Una viene de la lírica: Elena Pérez-Herrero tiene una reconocida carrera como cantante y docente. Alfredo Morán, por su parte, se ha hecho un nombre por su trayectoria como guitarrista en diferentes proyectos, especialmente en el terreno del jazz, sin dejar de lado su faceta como compositor y maestro. Uniendo mundos tan diferentes, la mezcla sólo puede ser explosiva, y de ahí ha nacido B…B: Del Barroco al bolero. Un trabajo en evolución del que ya hay un disco y muchas ganas de girar.
-El pasado junio se presentó en Mieres un espectáculo musical que ha terminado en disco. ¿Cómo nace este proyecto?
-(Elena Pérez-Herrero): Lo primero es nombrar a Luis Manuel Cimadevilla, un alumno común que se empeñó en que teníamos que conocernos. Tanto insistió que nos reunimos para colaborar para los premios literarios que todos los años organiza la Asociación Dafne. Yo soy cantante lírica, Alfredo viene del mundo del jazz y dijimos: vamos a ver qué pasa si juntamos las dos cosas. Buscando terrenos comunes, empezamos por la música brasileña, que era algo cercano a los dos, por la base jazzística y porque era algo que yo había hecho hace tiempo. De ahí el título B…B, que es del barroco al bolero, pero también pasando por Brasil.
«Cada vez me gusta más tocar a dúo, porque el 50% de la responsabilidad, de la emoción, del ritmo y la armonía, son cosa tuya. Eso te obliga a poner más de tu parte». (Alfredo Morán)
-B…B. En ese título cabe todo.
-(Alfredo Morán): Efectivamente. Desde un bolero, un aria barroca, un tema de la película West Side Story… Yo soy músico de jazz, pero he tocado muchos años en orquestas, en folk, en rock, en blues, etc. Después de más de treinta años de profesional tienes una serie de recursos que te hacen ver si las cosas pueden quedar bien o no. Y me gusta también probar, trabajar las ideas, y en este trabajo concreto que tenemos a medias, encontrar la fusión entre los estilos, no quedarme solamente con el mío.
-(Elena): Nuestra idea es llegar a un público diverso. En ese sentido somos ambiciosos, cuantos más estilos seamos capaces de abordar, más público vamos a poder reunir en una sala. En mi caso, la voz me da la oportunidad de moverme en terrenos muy distintos, que incluyen la música folclórica, la música ligera, la ópera, los musicales… Creo que ésa es la novedad de lo que aportamos. Supongo que cuando se escuche siempre habrá algún purista al que no le guste, pero precisamente lo que queremos es romper con la ortodoxia.
-De los temas ya estrenados, ¿cuál ha sido el más difícil?
-(Alfredo): Probablemente Se tu m’ami, porque supuso cambiar la armonía de un tema barroco, enfrentarse a algo que parecía muy cerrado, que siempre se interpreta de la misma forma, y buscar en ciertos momentos un carácter de bossa, unos toques de jazz.
-¿Qué les ha aportado esta experiencia, a nivel personal?
-(Alfredo): En primer lugar, que somos amigos. Antes no nos conocíamos y ahora vamos a comer juntos de vez en cuando (risas). Para mí el primer reto fue la novedad: ¿qué voy a hacer yo con una cantante lírica, que está acostumbrada a un acompañamiento de piano? Empastar esta mezcla fue lo primero. Por otro lado, cada vez me gusta más tocar a dúo, porque con otro tipo de formación estás más arropado, pero aquí el 50% de la responsabilidad, de la emoción, del ritmo y la armonía, son cosa tuya. Y tienes que poner más de tu parte.
Además Elena y yo compartimos la idea de que no se trata de trabajar para un bolo, que te juntas unos días antes, preparas cuatro canciones, las tocas ese día y ya. No. Nosotros llevamos un año viéndonos todos los viernes, salvo fiestas, y de ahí va saliendo una evolución.
«Somos ambiciosos, cuantos más estilos seamos capaces de abordar, más público vamos a poder reunir en una sala. Eso nos permite movernos en terrenos y estilos muy distintos». (Elena Pérez-Herrero)
-¿Qué proyección va a tener este disco?
-(Elena): Nuestra ilusión es poder presentarlo a diferentes ayuntamientos, aunque ahora mismo parece que vamos en contradirección. No hay más que ver por ejemplo los programas temáticos de la TPA, que parece que sólo hay un determinado tipo de música, cuando resulta que en Asturias hay mucha gente haciendo cosas muy distintas. Tal y como yo lo veo, es una de dos: o hacemos tonada o similar, o no hay nada que hacer.
-¿Cómo plantear una gira, entonces?
-(Elena): Como no tengo abuelos, lo voy a decir yo: cada uno tenemos unos cuantos años de profesión a la espalda, con un reconocimiento y una calidad de trabajo que se puede ver en el escenario. Por eso ¿qué nos impide ofrecerlo en escenarios grandes? Y hacer la segunda parte de la pregunta quedaría feo, pero el público puede ver perfectamente el tipo de espectáculos que ofrecen personas que, digamos, son pseudoprofesionales y no tienen trayectoria ni formación desde el punto de vista musical. ¿Por qué? ¿Qué tipo de «gestiones» hacen algunos, que los demás no sabemos hacer?
-(Alfredo): A ver, por nuestra parte la promoción está hecha. Hemos salido en programas de televisión, en prensa, y estamos en manos de dos representantes que se mueven a nivel nacional. Pero es complicado, porque venimos de un sistema en el que todo estaba subvencionado, y ahora la gente no está acostumbrada a pagar una entrada. Así que estamos trabajando como una hormiga, poco a poco, porque nuestra ilusión lógicamente es subirnos a un escenario y poder mostrar nuestro trabajo.