Es el nombre con el cual se conoce en asturiano, a la tarabilla (Saxícola torqueta), también llamado richarchar o cagaestaques.
De este pájaro se cuenta en El Pieloro (Carreño) que en su canto dice: «Rey Rodrín, Rey Rodrín, cayó de la ponte al ríu y muríu, y muríu». Esta pequeña leyenda parece tener connotaciones históricas puesto que el Rey Rodrigo al que se refiere, podría ser el último rey de la monarquía visigoda (710-711) que murió, según la tradición, en la Batalla del Guadalete (711) frente a los musulmanes. Se cree que murió ahogado puesto que los restos de su caballo y su armadura fueron hallados en la orilla, así pues el char-char sería el heraldo de su muerte. Aunque según otras versiones huiría a Lusitania para reorganizarse aunque allí se perdería su pista.
En cambio en el romancero popular el Rey Rodrigo muere en una cueva devorado por una serpiente de siete cabezas, como penitencia, por haber realizado incesto con su hermana.
En cuanto al nombre de «char-char» que recibe genéricamente este pájaro se debe a la onomatopeya que reproduce su verdadero canto que, evidentemente, tiene connotaciones menos histórico legendarias.