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El aroma de una rosa
carmesí, fragante y fina
me clavó con una espina
desde entonces, ignorando el porqué, el cómo y cuándo
por amor estoy penando
Y no es cuestión baladí
que sufra mi corazón
por la flor y aquel amor que perdí
que me nubla la razón
cada vez que pienso en ti