Es creencia en Casomera (Ayer) y el Valle de Turón (Mieres) que cuando la mustadiella (comadreja) se enfrenta a las culebras, cuando resulta mordida busca unos cardos (en Casomera conocidos como querdos mozalguiros) y se frota con ellos para anular el veneno y seguir combatiendo al ofidio.
Y es así como logra vencer en la lucha. Ni que decir tiene que se trata de una leyenda de tradición oral, aunque lo que sorprende es la gran antigüedad de la misma.
Así, por ejemplo, Aristóteles ya comentaba la encarnizada lucha del mustélido y la culebra aunque identificaba la planta sanadora con la ruda (Ruta graveolens). También dice que la emplea para cazar ratones (en Asturias es muy común la creencia de que esta planta ahuyenta roedores y culebras). En multitud de códices y bestiarios medievales encontramos esta referencia, así Brunetto Latini (1220-1295) en su obra «El tesoro» dice: «Mostolilla es una bestia pequeñuela et quando lidia con la columbra busca el finojo y cómelo contra el venino».
En este caso la planta que sirve de antídoto es el fenoyu (Foeniculum Vulgare). También comentan esta historia Isidoro de Sevilla (560-636) en sus «Etimologías» o el «Bestiario de Gubbio» (comienzos del siglo XIV). En otros escritos medievales la lucha adquiere tintes aún más mitológicos puesto que la serpiente es el mismísimo rey de las culebras, el Basilisco, y a él se refieren Rabano Mauro (776-856), Honorio de Autun (1090-1120) o Cándido Decembro (1399-1477). Basten estos ejemplos para intuir la riqueza que, a veces, se esconde tras estas leyendas de tradición oral, que poco a poco, van desapareciendo en nuestras aldeas.