En San Cremente, conceyu de Ibias, se habla de una moza de nombre Blancaflor que se pierde en un lugar desconocido, llamado a Serra Negra. De noche vio luz en una cueva y entró, para su sorpresa había una mesa dispuesta con todo tipo de manjares.
Salió una serpiente enorme, asustándola, que le dijo: «¿A qué vienes? ¿A morrer?». La moza no podía marchar porque el reptil se lo impedía. Pasaron los días y a ella nada le faltaba, una mano negra le proveía comida, bebida, joyas y suntuosos ropajes. Con el paso del tiempo Blancaflor se fue acostumbrando a la presencia de la serpiente y un día la acarició, al momento se transformó en un mozo muy guapo, un príncipe que había sido encantado en serpiente y solamente abandonaría ese aspecto si una moza venciendo su repulsión acariciaba o besaba al reptil. Esta historia no es otra que la versión asturiana tradicional del cuento conocido como «La Bella y la Bestia» que fue recogido y popularizado por los hermanos Grimm, del cual existen varias versiones europeas. Que la protagonista se llame Blancaflor es un tema recurrente en otros cuentos y romances encontrados en Asturias.