mil asturianos censados. Sin embargo, son muchos los no asturianos que forman parte del centro «tenemos socios que llevan 30 ó 40 años en Mallorca y sólo viajan una vez al año a Asturias a ver a sus hijos y nietos. Pero curiosamente tenemos socios nacidos en Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Alemania, Bélgica que son descendientes de asturianos. Tenemos una socia francesa cuyos abuelos eran asturianos, ella prácticamente no habla español pero le encanta la sidra; enseguida se apuntó. Y luego un 20% de nuestros socios son mallorquines sin ninguna relación con Asturias. Pero les llamó la atención el ambiente que creamos en la sidrería donde nos juntamos o en el stand de la fiesta de Baleares. Allí todo el mundo canta y habla, algo que contrasta con Mallorca, donde todos los locales son muy tranquilos y silenciosos».
Una de las labores más importantes del Centro es hacer de anfitriones para los asturianos que vienen durante los cuatro meses de la temporada turística, o los que llegan para reparar la central de Duro Felguera.
Una de las labores más importantes de los componentes de este Centro es hacer de anfitriones para los asturianos que vienen durante los cuatro meses de la temporada turística y los que llegan para reparar la central de Duro Felguera: «Las playas ya las conocen, así que lo completamos con excursiones en la naturaleza y la montaña -explica Llames-. Además les informamos sobre los requisitos que facilitan la vida, como que en Baleares es importante que estés empadronado porque si no, no tienes el descuento de residente». Sin embargo, su objetivo va un paso más allá: «Nos gustaría que el Centro fuera como una embajada de Asturias, que se utilizara no sólo como acogida de los asturianos y fomento de nuestra cultura, sino también como una posibilidad de generar negocio, generar empleo, ayudar a que empresas asturianas entren en Mallorca y vender el turismo que ofrece Asturias en Baleares. De hecho, tenemos una iniciativa que funciona bien, por la cual mandamos ofertas de empleo a todos los socios tanto de Asturias como de Mallorca y después les facilitamos una guía con alojamientos asequibles». §