Cuando una res o una persona se veían aquejados de una enfermedad misteriosa se decía que estaban malengüeyaos por una bruxa. Una de las formas de romper el maleficio era pasar el agua, para ello se empleaba un trozo de cuerna de venado que recibía el nombre de alicornio. En un recipiente con agua se echaban unas arenas de sal y con el cuerno se hacían cruces en el borde mientras se recitaba un credo. Al llegar a la frase “su único hijo” se dejaba caer el alicornio al agua; al ser de materia porosa salían burbujas, eran “los güeyos” que habían provocado la enfermedad a causa de la envidia. Se decía: “Agüeyáronte dos, desagüáyente tres, San Pedro, San Pablo y el Divino San Andrés”.
Se sacaba el cuerno del recipiente y se vertía un poco de agua sobre el fuego, diciendo: “Nin quemo’l agua, nin quemo’l sal, quemo los güeyos que te miren mal”. Con esa agua se hacían cruces en el lomo del animal enfermo durante nueve días, si el afectado era una persona debía de beber esa agua, en ayunas, nueve días consecutivos.
Se trata de una creencia muy antigua que ya aparece citada en algunos bestiarios medievales. El alicornio, presuntamente, es un trozo del cuerno del unicornio.
En el “Phisiologo Griego” del siglo III de nuestra era podemos leer:
“Existe otro atributo del unicornio. En los lugares donde vive hay un lago al que van a beber todos los animales, pero antes de que lleguen, la sierpe, el dragón vomita en el agua su veneno. Cuando se dan cuenta los animales no se atreven a beber y esperan la llegada del unicornio. Este entra en el agua y hace con su cuerno la señal de la cruz. Entonces el veneno pierde su poder”.
En este tipo de narraciones todo tiene una carga simbólica, el dragón es la sierpe antigua, es decir, el demonio que con su veneno provoca la enfermedad. El unicornio simboliza la pureza y a Jesucristo. Tampoco es casual que los alicornios sean de cuerna de venado puesto que en los bestiarios medievales el ciervo es el enemigo de la serpiente.
El pasaje del unicornio enfrentándose al dragón podemos verlo tallado en la sillería gótica de la catedral de Uviéu.