Ya comentamos hace tiempo en estas páginas algunas leyendas asturianas sobre Homes Llobu (Hombres Lobo), que tienen una especial densidad en los conceyos del suroccidente (Cangas del Narcea, Ibias, Degaña, Balmonte…) aunque también los encontramos en Llena y Cabrales. Generalmente en este tipo de leyendas se debe a una maldición paterna por comer carne en Cuaresma lo que provocará la transformación en lobo durante siete años. Pero en este caso el dato fue recogido en Tañes (Casu) referido al Fonduxu (San Miguel d’Arroes-Villaviciosa) -los casinos tenían derecho de pastos en la marina de Villaviciosa-. Allí nos comentaron que a los críos que se portaban mal se les metía miedo con «El llobu Garulo», sin que pudiésemos recuperar más datos de este misterioso personaje. Es probable que nos encontremos ante un galicismo para referirse al Hombre Lobo que quedó así fosilizado como un coco infantil. En francés al Hombre Lobo se le llama Loup Garou (es una tautología que puede traducirse por Lobo-Hombre Lobo, para diferenciar a este lobo sobrenatural de los lobos comunes). «Garou» viene derivado del normando «Garulf» que a su vez deriva de «Varulf» en escandinavo, que dará «Werwolf» tanto en inglés como en alemán.
En la toponimia asturiana también encontramos referencias a este ser. Así en el pueblo allandés actual de Villagufre figura, en una donación hecha en el año 975 a la catedral de Uviéu, como «Villa Berulfe», nombre germánico que puede traducirse como «Villa del Hombre Lobo». (Ber/Wer-hombre y Ulfe/Ulv-lobo). No debe extrañarnos puesto que muchos nombres germánicos compuestos incluían al lobo en su formación.